jueves, 14 de febrero de 2008

LA PEOR NOCHE DE MUHAMMAD ALI


La noticia causó un efecto semejante al de las grandes tragedias. Inesperada, categórica y antipopular. Se la difundía al mundo por el sonido ametrallador de las máquinas de las agencias cablegráficas que causaban la paralización visual de quien leía este informe hace treinta años. Las campanillas no dejaban de retumbar en aquellos aparatos que, con letras de título-catástrofe, sentenciaban:

“LAS VEGAS–URGENTE–PERDIO EL TITULO MUHAMMAD ALI…”

La pérdida del campeonato mundial de los pesados del deportista más popular del siglo XX era un episodio excluyente, pero la radiofoto con máximo índice de publicación, el día después, fue la del villano del espectáculo: León Spinks, un desdentado peleador de Saint Louis, que con sólo 7 peleas y 24 años desafiaba al pesado más dotado de todos los tiempos. Y lo hizo con todo éxito al ganarle por puntos en 15 rounds. Spinks había sido campeón olímpico en los Juegos de Montreal de 1976 en los semipesados. Junto con su hermano Michael, Sugar Ray Leonard, Howard Davis y Leo Randolph, formó parte de un equipo inigualable en la historia del amateurismo de los Estados Unidos. Alí comenzaba a envejecer, pero parecía invencible. Sobre todo, después de aquella pelea épica de Manila, cuando en una batalla con contorno de vida o muerte, superó en el último aliento a Joe Frazier, en 1975.
Sin embargo, una serie de peleas que aparentaban no tener mayores atractivos fue minando su resistencia hasta que Spinks lo aprovechó. La derrota de Alí ante Spinks, en el hotel Hilton de Las Vegas, constituyó la sorpresa máxima del siglo XX en la historia de los pesados. Ese es el valor histórico de este recuerdo, que ya consumió tres décadas. Aquel episodio, conmovedor y sorprendente, protagonizado por el Hombre Cenicienta, James Braddock, cuando destronaba al durísimo Max Baer, en Long Island, en 1935, en plena recesión americana, perdió su primera plana histórica ante el gran “batacazo” que daba con sus puños León Spinks, quien sólo medía 1,86 metro y pesaba escasos 89 kg.
Sólo el temblor que causó 12 años después la caída, en Japón, de Mike Tyson ante James Douglas, tuvo un eco semejante como para agigantar polémicas en esta materia. La pelea fue intensa y desequilibrada por la juventud de Spinks, que con una furia casi salvaje tuvo a Alí al borde del KO en el último minuto. Aquel 15º asalto fue eternizado por la revista The Ring como el round más saliente del año. Dos de los jurados marcaron 145-140 y 144-141 para Spinks, y el restante señaló en modo absurdo y obsecuente 143-142 para Alí. Ninguno pudo, posteriormente, repetir un esfuerzo semejante al brindado en ese cotejo. Si bien Alí, viejo y desgastado, con 36 años, doblegó a Spinks en el desquite 7 meses más tarde, su talento y despliegue se extinguieron para siempre tras esa fatídica noche de Las Vegas.
Spinks efectuó sólo una defensa mundialista. Su gloria fue fugaz y su vida se sumergió en un infierno personal en el que la droga y el alcohol le pegaron tanto o más que los puños de jóvenes adversarios que buscaban incluirlo como uno de sus vencidos favoritos. El presente es duro para ambos. Alí lucha con la frente alta contra el mal de Parkinson, que lo castiga cada vez con más crudeza. Spinks sigue perdido y olvidado. Pobre y enfermo, sobrevive en el anonimato de las dramáticas historias que protagonizan los ídolos de ayer en EE.UU.
Los hijos de Alí y Spinks lograron ser campeones del mundo en modo simultáneo, como para convertir en imborrable la obra deporte de sus padres. Cory Spinks (29 años) es monarca mediano Jr. (FIB); expondrá su corona ante Vernon Philips el mes venidero y busca un desafío con Floyd Mayweather. Laila Alí (31 años) es la indiscutible reina supermediana (CMB); se mantiene invicta y sin rivales que la comprometan. Alí-Spinks I cumple hoy 30 años de archivo. Se convirtió en un suceso histórico y en un recuerdo agridulce. Lleno de nostalgia, de conmoción y de impacto. Ese impacto rutilante que sólo produce lo que aparenta ser imposible sobre un ring y que de pronto se transforma en una aventura impensada e irrepetible como ésta.

