-Tú eres de los que llevan aquí desde el nacimiento de la escuela...
-Sí, comencé con Borja. Venía para aprender y entrenar y ahora le ayudo a enseñar a los alumnos.
-¿Se lleva en la sangre el boxeo?
-Es algo que siempre me ha gustado. Mi padre me lo pegó porque le gustaban mucho los deportes de contacto y me llevaba a verlos. Luego me hice monitor y empezamos a sacar a la gente hacia adelante. Lo que ocurre es que el boxeo no está bien visto. La gente cree ver una brutalidad y no se dan cuenta de que hay muchas medidas de seguridad.
-Hasta que la gente se da cuenta de qué es ésto...
-Por ejemplo, con los menores. Si el padre conocía ya el boxeo no pasa nada. No piensa que expone a su hijo a un riesgo.
-¿Y aquí hay gente de todo tipo?
-Por supuesto. Hay empresarios, abogados, universitarios, ingenieros. A nivel social, el boxeo ha cambiado mucho, pero aquí falta más afición y más nivel.
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