jueves, 31 de marzo de 2016

AMIR KHAN PREFIERE IR DE VÍCTIMA ANTE CANELO ÁLVAREZ

Salvador Rodríguez
ESPN Digital

Dejar que piensen que el 7 de mayo saldrá del ring en la T-Mobile Arena noqueado por el mexicano Saúl 'Canelo' Álvarez es algo que agrada al inglés Amir Khan, y es que de acuerdo a sus más recientes declaraciones, eso simplemente hará que el impacto de su victoria sea mucho mayor.
Entrenando en California con Virgil Hunter, Khan estuvo el fin de semana en la cartelera que protagonizó su compañero de estable, Andre Ward, y ahí dejó ver algunos de sus pensamientos de cara a la pelea con el peleador tapatío, a quien reconoció como un peleador de la vieja escuela.
"Me gusta esta pelea, este tipo de peleas son no soy el favorito. Se supone que voy a ser el tipo que va a la pelea y va a ser vencido, al que van a noquear, y saben algo, me gusta que la gente piense eso, porque una vez que logre la sorpresa, será como darle una cachetada a cada uno, eso hará más especial el momento en que gane", dijo el olímpico británico.
Y es que para Khan, no todo son desventajas de cara al duelo ante Canelo, pues mucho se puede decir del peso que le llevará el mexicano, pero él cree que además de su velocidad, su experiencia amateur le servirá para adaptarse en el ring como sea necesario para lograr la victoria.
"Pienso que va a ser como un duelo entre un peleador y un boxeador, Canelo es como esos peleadores de la vieja escuela, rudo, de manos pesadas, yo soy un boxeador", dijo Khan a poco más de un mes de su duelo contra Saúl en una velada de Golden Boy Promotions que transmitirá HBO en su modalidad de pago por evento.
Destacó Khan que sus habilidades boxísticas, las cuales consideró mejor que las de Canelo, deben abrir la puerta de la victoria para él, pues además es un peleador más rápido que Álvarez, no sin mencionar también que su bagaje amateur fue bastante amplio con 120 peleas.
"Él casi no tiene experiencia amateur de calidad, creo que eso también puede jugar a mi favor, él no tiene esa experiencia que te permite ajustar cuando estás enfrentando a un estilo diferente", destacó 'King' Khan el fin de semana, además de que el peso no deberá ser un problema para él.
"Trataré de conectar muchas combinaciones rápidas e inteligentes, voy a ser el más inteligente en el ring y trataré de no equivocarme, se supone que soy el tipo al que van a noquear, me gusta que la gente piense eso, porque una vez que los sorprenda, será como una cachetada en el rostro, eso hará la historia aún más grande cuando gane", aseguró.

miércoles, 30 de marzo de 2016

ALEGRÍA Y ÉXTASIS DE MANNY PACQUIAO EN EL MGM GARDEN

Salvador Rodríguez
ESPN Digital

Si hay un lugar lleno de contrastes para Manny Pacquiao y que marca de manera notable su paso en el boxeo, ha sido sin duda alguna la MGM Grand Garden Arena, que fue testigo inmaculado de sus noches de gloria, y de tristeza, tras 12 actuaciones ahí.
Cuando llegó Pacquiao de Filipinas al continente americano, con sólo 10 días de anticipación para entrenar con Freddie Roach, hizo su debut en el MGM combatiendo ante Lehlo Ledwaba por el título súper gallo de la Federación Internacional de Boxeo, y ganó.
A partir de entonces, el MGM se convirtió en uno de los preferidos de Pacquiao, y Pacquiao en uno de los consentidos del MGM al lado de personajes como Óscar de la Hoya y Floyd Mayweather, donde una y otra vez comprobaron su poder de convocatoria al convocar grandes entradas y ser imán de miles de apuestas para el casino.
Quizá sin saber lo que llegaría a ser, pues para entonces Pacquiao era un peleador más e incluso sus dos siguientes combates en el Grand Garden no tuvieron resultados positivos al empatar con Juan Manuel Márquez y caer con Érik Morales, finalmente hubo un combate que, en 2008, definió el resto de su carrera, y fue ante Óscar de la Hoya.
Contra el 'Golden Boy', Pacquiao no sólo logró su primer lleno, es cierto, en grande parte por el nombre de Óscar, pero no desaprovechó la oportunidad y vaya que hizo valer ese momento. En aquel diciembre de 2008, Pacquiao se catapultó a las grandes ligas y después de detener a De la Hoya en ocho rounds, comenzó una buena racha de cuatro victorias.
Llegaron en 2009 los nocauts a Ricky Hatton y Miguel Cotto, en 2011 venció ahí a Shane Mosley y ese mismo año le alcanzó para llevarse una controvertida decisión sobre Márquez. Pero en 2012, Manny perdió dos veces, la primera de manera injusta contra Tim Bradley, por puntos, y la segunda de forma abrumadora ante Márquez, por la vía del nocaut.
Regresó Manny en 2014 para enfrentar a Bradley y ahora sí le ganó, pero en su más reciente salida, en mayo de 2015, fue exhibido por el estadounidense Floyd Mayweather, quien lo anuló en el ring en la pelea más millonaria que ha habido en la historia del pugilismo rentado.
En general, han sido 12 combates para el 'Pacman' en la MGM Grand Garden Arena, donde ha sacado siete victorias, cuatro derrotas y un empate. Así que este escenario ha estado lejos de ser una fortaleza para Manny, pero ha sido sin duda un lugar de notables noches para el tagalo, para bien y para mal.

JULI GINER CAMBIA EL EUROPEO POR EL SUEÑO DEL MUNDIAL

JESÚS MÍNGUEZ
AS.com

'Contra viento y marea'. Así se presenta la velada del próximo viernes 1 de abril en el Pabellón de la Vall d'Hebron. El viento y la marea es el mexicano Miguel Román (54-11-0, 30 años). Y el que debe capearlos, Juli Giner (18-1-1, 32 años). El de Premiá de Mar iba a defender en esa velada su título de campeón de Europa del superpluma, que conquistó ante el invicto Romain Jacob en Francia en noviembre, cuando le ofrecieron un cambio de planes. La realidad del Europeo por el sueño del Mundial. Porque el vencedor del duelo se convertirá en aspirante oficial al título del Consejo Mundial de Boxeo del superpluma que pondrá en juego Francisco 'El Bandido' Vargas ante Orlando 'Siri' Salido en junio en California.
"Ni me lo pensé cuando me ofrecieron el cambio, porque es una oportunidad de oro", explica Giner, que pidió una excedencia en su empleo como lector de contadores de gas para preparar el Europeo y ahora aspira a algo mucho más gordo.
"Es la última puerta que me queda por abrir. Román es un boxeador muy experimentado, que ha disputado mundiales y se ha fajado con campeones, pero no me impresiona. Si quiero estar arriba tengo que pelear con los mejores. Es un orgullo disputar un combate de este nivel, para eso luchas todos los días". relata tranquilo Juli, que es ahora la punta de lanza de la promotora barcelonesa Gallego Prada.
Micky Román acredita 41 victorias antes del límite. Y lleva el sello de la frontera, de Ciudad Juárez. "Todo lo que tengo me lo he ganado a pulso. No tengo miedo de salir de mi casa y estoy seguro de vencer en España. Giner está en la cima de las clasificaciones y algún mérito debe tener, pero nada me detendrá", amenazó antes de tomar el avión.
La velada, que se podrá ver a través de la web bcnsport.com (3,99 euros), se completa con un buen 'undercard' entre el que destaca Israel Real 'Chaca' frente a Artem Carpets en el superwelter y Sandor Martin frente al belga Steve Jamoye en el superligero. Las entradas vuelan. Hay viento y marea.

