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Un
jab para molestar y una izquierda recta para liquidar. Así de sencillo parecía
el trabajo de Demetrius Andrade ante Luke Keeler.
El
estadounidense, de 31 años, defendía el Mundial WBO del peso medio en Miami y
su intención era clara: arrasar para retar a los grandes nombres de la
división. No pudo hacerlo, y es que el irlandés fue una roca que resistió en
pie hasta el noveno asalto. El castigo fue algo, igual que la superioridad de
‘Boo Boo’. Triunfo, aunque por ratos le volvió a pasar algo recurrente: no
lució. El rival no era propicio para ello y se notó. Pese a ello, apuntó a los
grandes carteles. “Me gustaría enfrentarme a Billy Joe Saunders por su
cinturón”, apuntó. Andrade parece olvidarse de su antiguo sueño, Canelo, y
apunta a una posible tercera corona (también ha sido campeón mundial en el
superwelter). Deberá esperar, el camino que tome el mexicano marcará el del
resto.
Su
combate, pese a su inesperado inicio, no tuvo demasiada emoción. Andrade tardó
10 segundos en enviar a su oponente al suelo. Keeler aguantó y trabó la pelea.
Vio tan cerca el campeón los titulares alabándolo que se lanzaba demasiado y
eso fue en su contra.
Aún
así, con otra gran izquierda recta, volvió a enviar al irlandés al suelo. Ahora
si parecía letal... pero Keeler se levantó. Otra vez. Ahí Andrade se dio cuenta
de que el final no iba a ser rápido. Tenía un titán delante. El aspirante trabó
las acciones y el campeón se obcecó con el KO, lo que restaba rapidez y
sorpresa al golpe que había provocado que el nocaut sobrevolase el pabellón.
Andrade era muy superior, sumaba un gran castigo, pero le faltaban golpes de
poder claros continuados para terminar todo antes del límite. No ocurrió hasta
el noveno. Antes, el estadounidense boxeó confiado y luciendo una buena defensa. Llegaba con manos
aisladas, pero le faltó poner en sobre la tarima series más largas. Cuando
enlazó un crochet con una izquierda recta y otro crochet, derribó la muralla
irlandesa. Después puso su rumbo a Inglaterra. Quiere a Billy Joe Saunders.