martes, 5 de mayo de 2009
Fallece púgil mexicano Benjamín Flores tras pelea en Dallas
AP
El púgil mexicano Benjamín Flores falleció cinco días después de ser hospitalizado tras una pelea en Dallas contra Al Seeger.
El abogado de la Federación Norteamericana de Boxeo, Bob Lenhardt, dijo que el boxeador de 25 años murió el martes en el hospital Parkland en Dallas.
Lenhardt dijo que el árbitro Laurence Cole detuvo el combate del jueves en el octavo asalto y le otorgó la victoria a Seeger.
Lenhardt indicó que el boxeador oriundo de Michoacán necesitó ayuda para caminar hasta el banquillo. Sostuvo que los médicos lo atendieron en el cuadrilátero y fue sacado inconsciente en una camilla.
La pelea era por el título del peso súper gallo de la Federación Norteamericana de Boxeo. Flores tenía marca de 19-3.
WBC: SI FORREST NO ADMITE LA PELEA, CORONARÁ NUEVO CAMPEÓN A "MARAVILLA" MARTÍNEZ
El Consejo Mundial de Boxeo (WBC)ha emplazado al actual campeón del peso superwelter, Vernon Forrest, a que, definitivamente, lleva a efecto su pelea titular con el argentino residente en España, Sergio Martínez, actual campeón interino. La pelea se tendría que desarrollar el próximo 1 de agosto, y en el caso que la lesión de costilla que sufre el estadounidense le haga no estar recuperado para esa fecha, le permitiría retrasarla durante un tiempo razonable. En caso que Forrest siga evitando su combate con "Maravilla", el organismo que preside José Sulaimán designará oficialmente al natural de Buenos Aires, como nuevo campeón del mundo, a todos los efectos.
MANNY PACQUIAO: EL ESFUERZO TIENE RECOMPENSA
Recuerdo perfectamente al Michael Jordan que ganó el oro olímpico a España en Los Ángeles’84. Gran físico, condiciones atléticas extraordinarias, pero nada que ver con el excelente tirador de media y larga distancia, de gran capacidad defensiva (varias veces en el quinteto ideal en defensa de la NBA) y, en definitiva, nada o poco que ver con el que se convertiría, con el paso de los años, en el mejor baloncestista de la historia, por encima de Lew Alcindor (después Kareem Abdul-Jabbar), Julius Erving, “Magic” Johnson, Bill Russel o Wilt Chamberlain. Fue, y sigue siendo el “dios” del basket.
Eldrick “Tiger” Woods, cuando empezó en el siempre considerado como elitista deporte del golf, tenía un “swing” nunca antes visto y unas condiciones físicas, como nunca antes se admiraron en jugador alguno, ni siquiera en Jack Nicklaus o Arnold Palmer. Con el tiempo, su dominio, quasi tiranía, la estableció en una progresión bestial con su putt, ese juego corto, en que se dirimen los Grand Slam, y, además, en unas inigualables condiciones psicológicas, para afrontar esos momentos decisivos, en los que los demás se encogen, como mi compatriota Sergio García.
Hoy por hoy, no hay tenista en el mundo entero, como mi idolatrado Rafa Nadal, pero el manacorí no era capaz, hace cuatro o cinco años, ni de soñar en ganar sobre superficies duras, como Wimbledon o el Open de Australia. La mejoría experimentada en el saque, su tesón, y su inimitable juego liftado, han obrado el milagro.
En los Juegos Olímpicos de Sidney o Atenas, el joven nadador de Baltimore, Michael Phelps, era un excelente mariposista y especialista en estilos, pero resultaba ser muy inferior en el nado libre a Ian Thorpe o Pieter van den Hoogenband. Con el tiempo, los sobrepasó, hasta lograr la hazaña, nunca antes vista, de sumar ocho oros olímpicos, en unos mismos Juegos.
Si comparamos todos estos casos, a nuestro simpar deporte del boxeo, nos topamos con que la figura del momento, Manny Pacquiao, que comenzó boxeando con una libra por encima del peso paja y a ser campeón, en el peso mosca, hoy por hoy, es capaz de ganar y hasta tumbar a cualquier rival, desde el peso ligero, hasta el welter. Físicamente, por ejemplo, no es el mismo, al de su primer combate ante Juan Manuel Márquez. Es “otro” hombre, muchísimo más musculado, tanto en los bíceps, como en esas “tabletas” en las que ha convertido su abdomen. Antes, solo soltaba, para hacer daño y finiquitar peleas, su izquierda. El sábado, ante Ricky Hatton, el principio del fin, lo consiguió con un soberbio gancho de derecha. Y sabe moverse por el ring, sin haber perdido un ápice de agresividad, antes al contrario, habiéndola aumentado y mejorado superlativamente. De paso, hasta se permite el lujo, como los grandes de verdad, de sonreír, hasta minutos antes de comenzar una pelea, sobre la que hay millones de dólares en juego, y millones de espectadores pendientes, y hasta de rezar, en los segundos previos a soltar golpes a diestro y siniestro. ¡Y hasta sabe inglés correctamente, y habla como si tal cosa con los comentaristas de HBO! No diremos que es guapo, porque faltaríamos a la verdad, soberanamente. En fin, que es un fenómeno, en el cenit, o quizás aún no, de su carrera, hasta el punto que yo, si fuera Floyd Mayweather, que va a ser que no, andaría preocupado ante una hipotética pelea con el astro filipino.
JOSÉ MANUEL MORENO. BOXEO VELEÑO.
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