martes, 29 de marzo de 2016

LOS HISPANOS, LAS VÍCTIMAS PREFERIDAS DE PACQUIAO

Salvador Rodríguez
ESPN Digital

Casi un tercio de los rivales del filipino Manny Pacquiao han sido hispanos, nueve de ellos por cierto nacidos en México, y vaya que tuvo fortuna en su ascenso hacia la cima del boxeo mundial ante ellos, logrando una efectividad superior al 80 por ciento.
Pacquiao debe ser sin duda alguna uno de los victimarios más notables del boxeo mexicano y uno de los peleadores no americanos con mejor marca ante peleadores de este continente, ya que en 21 combates, logró sacar 17 triunfos, 11 de ellos por la vía del nocaut, a cambio de dos empates y sólo dos derrotas.
"No era mi intención pelear con otro mexicano, pero así suceden las cosas", recalcaba con el paso del tiempo el tagalo, quien se convirtió con el tiempo en un consentido de la afición hispana pese a que en algún momento se le llamó el asesino de mexicanos.
Es obvio que la victoria más importante ante púgiles hispanos fue ante Óscar de la Hoya, porque fue la que le permitió al 'Pacman' elevarse al nivel de una figura mundial trascendiendo las fronteras del boxeo, pero vaya que hubo otras muy importantes.
Cuando se hable de la carrera de Pacquiao en el futuro, será necesario hablar de las series que sostuvo ante los mexicanos Marco Barrera -- a quien venció dos veces --, Juan Manuel Márquez -- con quien perdió una, ganó dos y empató otra- y Érik Morales -- a quien ganó dos veces pero cayó en una --. A ellos los enfrentó en nueve ocasiones con saldo de seis victorias, dos derrotas y un empate.
Antes de ellos, la historia de Manny contra americanos comenzó en 1999, primero noqueando al mexicano Gabriel Mira en Filipinas. En 2001, ya en su segundo combate en Estados Unidos, Pacquiao empató con el dominicano Agapito Sánchez, pero un año después noqueó en dos al colombiano Jorge Eliecer Julio. En 2003 noqueó al mexicano Emanuel Lucero en tres episodios.
Fue entonces que comenzó con su periodo brillante. Noqueó a Barrera en 2003, luego le dio un susto a Márquez antes de empatar en 2004 y en 2005 perdió con Morales, pero luego comenzó con una racha bastante sólida que le permitió encumbrarse.
En 2005 noqueó a Héctor Velázquez, en 2006 logró noquear dos veces a Morales y vencer a Óscar Larios. En 2007 noqueó a Jorge Solís y volvió a vencer a Barrera, ahora por puntos y en 2008 ganó a Márquez por primera vez. Por cierto, todos mexicanos.
La seguidilla de triunfos continuó, pero ahora ante los mexicoestadounidenses David Díaz y nada más y nada menos que Óscar de la Hoya, el 'Golden Boy', en 2008. Su récord ante hispanos había mejorado ya a 13 victorias, una derrota y dos empates.
En 2009 noqueó de forma impresionante a Miguel Cotto en welter y un año después le dio una paliza a Antonio Margarito en súper welter. Como tenía negocios pendientes, volvió a enfrentar a Márquez y en una polémica decisión volvió a derrotarlo en 2011, pero en 2012 el 'Dinamita' se la cobró y lo noqueó en seis rounds en su cuarto enfrentamiento.
Su último enfrentamiento ante un peleado hispano fue contra Brandon Ríos, en 2013, para dejar su marca en 17 victorias, dos caídas y dos empates, lo cual lo llevó a colocarse como uno de los victimarios más notables, si no es que el más grande, de púgiles de habla hispana en la historia de este recio deporte.

domingo, 27 de marzo de 2016

ANDRE WARD LUCE IMPECABLE

Salvador Rodríguez
ESPN Digital

Andre Ward demostró que la inactividad no le ha hecho mucha mella.
El californiano apodado 'Son of God' superó al cubano Sullivan Barrera por decisión unánime tras 12 episodios en peso semicompleto, y ante en un gran ambiente en la Oracle Arena de su natal Oakland, California, quedó listo para retar al tricampeón del mundo Sergey 'Krusher' Kovalev.
El duelo de invictos, Ward finalmente conservó ese status al llevarse tarjetas de 117-109, 119-109 y 117-108, y mejoró así su 29-0 con 15 nocauts, mientras que Barrera se quedó con 17-1 y 12 nocauts. Ahora contenderá con el ruso por los cetros de la OMB, AMB y FIB.
Esta vez Ward no brilló como hizo en su pleito pasado ante Paul Smith y al final aceptó que no había hecho lo que había planeado, mas destacó también que aún así le había dado su talento para salir con la victoria ante su gente, incluyendo la estrella de la NBA, Stephen Curry.
Apenas abrió la pelea se dejó ver un poco la tónica de la misma, con un Barrera yendo al frente, ambos jabeando y Ward contragolpeando, aprovechando sus veloces combinaciones. Al segundo apenas un par de cruces notables, pues tanto Ward como Barrera se dedicaron a jabear constantemente sin tirarse a matar, lo cual dejó constancia de la buena técnica que ambos peleadores poseían en el ensogado.
En el tercero finalmente Ward puso orden. Con un gancho de izquierda a la zona parietal, el californiano mandó a la lona a Barrera, quien se paró casi sorprendido por la forma en que había ido al tapiz. Andre fue ganando entonces confianza y se notó en cada minuto en el ensogado.
Con buena defensa, mejor que la de Barrera, un jab preciso y contragolpes veloces, el 'Hijo de Dios' fue maniobrando como quería en el ensogado, aunque siempre pendiente de lo que hiciera el cubano, quien no dejó de ir al frente pese que a poco a poco el peligro se incrementaba.
Barrera no dejó de insistir y tuvo algunos momentos. En la esquina Abel Sánchez le pedía a Sullivan no dejara que Ward impusiera el ritmo, pero pese a sus intentos, no fue nada fácil para el isleño contrarrestar el estilo del californiano.
En el octavo, Barrera volvió a visitar la lona, pero esta vez tras un golpe bajo por el que le descontaron un punto a Ward. La pelea comenzó a ensuciarse, Barrera se quejó de golpes bajos y para el décimo ya Ward tenía un corte en la ceja izquierda.
Sabedor de que las cosas no habían funcionado como esperaba, se lanzó Barrera al todo o nada, y ciertamente conectó algunos fuertes impactos a las zonas blandas del local, pero siempre tuvo respuesta e incluso, ya en el último round, se dio el lujo Andre de meter algunas fuertes combinaciones para amarrar el combate.

