El regreso de Manny Pacquiao a Estados Unidos tras dos
peleas alejado del gran mercado del boxeo, ha dejado claro que el veterano
filipino sigue teniendo mucho tirón para los telespectadores norteamericanos.
Sólo en el país de las oportunidades, la velada, cuyo combate estelar era el de
Pac-Man contra Broner, alcanzó las 400.000 compras aproximadamente (en Showtime
PPV), es decir, al rededor de 30 millones de dólares de beneficio sólo en este
concepto.
Manny se embolsó 10 millones de la bolsa prevista para los
púgiles, más un porcentaje del PPV que no ha trascendido pero que le hará
llegar a cerca de 15. Los compañeros de categoría del filipino, los Spence,
Crawford, Porter o Thurman, ni siquiera se acercan a estas cifras. Hasta Broner
cobró (2,5 millones) más de lo que ninguno de los campeones citados acostumbra,
y sólo porque se midió a Pacquiao.
Por comparar, el combate entre Deontay Wilder y Tyson Fury
generó 325.000 compras, como indica un artículo del periodista estadounidense
Dan Rafael. En su última pelea en EEUU, ante Jessei Vargas, el campeón en ocho
categorías alcanzó la cifra de 300.000 compradores. Actualmente, Canelo se ha
convertido en el líder en este sentido. La segunda pelea del mexicano contra
Gennady Golovkin llegó a 1,1 millones de ventas. Contra Rocky Fielding ya entró
en vigor su nuevo contrato con DAZN, que funciona mediante abono mensual de 10
dólares, es decir, un sistema bien distinto que ha apostado fuerte por Álvarez,
como reclamo para captar abonados.