Lo pesado, lo blanco y lo correcto


Se ganó la lotería con solo nacer

Una mano grande lo abofeteó, hombre blanco americano
-- Pearl Jam, "W.M.A."
En lo que respecta a batallar ante los estereotipos y los tratos injustos, los hombres blancos americanos no pueden quejarse mucho. Nuestros grandes obstáculos incluyen que nos digan que no podemos saltar, no podemos bailar y no podemos pelear.
Para aquellos que pueden hacer una o más de estas tres cosas, bueno, escuchar semejantes comentarios es quizás un poquito insultante. Pero no se califica exactamente como opresión.

Taylor y Pavlik prometen otro gran combate
Sin embargo, para Kelly Pavlik, la noción de que los blancos no pueden pelear (especialmente los tipos blancos del Medio Oeste) es algo así como un insulto a sus antepasados. Puede ser que se haya "ganado la lotería" al nacer, pero le llevó a su promotor (Bob Arum) un poco más de tiempo cobrar el boleto ganador.
"Hace unos años, cuando les mencionamos el nombre de Kelly a los directivos de las cadenas, recibimos burlas o indiferencia a modo de respuesta", dijo Arum. "A Kelly Pavlik no lo ayudó ninguna cadena; llegó hasta donde llegó a fuerza de sus propios logros. Cuando demostró su corazón y sus habilidades ante [Edison] Miranda y [Jermain] Taylor, ser blanco dejó de lastimarlo; lo ayudó. Pero antes de eso, siendo boxeador blanco del Medio Oeste se le hizo más difícil conseguir exposición que, por ejemplo, a un joven prospecto hispano".
Las audiencias televisivas aún no han tenido la oportunidad de evaluar el salto en alto de Pavlik o de ver si puede bailar. Pero no les cabe duda de que sabe pelear. Y el modo en que lo hace le resta importancia al color de su piel.
Como quedó demostrado en sus dos triunfos por nocaut en el séptimo round ante Miranda y Taylor -- y en casi todas las peleas con las que compiló una marca de 32-0 (29 nocauts) -- hay dos cosas que convierten a Pavlik en un boxeador atractivo: tiene una potencia extraordinaria en sus golpes, y nunca participa en un combate aburrido.
Suma esos atributos a una marca perfecta y al título mundial legítimo en peso mediano, y tienes la fórmula para trascender la pigmentación de tu piel.
La pregunta para aquellos con intereses financieros en la revancha PPV de este sábado entre Pavlik y Taylor es si éste encuentro será la fórmula para trascender el relativamente bajo reconocimiento de los combatientes.
Ante la sorpresa de muchos expertos, Roy Jones y Félix Trinidad vendieron medio millón de PPVs el mes pasado, demostrando lo lejos que puedes llegar a fuerza de reconocimiento (y no mucho más). Pavlik y Taylor son una década más jóvenes y decididamente más relevantes, pero el estrellato de Taylor es dudoso, y el de Pavlik recién emergió en los últimos nueve meses.
Sin embargo, Pavlik y Taylor tienen una cosa que Jones y Trinidad no tuvieron: Una pelea anterior que establece un increíble potencial de emoción para este combate. Pavlik fue derribado y casi noqueado en el segundo round en septiembre, pero sobrevivió los mejores golpes de Taylor para recuperarse y, estando atrás en las tres tarjetas, detener al campeón.
Fue uno de los dos o tres mejores combates del 2007.
Y es perfectamente razonable esperar que la revancha será aún mejor.
El motivo: Seis libras.
La revancha, que se llevará a cabo en el MGM Grand de las Vegas se disputará en 166 libras. Lo malo de este peso es que la pelea no será titular; el orgullo y la reputación están en juego, pero no el cinturón de Pavlik en las 160 libras.
Sin embargo, lo bueno es que ambos competidores deberían poder luchar mejor y con más energía que en su primer encuentro.