ENLACES PARA DESCARGAR WARD VS. SULLIVAN

http://filecloud.io/wu218r3km
https://1fichier.com/?chggf3uy19
http://www.filesupload.org/001cc99d90148947d1f9b38155da8687/2016.03.26.Andre.Ward.Vs.Sullivan.Barrera.mp4


sábado, 26 de marzo de 2016

ANDRE WARD SE LA JUEGA ANTE SULLIVAN

Bernardo Pilatti
ESPN Digital

No cabe otro título para la batalla que este sábado protagonizaran en el Oracle Arena, de Oakland, California, los invictos Andre Ward (28-0 con 15 KO) y Sullivan Barrera (17-0 con 12 KO). Tanto la victoria como la derrota pueden resultar determinantes para el rumbo de sus carreras. Vencer significa el pasaje a una mega batalla contra el monarca indiscutido de las 175 libras: Sergey Kovalev. Perder, puede significar el adiós a los sueños en el caso de Barrera y el comienzo del fin en el caso de Ward.
Para comprender la importancia de ganar este combate, basta señalar el momento de cada uno. Andre Ward ya ni siquiera es considerado entre los mejores libra por libra, viene de un largo período de poca actividad y en sus dos únicas salidas al ring en los últimos tres años, no mostró nada excepcional. Ganarle a Barrera le servirá para empezar a pagar la deuda con las exigencias del primer nivel del boxeo que siempre lo tuvo como una de sus hijos pródigos.
Sullivan Barrera es la antítesis. Su historia en el boxeo profesional de primera línea ni siquiera comenzó. Es un púgil con un valioso pasado amateur y un buen record invicto como profesional. Pero no ha enfrentado aún a rivales de peso ni tampoco ha ganado títulos. Barrera es una enorme promesa de 34 años de edad. Si no le gana a Ward, la derrota y la edad, tal vez, lo dejen sin futuro.
Lo anterior nos permite imaginar que los dos rivales subirán al cuadrilátero bajo presión y conscientes de que deben darlo todo para llevarse la victoria. Ward con su experiencia y Barrera con su agresividad. ¿Les alcanzará a los dos con esos expedientes? No, claro que no. Y es en esa constatación que comienza nuestro juego de especulaciones.

¿GANARA ANDRE WARD?
Si este combate se hubiera realizado hace cinco o seis años en las 168 libras donde Andre Ward era la figura dominante e indiscutible, no tendría dudas en vaticinar una victoria cómoda del estadounidense. Sin embargo, luego de casi cuatro años en los cuales apenas realizó tres peleas, no es un invento el óxido acumulado como factor negativo para sus posibilidades. A eso sumemos la incógnita de subir a una división superior donde el peso de la mano rival es más poderoso que en la de los medianos.
El estadounidense subirá con el misterio de esa deficiencia, lo que, de todas maneras, no debería opacar sus grandes virtudes: la experiencia, la técnica, el trabajo sobre piernas, la velocidad, el golpeo desde los ángulos y la capacidad de resolver en situaciones complicadas, algo propio de un campeón que ha enfrentado a rivales de todos los estilos.
Ward encuentra sólido crédito en su pasado, pero la incógnita de su presente otorga ventajas al rival de turno. Por lo pronto, deberá ser muy inteligente con el manejo del ritmo del combate. Tendrá que tomarse descansos para regular el cardio si pretende llegar con la misma velocidad a los 12 asaltos. Moverse siempre en sentido contrario a la mano derecha de Barrera, trabajar el golpeo desde los ángulos, entrar y salir para conectar sus combinaciones, parecen ser las claves de su estrategia. No debe ser mala idea cambiar el libreto en los primeros asaltos, aprovechando la posible ansiedad de Barrera que seguramente padecerá miedo escénico en su primera gran pelea y es posible que cometa errores al inicio de la reyerta.

¿GANARA SULLIVAN BARRERA?
El cubano tiene las herramientas apropiadas para llevarse la pelea. No es el favorito y a veces esa condición suele ayudar a quien consigue superar el miedo escénico, algo que solo se constatará una vez comience la pelea. La ansiedad del novato en peleas de mucha presión mediática, puede ser el primer rival que deberá vencer Sullivan Barrera.
Pero hay otros aspectos a superar. La mejor versión de Andre Ward para cualquier rival de las características de Barrera es un total acertijo sin solución. El estadounidense en su mejor momento conseguía construir un guion apropiado a cada oponente. Para cualquier intento ofensivo encontraba la solución defensiva y siempre, inevitablemente, lograba establecer el ritmo de sus peleas, colocar los mejores golpes, lucir impecable ante el escrutinio de los jueces y llegar el final con el rostro inmaculado. A ese Andre Ward, Sullivan Barrera jamás lo podría vencer. Pero vamos a imaginarnos que la versión del ex campeón súper mediano es otra muy desmejorada y en ese escenario el cubano se puede llevar la pelea hasta por KO.
¿De qué depende? En primer lugar de su estrategia ofensiva y para ello cuenta en su esquina con el mejor de los entrenadores: Abel Sánchez. Si Barrera es disciplinado y cumple el libreto, habrá dado un paso decisivo hacia la victoria. Y el plan de pelea puede ser una de las grandes sorpresas de la noche. Basta recordar como Sánchez nos sorprendió a todos en la última pelea de su pupilo estrella, Gennady Golovkin, cuando venció a David Lemieux. El considerado entrenador del 2015 estableció un férreo control sobre la ansiedad agresiva de GGG que reguló su presión habitual cambiando acoso por destrucción lenta, pero sin arriesgar un solo instante la posibilidad de un trallazo perdido del canadiense. Fue una batalla impecable donde se unieron la capacidad aniquiladora del kazajo y la inteligencia estratégica de su entrenador.
Para Barrera no me sorprendería que Abel inventara un libreto parecido. El cubano tiene mejor pegada, está en su peso natural y, por si fuera poco, es más alto que Ward y además lo supera en cinco centímetros en la extensión de brazos. Es de esperar que Barrera controle a su rival con el jab y trabaje de manera permanente con golpes de poder desde la larga y la media distancia. También es de esperar que el ritmo de pelea que le imprima el cubano sea de menos a más. Le cortará el ring a Ward, pero le permitirá los caminos laterales para ayudar su desgaste y evitará llegar a la corta distancia para no permitirle los amarres o el golpeo en espacios reducidos.
Tal vez las incógnitas previas sobre el plan de pelea de cada uno sean uno de los grandes atractivos de este combate de muy difícil pronóstico. Quizás, por su localía, velocidad, experiencia en este tipo de combates donde existe tanta presión y la capacidad de aprovechar cualquier error del adversario, Andre Ward es ligeramente favorito para llevarse la victoria en las tarjetas. Sin embargo, la determinación, la pegada, la capacidad de su esquina y las ventajas físicas del cubano, emparejan cualquier pronóstico.
Como sea, veremos una gran batalla, la primera de una definición en las 175 libras que promete ser apasionante si imaginamos que luego de vencer en esta batalla, el ganador se las verá con quien parece imposible derrotar: Sergey Kovalev.

