ÁLVARO CARRERA
AS.com
Las casas de apuestas de Las Vegas echan humo. Saúl Canelo
Álvarez y Gennady Golovkin se enfrentan este sábado por tres cinturones
mundiales del peso medio (CMB, AMB y FIB). En juego no sólo están los títulos,
también la supremacía de la categoría reina por excelencia en el boxeo.
Estilista contra fajador, típico menú boxístico que abre la
puerta de la historia y encandila a los espectadores. “Quiero que mis hijos y
sus hijos comenten esta pelea de por vida”, aseguró Óscar de la Hoya, promotor
de la velada. Los ingredientes son los correctos para que eso ocurra. Canelo y
Golovkin están llamados a hacer historia. Son los dos mejores pesos medios del
momento, tienen la calidad y la atención mediática. Sólo les falta ratificarlo
en el ring.
Gran parte de México recorre estos días las calles de Las
Vegas animando a su púgil. El Canelo, apodado así por el color rojizo de su
pelo, vive “el combate más importante de mi carrera”, reconoce. “Marcará un
antes y un después”, añade. Su presión es alta, pero la fiesta está montada
para él. De las 20.000 butacas del pabellón, casi la mitad estarán ocupadas por
sus paisanos un día después de su fiesta nacional. El T-Mobile hablará
castellano.
Con 27 años, el mexicano llega en el mejor momento de su
carrera. Ha adquirido una gran experiencia, que ha hecho desarrollar su mayor
virtud: la inteligencia. Cuenta con la contundencia necesaria para cambiar un
combate con un golpe, pero sabe guardarse cuando no debe arriesgar y sacar su
endiablada velocidad para marear a su rival.
En la previa del combate, Canelo se mostró serio, sabe lo
que se juega y quiere callar bocas. Pero debe tener cuidado. Frente a él se
pone uno de los mayores cañoneros de la historia. Golovkin, por contra, sonrie,
vive un sueño. El kazajo ansiaba la pelea desde hace dos años. Es un
destructor, su pegada sólo es comparable a la de un peso pesado, pero quiere la
victoria para despejar de un plumazo las dudas que se han cernido sobre él. Los
dos quieren un hueco entre los mejores de la historia, el mundo se detendrá
para observarlos. La suerte está echada.
Esta madrugada no será la primera vez que Canelo y Golovkin
crucen guantes. En 2011, cuando Golovkin acometía su segunda defensa del
cinturón WBA del peso medio y Canelo la primera WBC del superwélter, ambos compartieron
entrenamiento. Vivieron dos jornadas de sparring. En la primera, Golovkin
dominó por su pegada, pero la velocidad del mexicano le puso en aprietos. La
segunda sólo duró dos asaltos, un gancho de Canelo provocó una hemorragia nasal
al kazajo y decidieron suspender la sesión.