BERNARDO PILATTI
ESPN.com
Mucho se ha escrito sobre la pelea de este sábado entre
Floyd Mayweather y Andre Berto. De acuerdo con todos los que no dudan en
predecir su resultado - analistas, periodistas o los fanáticos en redes
sociales - el combate promete ser otro paseo triunfal para Floyd Mayweather. Si
damos como acertados a todos esos pronósticos, esta vez nos encontramos frente
a una curiosa antesala en una batalla de Mayweather: "se puede predecir su
resultado, pero no se puede predecir qué ocurrirá el día después".
Y al final de la carrera de Floyd, lo que no le faltan son
incógnitas y controversias. Es que la vida de Mayweather, que perfectamente
pudo escribir una de las mayores páginas de gloria en la historia del boxeo,
"parece" que termina bajo el karma de su sello inconfundible.
Recurriendo por enésima vez a una fecha típicamente mexicana para garantizar el
éxito de su evento, enfrentando a un rival a modo o demasiado a modo y bajo el
estigma de un escándalo fuera del cuadrilátero como esa sospechosa inyección
intravenosa que recibió antes de la pelea contra Pacquiao.
Pero si con eso no alcanza, a diferencia de otros combates,
Mayweather llega a su última batalla con toda la afición de espaldas, aburrida
de sus desaires y agotada su paciencia tras el fiasco de su pobre show contra
Manny Pacquiao. Una última batalla donde, con total desparpajo, su equipo
acepta que confían en que las peleas de respaldo entre mexicanos y boricuas
salven el dinero de la recaudación.
La pelea de Floyd Mayweather con Andre Berto, en realidad,
no tiene más valor que el estadístico y a juzgar por las diferencias
astronómicas en las apuestas, solo la posibilidad de verlo ganar por KO es un
tibio aliciente, hasta para el más fanático de sus adeptos. Y no es posible
tampoco entusiasmarse con una posible victoria de Andre Berto, no parece ser un
rival que sorprenda ni tampoco alguien con la capacidad suficiente como para
romper todos los pronósticos y provocar una sorpresa monumental en la noche de
Las Vegas. ¡Y vaya locura que se desataría si un dislate como ese viniera a
acontecer!
Teniendo en cuenta esa posibilidad casi inexistente de
estimar un "cómo y porqué" de una victoria de Berto, lo único que
resta por evaluar es el día después de la anunciada como última pelea en la
carrera de Mayweather.
¿Se retirara? ¿Le perdonará la historia tantas payasadas?
¿Resistirá su legado a las equivocaciones fuera del cuadrilátero? ¿Se ganará-
una vez se retire - el cariño de la afición pese a tanta grosera ostentación
económica? ¿Tendrá nuevos capítulos la historia de la USADA y la inyección
intravenosa el día antes de su pelea contra Pacquiao? ¿Se conocerán algún día
los verdaderos números de su contrato con Showtime y lo recaudado en éstas seis
peleas? ¿Serán sinceros los aplausos y elogios que reciba el día que ingrese al
Salón de la Fama ?
¿En la suma de lo malo y de lo bueno, sus innegables condiciones boxísticas
conseguirán sobresalir por encima de todo lo que pudo hacer y egoístamente no
hizo? Como, por ejemplo, elegir rivales a modo y no enfrentar a los mejores
para demostrar que realmente ha merecido alguna vez ser considerado el mejor
pugilista de su generación.
El culebrón de Floyd Mayweather se apaga como vivió, acosado
por las controversias, promoviendo peleas con rivales a modo, con problemas
fuera del ring y abriendo la puerta a otro capítulo de su existencia del que
poco se puede vaticinar. Es que su pasado lo condena. Floyd ya se fue y volvió
del boxeo profesional. ¿Quién se anima a afirmar que no lo repita, si aparece
una buena oferta para el nuevo regreso?
Floyd ha sido el rey de las recaudaciones televisivas, pero
también nos mintió cuando admitió "a la Comisión Atlética
de Nevada que el reality show "Acceso Total" de la cadena Showtime es
fingido a manera de poder asegurar más compras en sus PPV". Mi columna del
23 de septiembre del 2014, retrató ese capítulo triste en su carrera.
Floyd se ha autoproclamado como una suerte de abanderado
contra el uso de sustancias prohibidas en el boxeo. Felicitaciones por la
iniciativa, pero 24 horas antes de su última pelea se supo que previo a su
batalla contra Manny Pacquiao, el equipo médico de Mayweather le administró por
vía intravenosa una mezcla destinada a rehidratarlo tras el pesaje. El hecho de
que se la administraran por vía intravenosa no está permitido, como lo informó
ESPN y hay que aceptar que huele muy feo.
¿Esto se convertirá en un nuevo capítulo de Floyd en los
tribunales de Justicia? Hoy es imposible afirmarlo, pero también es imposible
descartarlo tratándose de Mayweather. Desde el año 2002 él ha tenido serios
problemas con la justicia en más de una oportunidad. ¿Por qué no reincidiría en
sus conductas equivocadas en un tema tan delicado como el que, teóricamente,
debió cuidar la USADA ?
El día después de su última pelea, Floyd Mayweather iniciará
otra pelea, donde no solo estará en juego su legado y el respeto de la historia
a su carrera profesional. También estará en juego su conducta reciente y la
posibilidad de que, al igual que otros célebres deportistas, el castigo sea tan
severo que hasta podría desaparecer de la memoria boxística planetaria.
El día después de su última pelea, Floyd Mayweather habrá
abandonado el boxeo, pero jamás se librará de sus consecuencias. Y una de esas
consecuencias, es que seguirá recibiendo fuera del ring, los golpes que tan
bien supo esquivar dentro de los cuadriláteros. ¡Vaya qué paradoja!