MÁRQUEZ APLAZA SU REGRESO A JULIO

Salvador Rodríguez
ESPN Digital

La poca oportunidad que ha tenido el tetracampeón mundial Juan Manuel ‘Dinamita’ Márquez de entrenar con constancia impedirá que vuelva al ring en el mes de mayo o junio como había pronosticado, por lo que todo apunta ahora a su retorno al ring hasta el mes de julio.
En charla con ESPN Digital, el mexicano estableció que a partir de abril espera comenzar la parte más fuerte de sus entrenamientos, pues por diversos compromisos no ha podido mantenerse en el gimnasio como hubiera deseado para poder planificar su vuelta.
 “Lo más probable es que la pelea sea en julio, no he podido entrenar como quisiera por diversos motivos profesionales y personales, pero espero que a partir de abril tenga la posibilidad de entrenar como se debe, y entonces vamos a tomar una determinación, si es que se puede o no se puede”, comentó el ‘Dinamita’.
Márquez dijo que viajará la siguiente semana a suelo estadounidense para un tema personal y que a partir de abril comenzará a entrenar fuerte, en la semana con trabajo de carrera y ejercicios aeróbicos, mientras que por la tarde llegará al gimnasio Romanza para entrenar con Nacho Beristáin.
 “No quiero volver a medias nada más, si el trabajo me lo permite voy a entrenar bien, el compromiso siempre ha existido de mi parte y si voy a regresar, como he comentado, voy a hacerlo bien, no a medias, por eso vamos a darle tiempo al gimnasio como se merece”, indicó el capitalino, quien espera asistir a la cobertura de ESPN para la pelea del 9 de abril entre Manny Pacquiao y Tim Bradley.
Juan Manuel cumplirá en mes y medio más ya dos años sin subir a un ring, por lo que de seguirse aplazando su regreso al gimnasio, quizá entonces decida suspender sus ideas de volver al ensogado para una o dos peleas de despedida, pues ha dicho que primero quiere pelear en la Ciudad de México antes de buscar una pelea grande en Estados Unidos, también para despedirse.

viernes, 25 de marzo de 2016

ASÍ ES EL BOXEADOR ESPAÑOL QUE NOQUEARÁ TUS PREJUICIOS

QUIQUE PEINADO
El Mundo.es

Estamos en un diminuto vestuario del Pabellón Jorge Garbajosa de Torrejón de Ardoz, en Madrid. Cerca de 3.000 personas se han congregado para ver, entre otros, a Cristian Morales, campeón de España del peso ligero, que hace su primera defensa del título. En la puerta, un cartel cutre hecho a mano y pegado con cinta aislante marca los dominios del campeón, a quien su mujer, Raquel, le ha cosido el calzón con el que subirá al ring. Ese muchacho del barrio madrileño de Hortaleza se va a «jugar la salud» -como dice la recurrente frase de los boxeadores para evitar decir que se van a jugar la vida- a 10 asaltos de tres minutos contra Antonio Rodríguez Chiky, un lienzo de tatuajes andante que un día durmió en una peluquería yanqui para poder pelear allí. Cristian, que fue pintor en Reino Unido para aprender el pugilismo de aquel país, al que se marchó con 19 años, la Selectividad aprobada y nada más en la maleta, tampoco lo ha tenido fácil. Nadie lo tiene en el boxeo profesional español, una feria con poco dinero y muchas manos para cobrarlo. Por esta pelea, Morales ganará 2.800 euros, más un porcentaje de las entradas que él mismo ha vendido con sus manitas. Antes de cobrarlos, ha sido un muerto en vida durante casi tres meses de entrenamiento específico, más duro que el de ningún otro deporte, que le ha llevado hasta el estado físico y mental en el que se encuentra ahora. Tres meses de calvario y su salud en juego en breves minutos por ese dinero. Con suerte, en España podrá hacer dos peleas de este nivel al año. Como comprenderán, no lo hace por dinero. Las pasadas navidades, Morales escribió a varias ONG para proponerles hacer algún tipo de gala boxística, en la que él buscaría todos los medios, para recaudar dinero. De todas a las que se dirigió, solo una, Acción contra el Hambre, le respondió. Fue para decirle, muy amablemente, que no solía hacer ese tipo de acciones. Y, quién sabe con qué necesidad, decidieron añadir esto: «El deporte que practicas, por su naturaleza, no cuadra con los principios y valores de Acción contra el Hambre, y por lo tanto es muy complicado que podamos hacer algún tipo de colaboración».Si es usted boxeador, ni su buena voluntad nos vale.Dice Javier Castillejo, el púgil español más grande de todos los tiempos, que en este país ser boxeador es como ser un delincuente. «Totalmente», confirmará Morales días después de la pelea, sentado en la barra de un bar, bebiendo una infusión con miel, que es todo el exceso que se permite en su vida ascética de deportista profesional. «Llevo desde los 18 años dando clases a chavales. Les he ayudado a tener autoestima, el boxeo es el que les ha hecho saber que hay una manera de vivir en la que no necesitan ser los más malos. Hemos enseñado a críos a caminar por la vida de otra manera», se reivindica Morales, también maestro de su deporte.Si el boxeo tuviera un subtítulo, sería Deporte de acción contra el hambre. Pero Cristian, un hombre educado, de discurso brillante, de una vida sacrificada por un deporte que solo devuelve satisfacciones para su alma, se enfrenta cada día a miradas de desaprobación, a gente sorprendida porque no sea un macarra, a muecas de asombro y cambios de humor repentino.
Usted, que ha visto Rocky y conoció a Poli Díaz, no adivinaría ni en 100 años hablando con él que es boxeador: ni una marca en su cara de niño, una nariz perfecta, un discurso brillante de muchacho de barrio. «Yo no voy presumiendo por ahí de mi profesión, pero en algún momento lo dices. Y, automáticamente, comienzan a tratarte distinto», reconoce el campeón. Este chico es un maldito en este país. Pero sólo es ahí, dentro de ese vestuario en el que Cristian está sentado ahora mismo, con los antebrazos posados en una roñosa silla de plástico, mientras su entrenador le venda las manos con ceremoniosa precisión, con una coreografía de movimientos, silencios y gestos que evoca lo funesto, donde uno sabe que en juego está un mordisco de la vida de ese chico al que despreció una ONG. Sin artificios, sin barreras, sin que uno pueda detenerlo. Ahí, rodeado de un silencio pastoso y una electricidad ambiental insoportable porque todos los que están saben lo que se va a poner en juego en el ring, uno comprende que no hay dinero en el mundo que pague a un boxeador. Nada puede hacerlo. El corazón se acelera, se hace un nudo en el pecho y la cabeza no para de darle vueltas a lo que va a pasar.
¿Ahora en qué piensas, Cristian?
En nada. Ya está todo pensado.
Él ha llegado a tenerlo todo pensado sobre algo, una cuestión metafísicamente imposible, pero que para él no lo es. Porque mientras quien les escribe se tuvo que salir del vestuario porque no aguantaba la tensión, Morales se encontraba en lo que él llama plenitud. Porque ese chico había alcanzado un estado físico y mental con el que no puedo soñar. Ahora, si me cree, puede seguir leyendo para intentar entender esto, que se construye sobre la esencia más desnuda del ser humano. Corre el riesgo de que no le guste o, con suerte, dejar de considerar un maldito a Cristian Morales.Nadie ha contado mejor la esencia del boxeo que la novelista Jayce Carol Oates en su libro Del Boxeo. Entre las muchas y muy brillantes disquisiciones sobre la esencia del boxeo, de la pelea y de la masculinidad, Oates le da la vuelta a un razonamiento clásico sobre este deporte: que es la manera organizada de dar rienda suelta a nuestros instintos más primitivos y menos deseables, fundamentalmente el de la violencia.
Para la escritora norteamericana, es lo contrario: un púgil anula su instinto más profundo. «El boxeador aprende, mediante un esfuerzo de voluntad que los no-boxeadores no pueden ni intuir, a inhibir su propio instinto de supervivencia; ejerce su voluntad sobre los impulsos, meramente humanos y animales, de eludir no sólo el dolor, sino también el miedo a lo desconocido. En términos psíquicos esto suena a magia. La cordura puesta al revés, la locura revelada como una forma más elevada y pragmática de la cordura», escribe. Es decir: un boxeador es capaz, con un don natural y tras una preparación física y mental sobrehumana, de inhibir su instinto de supervivencia. Es capaz de controlar el impulso de retirar la mano cuando se la está quemando con una llama.