Taylor fijó el límite de 166 libras en la cláusula de la revancha del contrato de su primer combate porque peso mediano ya le estaba quedando chico. Y a Pavlik, de 6'2 pies, tampoco le estaba resultando fácil bajar a 160.
"Ahora puedo entrenar más fuerte. Puedo comer y llenar mi cuerpo de combustible, tener la energía por las nubes y entrenar como un animal", dijo Pavlik la semana pasada, asegurando que ya estaba en 166 o 167 libras. "Tendré equilibrio, tendré vigor, lo tendré todo. No estaré débil".
Buddy McGirt, prestigioso entrenador quien fue titular en los pesos welter junior y welter a fines de los '80 y principios de los '90, dijo que si tanto Taylor como Pavlik habían tenido problemas para llegar al límite de peso mediano, los dos deberían tener más para ofrecer el sábado por la noche.
"Te sientes como una persona nueva en un peso más elevado, aunque sean dos o tres libras", dijo McGirt. "Cuando subí de 140, mi siguiente pelea fue en 143, 144, pero estaba peleando en el límite de 147. Con esas libras más me sentí como nuevo, y no me importó nada la división que dejé atrás. Tenía reservas a las que recurrir cuando las necesitaba".
Así que, ¿cree McGirt que Taylor, quien habría tenido mayor dificultad que Pavlik para llegar al peso, tendrá una mejor chance de ganar con unas libras más?
"Podría ser una ventaja, ¿pero qué estrategia usará? Si está más pesado y usa la misma estrategia, no haría diferencia aunque pesara 180", dijo McGirt.
La estrategia de Taylor para el primer combate tuvo demasiado de quedarse quieto frente a los fuertes golpes de Pavlik, y nunca se adaptó al modo en que el nativo de Youngstown, Ohio, le atrapaba el jab y contraatacaba. Cuando Taylor atacaba con un recto, Pavlik lo bloqueaba con su guante y disparaba un doble jab. Pavlik usó esta estrategia repetidas veces, hasta que Taylor comenzó a anticiparlo, y entonces la modificó lanzando un solo jab seguido de un rápido derechazo cruzado que Taylor nunca vio venir.
Fue una estrategia básica, pero muy efectiva. Estará en Taylor encontrar un nuevo modo de abordar el combate. Tal vez fintar antes de lanzar un jab sea la solución. Tal vez la respuesta sea agarrar a Pavlik distraído con fuertes derechazos.
Si Taylor encuentra el modo de revertir el resultado, habrá restaurado su reputación y atraerá importantes rivales en su nuevo peso -- tal vez Jones o el ganador de Bernard Hopkins-Joe Calzaghe.
Sin embargo, lo que no puede hacer es desviar los planes de Pavlik; gane o pierda, Pavlik seguirá siendo campeón en peso mediano. Por difícil que sea bajar a 160 libras, dice que quiere disputar al menos dos o tres peleas más en dicha división.
Ya se está discutiendo un combate ante el irlandés invicto John Duddy para el 7 de junio en el Madison Square Garden. Arum está pensando en poner al invicto Arthur Abraham -- residente alemán de origen armenio -- en la misma tarjeta para luego organizar un encuentro entre Pavlik y Abraham a fin de año.
"Y no te sorprendas si lo ves en cable gratuito en el futuro cercano", agregó Arum.
¿Cable? Nada mal para un boxeador por quien alguna vez Arum tuvo que luchar para que las cadenas lo tomaran en serio.
Pero todas estas especulaciones sobre las próximas dos o tres peleas de Pavlik son innecesarias en este momento. No tiene sentido ver más allá del combate del sábado, que tiene potencial para convertirse en la pelea del año.
La revancha de este sábado saciará el deseo de los aficionados del deporte de ver a dos grandes boxeadores haciendo lo que saben hacer, de modo que este combate será una rareza en el universo PPV: será un combate atractivo por los motivos adecuados.

