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Este
sábado, Andy Ruiz (33-1, 22 KO) y Anthony Joshua (22-1, 21 KO) tienen una cita
en Diriyah (Arabia Saudí). Ambos protagonizan una de las revanchas más
esperadas de los últimos años. En la primera el mexicano-americano rompió todos los
pronósticos para quitar el invicto y los tres campeonatos mundiales (WBA, IBF y
WBO) del peso pesado al británico. Fue una sorpresa y en la secuela debe
demostrar que no es flor de un día. Por su parte, Joshua intentará dejar claro
que su debut en el Madison Square Garden fue una mala noche. El excampeón, como
es lógico, ha cambiado cosas en su preparación... y el campeón también.
Ruiz
es consciente que su oponente ha estudiado todo al milímetro, por lo que debe
introducir novedades también. El principal cambio para él está en el tiempo.
Para el combate de junio, Andy fue avisado con poco más de un mes de antelación
(debido al positivo de Jarrell Miller) y en esta ocasión ha podido realizar una
preparación completa y enfocada a Joshua. Para ese pleito, el mexicano marcó en
la báscula 121,5 kilos (Joshua dio 112,4). Siempre ha estado pasado de peso, y
en Nueva York también, pero reveló en la previa que había contratado un
nutricionista y le ayudó a mejorar.
Eso
lo ha repetido y para Arabia, Ruiz ha apostado por una dieta sana, eliminando,
principalmente, las hamburguesas y el chocolate, ha realizado una dura
preparación y su físico lo nota. La pérdida de peso es evidente y la gran duda
es saber con cuántos kilos de menos estará sobre el ring. Las filtraciones van
desde los 5 (que él mismo afirmó en una entrevista) hasta los 20. Un abanico
muy grande, pero su bajada tiene un motivo que él mismo ha reconocido.
"Voy a ser más rápido y capaz de sacar mejores manos. También voy a ser
más veloz con los pies", ha reconocido. Es decir, el plan es potenciar lo
que salió bien en junio. Arriesga pegada y capacidad de encaje, pero él está
convencido de que no será así. La respuesta definitiva, el sábado.