«Tras cada combate soy una persona distinta y mejor de lo que era antes de comenzar a prepararlo. En cada pelea ganas o pierdes no contra tu rival, sino contra la anterior versión de ti mismo. Algunos boxeadores persiguen la fama o la victoria como un perro que corre detrás de un coche, que cuando lo alcanza no sabe qué hacer con él. Y se olvidan de que es el camino hasta la pelea lo que te hace verdaderamente una mejor persona», dice Morales. Cuenta que el boxeo le ha dado seguridad en él mismo. Y añade, mirando a los ojos y con una convicción estruendosa: «Gracias al boxeo tengo una capacidad de sacrificio increíble. Yo ahora sé qué tengo que hacer para conseguir lo que me proponga en la vida». Llegar al convencimiento de que uno sabe lo que hay que hacer para conseguir lo que se proponga en la vida es de locos o de genios. Los boxeadores tienen un poco de ambas cosas. Ninguno te dirá antes de una pelea algo distinto a «estoy en el mejor momento de mi vida» o «voy a ganar seguro». Lo creen porque si no lo creyeran, no podrían subirse al ring. No serían capaces de anular su instinto de supervivencia. Nunca tienen miedo, no se lo pueden permitir. Y no lo hacen porque han pasado un calvario sobrehumano para llegar hasta el pie del ring. Para la pelea contra Chiky, Cristian Morales se levantó el día del pesaje, uno antes de la contienda, en 62 kilos y 800 gramos. Esa misma tarde tenía que dar menos de 61,237, el límite del peso ligero. Para quitarse ese peso se fue al gimnasio, se abrigó y se puso a hacer ejercicio hasta que se deshidrató. Ni bebió ni comió. Dio en la báscula 61 kilos exactos. Esa misma noche, cuando se acostó, pesaba 66. Ahora estamos en el pasillo que va a dar a la salida de vestuarios. Cristian ha vivido cómo, en medio de su rito de concentración, el presidente del Comité de Boxeo Profesional, Alfonso Redondo, entraba de malas maneras a su vestuario a pedirle a Antonio González Matías, su entrenador, mánager y promotor de la velada, el dinero para pagar los arbitrajes. Matías, un tipo de carácter, sacó al directivo del vestuario a gritos y, en una escena muy tensa, le pidió respeto. «¿Ves la de cosas que tienen que cambiar en este deporte?», dice Morales al periodista, atónito ante la falta de cortesía que acaba de vivir. La imagen es cutre, indigna del esfuerzo que le ha llevado hasta ahí. Pero ahora todo eso queda atrás. Cristian golpea las manoplas de su entrenador. Es, literalmente, otra persona distinta a la que era al llegar al pabellón. Su mirada bondadosa ahora es la de un animal que va a salir a cazar. Todos sus movimientos denotan rabia y concentración. Como dijo Joyce Carol Oates: «Los boxeadores están enfadados, en un sentido más profundo (...) De hecho, es el único deporte en el que la rabia es aceptada, ennoblecida». Morales dice que se ve en vídeo y no se reconoce. «Cuando voy a salir al ring me transformo. Me ciego. En mi cabeza sólo hay silencio. Lo veo todo claro, disfruto de la salida al cuadrilátero, oigo los aplausos, mi canción», describe. Es en el paseo al ring donde el boxeador es la envidia de todos los deportistas: ha elegido su ropa, su música, se encuentra en plenitud física y mental y no siente miedo ni presión. Todo lo escoge él y es para él. Morales camina hacia el cuadrilátero con esa cara de matar o morir mientras canta “Hambre de victoria”, del rapero alicantino Nach. «Todo lo que tengo es este micro y mi concentración / Tras meses hurgando en mi alma vuelvo a la acción / Todo lo que tengo es una voz y la esperanza / de miles que me lanzan a ultranza su confianza / Todo lo que quiero es vivir una vida plena / más allá de esos horarios diarios que me condenan / Sentarme a cenar en paz, sin ruidos que contaminen / Soy un mecenas del rap, callar es mi mayor crimen», recita, mientras mira hacia el público. «Sientes que estás preparado para la batalla, estás en plenitud. Luego miro a los ojos de mi rival profundamente y llega el momento de disfrutar».
"No estás noqueando a una persona, estás noqueando a un boxeador. Él es como yo"
¿Cómo puede disfrutar una persona noble, tranquila y buena de golpear a otra persona hasta hacerle caer perdiendo el sentido? Decía Maravilla Martínez, ex campeón mundial del peso medio: «No está en mi naturaleza pegar a otro tipo hasta tirarlo al suelo». Y era verdad. Eso no le impidió celebrar hasta el paroxismo, con la euforia de mil goles, cuando cazó uno de los mejores KO de la historia reciente del boxeo a Paul Williams, que recibió una mano a la contra y cayó, ojos en blanco y apariencia de cadáver, como si le hubieran apagado el interruptor de la vida. Floyd Patterson, el legendario campeón mundial de los pesos pesados, decía que no le gustaba ver sangre en el cuadrilátero. «No la del otro tipo. La mía me da igual». Es imposible de comprenderlo del todo si no eres boxeador. Al pugilismo se le ha llamado el Noble Arte, la Dulce Ciencia del Golpeo, el Drama de la Vida en la Carne. Ningún deporte tiene tanta literatura ni tan brillante a sus espaldas. Pero al final, son dos tipos pegándose hasta que uno derriba al otro. Es primario y violento. Aunque el boxeo actual protege hasta el extremo la integridad del boxeador, porque los árbitros no permiten un golpe de más, porque los guantes, las protecciones y la reglamentación limitan los daños; aunque un boxeador en la actualidad no sufre un daño físico ni remotamente comparable a otro que ejerció la misma profesión hace 20 ó 30 años, aunque se haya humanizado, el pugilismo son dos personas pegándose, al menos en la misma medida en la que el fútbol son 22 tipos en calzoncillos persiguiendo una pelotita. Al contrario que el fútbol, el boxeo es la menos importante de las cosas más importantes. Ni siquiera para Cristian Morales, que posee el don de la palabra y ha reflexionado mucho sobre su propia naturaleza de peleador, le es sencillo de explicar. «Nunca he sentido odio hacia mis rivales, todo lo contrario. Les respeto mucho, pero sé que vienen a quitarme algo que me pertenece», dice. «El boxeo son dos personas que eligen libremente subirse a un ring a probarse. Y lo hacen con las mismas condiciones, en el mismo peso. No vale ni tener dinero, ni privilegios sociales. En un ring tienes tu cerebro y tus puños para ganar. Es algo primitivo y que a la vez te da paz». Relata, como lo hacen todos los púgiles con los que hables, que los golpes en la cara no duelen (en el cuerpo sí), porque estás entrenado para ello. Y explica el KO. El propinarlo, porque él nunca lo ha recibido. Decía Patterson que cuando te noquean te sientes bien, que es un momento de felicidad inconsciente. Ha sido definido como «cuando te sacan del tiempo».Pero Morales no lo sabe. Sólo conoce la sensación de golpear un tipo y dejarlo fuera del tiempo por unos segundos. «Cuando llega la mano sabes que la pelea se ha acabado. La sensación es espectacular. Te viene un escalofrío en el cuerpo», dice, y sonríe. «En cierto modo, levantas los brazos y festejas porque la pelea se ha acabado y también se ha terminado tu castigo. Si el otro me noqueara a mí, querría que lo festejara», añade. «¿Y cómo se conjuga eso con no querer hacerle daño a un ser humano?», le pregunto. Para y piensa. Puede que no se lo haya preguntado nunca. «¿Cómo lo explico para alguien que no conoce el boxeo?», dice. Titubea. Empieza varias frases que no acaba. Arranca: «No estás noqueando a una persona: estás noqueando a un boxeador. Él es como yo. Acabar así es desagradable, pero es la finalidad del boxeo, es por lo que entrenas».
"Estoy harto de levantarme a las siete para correr, de no tomarme una Cocacola... ¿Tú crees que merece la pena? Ya no"