CELEBRA ANIVERSARIO 45



El Consejo Mundial de Boxeo celebra el día de hoy -14 de febrero- su aniversario número 45, pues su fundación, que se realizó en este capital, fue ese día del año 1963 bajo la iniciativa del entonces carismático y llorado Presidente de la Republica Mexicana Lic. Adolfo López Mateos.
El primer Presidente fue el inglés Onslow Fane, quien renunció en la misma convención para ser elegido de inmediato en su lugar el escritor mexicano Luis Spota, con el Profesor Ramón G. Velásquez siendo el autor de toda la idea.
Once países asistieron a esta fundación: México, Estados Unidos, Francia, Panamá, Brasil, Inglaterra, Perú, Filipinas, Argentina, Italia y Venezuela, que tenían como objetivo la unión del boxeo mundial, el establecimiento de estrictas medidas de seguridad para el boxeador y el intento de un solo organismo como rector del boxeo mundial.
Entre los personajes destacados de aquella época que asistieron: el periodista estadounidense Nat Fleischer, los promotores estadounidenses Sra. Aileen Eaton y George Parnassus, los comisionados estadounidenses Melvyn Krulewich y Jim Deskin, entre otros.
Los presidentes de las comisiones de boxeo de la República Mexicana apoyaron tal proyecto asistiendo únicamente como testigos entre otros: Max Thomsen, Corzo Blanco, Demetrio Vallado, Castro Brito, y en la galería, por entonces desconocido se hallaba José Sulaimán, Presidente de la Asociación de boxeo de Tamaulipas.
El CMB actualmente cuenta con 164 países integrados en 10 Federaciones Continentales, las que celebrarán este aniversario en la 46 Convención Anual a realizarse en Chengdu, China, el 25 de Octubre próximo cerca de la clausura de lo XXIX Juegos Olímpicos como primer acto de apertura oficial del boxeo profesional en ese país.

PREGUNTA PARA JOSÉ NAVARRO EN EL CHAT DE LA ESPN


JOSE MANUEL MORENO, VÉLEZ-MÁLAGA, ESPAÑA.: Un saludo desde España, ojalá que a la tercera sea la vencida y alcances el cetro mundial, ¿Por qué crees que en USA no salen buenos pesos pesados? Suerte.

Jose Navarro: La verdad siento que la division esta bastante fuerte, porque en Europa hay mucha competencia amateur. Y ahora esos peleadores van directo ahora a profesional. Hay mucha mas calidad en esa area, pero Estados Unidos tiene que mejorar si quiere volver al sitial de antes.

MEDALLA ESPECIAL DEL C.M.B. PARA EL VENCEDOR DEL PAVLIK-TAYLOR 2


Nota del C.M.B.:
EL Consejo Mundial de Boxeo presentará una medalla de honor al vencedor de la pelea entre el campeón mundial medio CMB, Kevin Robert Palik y el ex titular de la misma división, Jermain Taylor, pelea que será oficialmente reconocida por el CMB por la presea mencionada.
Al mismo tiempo nuestro organismo desea expresar su reconocimiento a ambos boxeadores, así como a los promotores Top Rank y DiBella Entertaiment por la lealtad que siempre nos han mostrado.
Estamos seguros de que esta pelea será muy dramática, dada la alta calidad, el poder y corazón de campeones de ambos peleadores. Kelly Robert Pavlik, de 25 años y nacido en Youngstown, Ohio, en donde es el más grande ídolo que han tenido, empezó su carrera profesional en el año 2000, y desde entonces ha sostenido 32 batallas, todas ganadas; 29 de ellas por nocaut. Se coronó campeón mundial de peso medio reconocido por nuestro organismo, el 29 de septiembre del pasado 2007.
Por su parte, Jermain Taylor, de 29 años, nacido en Little Rock, Arkansas, quien como campeón del mundo obsequió su cinto a su coterráneo, el entonces Presidente de Estados Unidos, señor Hill Clinton, inició su campaña en 2001. De entonces a la fecha, el hombre ganó 27 peleas, 17 de ellas por nocaut, perdió una y empató otra. Fue campeón mundial de peso medio y realizó cinco defensas. Se coronó imponiéndose a Bernard Hopkins, a quien venció en la revancha.
El nuevo encuentro entre Pavlik y Taylor se llevará a cabo el próximo sábado 16 de febrero, en la MGM Arena de Las Vegas.