Y añade, tratando de quitarle al pugilismo una capa de falsa literatura pero añadiéndole otra de verdad literaria: «El boxeo nunca podrá dejar de ser lo que es: la celebración de nuestro ser más primitivo. Eso es un hecho y no se puede cambiar ni se puede decorar. Para ser boxeador tienes que sacar tu lado más primitivo, el de luchar. Esa esencia se extrapola a un ring en el siglo XXI, con unas reglas que lo alejan de un castigo físico importante para el boxeador, pero el boxeo es decir: 'Aquí estoy yo, soy fuerte y soy el que manda'».Se apagan las luces del ring. Cristian Morales se sienta en su pequeño vestuario, se siente vacío. Se pone el chándal y vuelve a ser uno más en la calle. Uno con el estigma de ser boxeador en el país equivocado. Aun así, entiende algunos prejuicios. «Yo soy un luchador. Estoy acostumbrado a sufrir, a que me peguen, a pelear. Tú a mí me das una hostia y puede que la reciba, pero aunque sea pequeño te garantizo que te voy a devolver más de una. Por eso, el boxeo, enseñado desde la filosofía equivocada, puede ser un arma muy peligrosa si cae en las manos que no debe. Yo no me he peleado con nadie desde que ni me acuerdo, quizá desde que tenía 16 años. Cuando tengo una discusión de tráfico siempre pienso lo mismo: no me voy a bajar por una bolsa de menos de 2.000 euros», se ríe. Baja la mirada. Parece que siempre le da otra vuelta a lo que acaba de decir.«Le he entregado mi vida al boxeo y ahora tengo ganas de entregársela a mi mujer, a mis amigos, a formar una familia. Estoy harto de levantarme a las siete de la mañana a correr, de no salir nunca, de no tomarme una Coca Cola, de hacer dieta. A mí no me han pegado en mi carrera, pero tengo los codos destrozados, los hombros me duelen, las lumbares también. He vivido de dar clases de boxeo y porque he tenido la suerte de tener unos patrocinadores maravillosos. Si mi gimnasio va bien, voy a ganar en un mes lo que me llevo por pelear un campeonato de España, y sin desgaste. ¿Tú crees que merece la pena? Ya no. Yo ya sólo quiero pelear por grandes bolsas. Ya me he demostrado todo lo que me tenía que demostrar», dice, como un viejo deportista de sólo 30 años, otra vez en la barra del bar en la que apura la infusión con miel. Estamos en la calle Rafael Herrera de Chamartín, el barrio de Madrid donde va a montar su gimnasio, Morales Box, en el que planea dar clases a ejecutivos, currelas, mujeres, niños. No quiere sacar peleadores profesionales, de momento. Quizá porque sabe que no merece la pena. El boxeo es demasiado bonito para él y ser profesional en España, demasiado doloroso.Cristian Morales ganó a los puntos, con meridiana claridad, la defensa del título nacional contra Antonio Rodríguez Chiky que vivimos desde dentro. Impuso lo mejor que tiene, su inteligencia, a la de su oponente. «No estoy genéticamente muy dotado para esto, pero sé cómo boxearle a cada rival», dice. No fue excesivamente brillante, pero sí muy superior. Algo pesado de piernas, se reprochaba. Regresó a casa sin apenas marcas en la cara; una constante en su carrera. Pero ese final fue lo de menos. El boxeo, al menos para él, es el camino.

martes, 22 de marzo de 2016

"PACQUIAO: "ESTA PELEA SERÁ DIFERENTE"

RIGO CERVANTEZ
ESPN.com

Manny Pacquiao dijo que a pesar de que el próximo 9 de abril enfrentará a Tim Bradley, en lo que él mismo describió como el último combate de su carrera como boxeador profesional, ''tengo todo por demostrar en esa pelea'', aseguró este lunes, en una entrevista exclusiva con ESPN Digital.
Pacquiao (57-6-2, con 38 KO's), indicó que nada la gustaría más que ''ganar por nocaut, en mi última pelea''. Sin embargo, reconoció que no será una labor fácil frente un rival que cuenta con un palmarés de 33-1-1, con 13 triunfos por la vía del cloroformo.
Manny Pacquiao desea terminar su carrera consiguiendo un nocaut ante Tim Bradley en la pelea del 9 de abril. AP Photo/Reed Saxon
El combate pactado a doce vueltas, en el que estará en disputa el titulo de peso welter vacante de la OMB, en el MGM Grand de Las Vegas, será la tercera confrontación entre el filipino y 'Desert Storm' Bradley, originario de Palm Springs, California, a quien Pacquiao se impuso por decisión unánime el pasado 12 de mayo de 2014, en combate de revancha, luego de perder en una controversial decisión, el 9 de junio de 2012.
''Esta pelea será diferente. Estoy preparado para ofrecer un gran espectáculo'', señaló el 'Pacman' filipino, quien se mostró fuerte, con buena movilidad de piernas y con su conocida velocidad de manos, al momento de lanzar sus combinaciones de golpes, durante una sesión de trabajo que Manny realizó en el gimnasio Wild Card, con acceso exclusivo a un equipo de trabajo de ESPN.
Pacquiao, por otra parte, reconoce que su capacidad noquedora ha venido a menos, ya que su último triunfo por la vía corta, fue el que logró frente al puertorriqueño Miguel Coto, hace seis años, el 14 de noviembre de 2009.
''Es más difícil noquear a los rivales en esta división de las 147 libras. Porque, de hecho, mi peso natural, son las 140 libras y si me exijo un poco, puedo dar hasta las 135'', reveló el boxeador filipino.
Sobre la lesión en su hombro derecho, que le impidiera ofrecer una mejor actuación en la denominada 'Pelea del Siglo', el pasado 2 de mayo de 2015, frente a Floyd Mayweather Jr., Pacquiao reveló que está totalmente recuperado.
''Su hombro derecho ahora mismo está más fuerte que su iquierdo'', asintió Freddie Roach, entrenador de cabecera de Manny durante los pasados tres lustros de su carrera.
Roach participó en un intensa sesión de guantes con su pupilo, utilizando las tradicionales guanteletas, para que el pugilista ensayara toda clase de combinaciones de golpes, a ritmo de metralladora.

Por momentos, Roach hizo un despliegue de movilidad para obligar a su boxeador a cortarle el ring, mientras que, en otras, el veterano entrenador del gimnasio de la Calle Vine, en Hollywood, se quedaba estático en una esquina, para capear el vendaval de golpes y provocar que Pacquiao también estuviera atento a los contraataques que, de seguró, lanzará Bradley.
''Esta es apenas su segunda semana en Los Ángeles, todavía está ajustando su organismo al cambio de horario'', confesó Freddie Roach, al referirse a Manny Pacquiao, con quien se pasó un mes entero en las Filipinas, entrenando a su boxeador.
''Siento que él está mejor aquí, en Los Ángeles, ya que en su país, tiene demasiadas distracciones'', alegó Roach.
A lo que Pacquiao respondió; ''Mi campamento en las Filipinas fue muy bueno. Las distracciones no han sido problema'', replicó 'Pacman', mientras que un miembro de su equipo de trabajo, acotaba, en son de broma:
''Lo que sucede, es que a Freddie no le gusta la comida filipina'', y todos soltaron la carcajada.
Pacquiao, de 37 años de edad, ha asegurado que esta será su última pelea, para dedicarse a tiempo completo a una carrera política en la que ya logró ser electo al puesto de congresista y el próximo 6 de mayo enfrenta una elección para un curul como Senador.
El mes pasado, Manny Pacquiao estuvo en el centro de una enorme controversia luego de unas supuestas declaraciones en contra de los homosexuales.
El pugilista ha pedido disculpas y este lunes, en su encuentro con ESPN, reiteró que los conceptos vertidos en aquella entrevista para televisión, fueron tomados fuera de contexto.
A pesar de ello, un centro comercial de Hollywood, The Grove, ha anunciado que no permitirá la presencia del boxeador en sus facilidades.

jueves, 17 de marzo de 2016

SULLIVAN BARRERA NO SERÁ PRESA FÁCIL PARA ANDRE WARD

Bernardo Pilatti
ESPN Digital

Con el boleto a una mega pelea contra el triple campeón semipesado Sergey Kovalev como premio, el 26 de marzo en el Oracle Arena de Oakland, CA, se enfrentarán los invictos Andre Ward (28-0 con 15 KOs) y el cubano Sullivan Barrera (17-0 con 12 KO). La pelea parece hecha a la medida del estadounidense, sin embargo las cosas para Ward pueden resultar más difíciles de lo que muchos imaginan.
Pero veamos primero las razones para creer en una victoria fácil del ex campeón mundial súper mediano. Andre Ward es quien tiene la mayor experiencia en el campo profesional, ha enfrentado y vencido a rivales de todos los estilos, es más rápido, supera a Barrera en lo técnico y por si fuera poco, pelea en casa. Nadie dude que en un final apretado las tarjetas lo van a favorecer.
No obstante la calidad innegable de Ward y los privilegios de pelear en casa, hay razones para otorgarle el beneficio de la duda a su victoria o a su derrota. La primera de esas razones pasa por la incógnita sobre el daño que a su desempeño pueda provocar el óxido acumulado y la segunda razón es el estilo y las características de su rival, Sullivan Barrera.
Ward, desde el 8 de septiembre de 2012, cuando venció a Chad Dawson por TKO, solo ha peleado dos veces. El 16 de noviembre de 2013 venció a Edwin Rodríguez en las tarjetas y el 20 de junio del 2015 al dos veces retador del título súper mediano, el británico Paul Smith, por TKO. En medio de todo eso, Ward tuvo que librar una batalla fuera del ring para liberarse de su contrato promocional con el fallecido Dan Goossen. Luego del fallecimiento de Goossen recién pudo encontrar una salida a su problema contractual y firmó con Roc Nations Sports.
Su debut oficial en las 175 libras debía producirse el pasado 21 de noviembre, contra el colombiano Alexander Brand, en la misma cartelera de Canelo Álvarez vs. Miguel Cotto, comenzando así su contrato de tres batallas con la cadena HBO. Sin embargo, la pelea debió ser cancelada debido a una lesión en la rodilla derecha de Ward.
Se supone que, de vencer a Barrera, Ward deberá enfrentar en su siguiente combate a Sergey Kovalev, aunque no se descarta que realice otra pelea en junio previo a ese combate y completar su trato con HBO, precisamente, frente al triple campeón y figura mayor de la división. No obstante, el camino hacia ese objetivo no parece nada fácil.
Ward ha pasado más tiempo dedicándose a negociar su carrera que a prepararse para la misma y es una incógnita imaginar su condición para el 26 de marzo. Al óxido suma el desafío de pelear en un peso superior y contra un rival que ya se preparaba para enfrentar en pelea mandatoria a Kovalev. Precisamente, Barrera podía aguardar los plazos e ir directamente contra el triple campeón, pero su equipo decidió arriesgar ese boleto ante Andre Ward. "Ward caerá y después iremos por los cinturones de Kovalev" afirmó el cubano muy seguro de su victoria.
¿Tiene realmente Barrera condiciones de cumplir su vaticinio? ¿Se equivocó acaso al tomar la pelea por Ward y no esperar para ir directamente contra Kovalev? La respuesta es muy simple: el cubano tiene condiciones para llevarse la victoria y el camino elegido para tentar a la gloria ha sido el correcto.
En primer lugar va contra un rival que si bien lo supera en velocidad y técnica, le otorga ventajas que pueden ser fundamentales. El óxido y la falta de costumbre a la división, ya lo dijimos, pueden ser dos de esas facilidades. No obstante las mayores posibilidades de victoria dependerán exclusivamente del trabajo que realice Barrera. El cubano, tanto en altura como en alcance de brazos supera a Ward en cinco centímetros. Es más fuerte en lo físico y obviamente es mayor su pegada.
Se supone de antemano que el dibujo de la pelea debería ser uno solo: Ward moviéndose de manera permanente, golpeando desde los ángulos, entrando y saliendo para colocar sus combinaciones por el centro de la guardia y sumando puntos con un boxeo vistoso aunque elusivo. A su vez es de esperar que Barrera busque desde el comienzo cortar el ring, achicar distancia y tratar de llegarle con sus golpes de poder. Su receta será buscar el KO.
Sin embargo, apurar la pelea puede ser un error. Ward no tendrá gasolina suficiente para soportar el mismo tren de pelea durante los doce asaltos. Si Barrera entra a la corta distancia para someter a un rival tan elusivo como Ward, le facilitara el trabajo. El estadounidense amarrará, lo trabajará en el golpeo corto o aprovechará esos momentos para recuperar energías. El cubano debería poner presión pero trabajar desde la larga y la media distancia. Soltar sus trallazos por afuera para complicarle las salidas laterales al rival, jabear de manera continua y desde la media distancia buscar los gachos largos a la zona media. Otorgarle espacios a Ward le obligará a moverse de manera permanente y con ello acelerará su desgaste. Si Barrera consigue llevar ese ritmo más allá del sexto episodio, sus posibilidades de ganar por KO aumentarán.
Sullivan Barrera, que viene de noquear a Karo Murat en el quinto asalto y es entrenado por el considerado como el entrenador del año 2015 por ESPN, parece capacitado para romper los pronósticos y poner un pie en el umbral de la gloria. Un objetivo que se marcó en sus sueños de triunfo cuando no tenía entrenador, ni siquiera un gimnasio donde entrenar y debía conformarse con trotar solitariamente en el Tropical Park de la ciudad de Miami. Desde entonces muchas cosas mudaron en la vida de Barrera, especialmente porque aparecieron las oportunidades de lograr su sueño americano. Para ello solo faltan dos peleas. Ojalá lo consiga.

miércoles, 16 de marzo de 2016

LA CALLE DEL OLVIDO

EMILIO MARQUIEGUI
Marca.com

El pasado viernes se celebró un emotivo acto en la localidad valenciana de Alfara del Patriarca, dirigido por su alcalde Lorenzo Rodado, donde se dio a una de sus calles el nombre de un boxeador olvidado tras la guerra civil, pero que está en la historia del boxeo español en uno de sus capítulos destacados, José Martínez Valero "El Tigre de Alfara". Fue el único español campeón europeo del peso semipesado de la historia y en su época de esplendor en los años 30 del siglo pasado, era un ídolo capaz de llenar, como ningún otro deportista, la plaza de Toros de Valencia con decenas de miles de aficionados. Nacido en 1911, muy joven fue campeón de España y en su tercer intento por el título continental consiguió la hazaña en febrero de 1934 en Barcelona derrotando por puntos al belga Leonard Steyaert.
Perdió la corona ante el campeón mundial del peso medio Marcel Thil, en París un mes después, por descalificación en el 13º asalto de una pelea igualada que finalizó el árbitro al considerar golpes bajos algunas acciones del valenciano. Hizo peleas memorables antes de que estallara la guerra civil, y, entre ellas, combate nulo con, para algunos, el mejor boxeador español de la historia, Ignacio Ara. La contienda española golpeó por ambos costados al "Tigre". Por un lado, los grupos anarquistas que tomaron el poder de la localidad en los inicios de la guerra expropiaron los bienes del campeón que tanto había luchado en el ring por conseguir, teniendo que irse a Francia a seguir su carrera pugilística, sin que a su familia se le permitiera acompañarle. Y cuando tras la guerra civil pretendía regresar a España, le persuadieron de que no lo hiciera por posibles represalias al haber participado en veladas de boxeo benéficas que organizó el ejército republicano, con el que simpatizaba el excampeón de Europa.
Por ello, decidió seguir su carrera en Argentina, donde fue un púgil muy popular. En 1943 colgó los guantes y se hizo entrenador de destacados campeones argentinos como Ubaldo Sacco, Tito Yanni o Antonio Cuevas. Lamentablemente José Martínez Valero falleció en 1963, a los 52 años, de un ataque al corazón.
El vecino de la localidad de Alfara del Patriarca, Francisco Cabo, continuó la iniciativa de su padre, y ha finalizado una gran labor de reconocimiento con el libro "El Tigre de Alfara. El gran campeón que la guerra destronó", editado por el Ayuntamiento de la localidad con la ayuda de la Diputación de Valencia. Una gran acción de recompensa a deportistas olvidados, unos por el paso del tiempo, otros por no coincidir sus ideas políticas con las del gobernante de turno, como así ha ocurrido con otros grandes púgiles que no poseen siquiera una placa en sus pueblos, desconocidos prácticamente si no fuera por haber nacido allí estos ilustres deportistas. Es el caso de José Manuel Ibar "Urtain", que no está reconocido en Cestona (Guipúzcoa) o Paulino Uzcudun, tampoco en la localidad de Régil, de la misma provincia vasca. Deporte y política deben ser como el agua y el aceite, pero muchos políticos de cualquier signo no entienden de justicia.

FALLECE GILBERTO MENDOZA, PRESIDENTE EMÉRITO DE LA WBA

EMILIO MARQUIEGUI
Marca.com

Gilberto Mendoza , presidente emérito de la Asociación Mundial de Boxeo (WBA), quien estuvo al frente del organismo desde 1982 hasta 2015, falleció ayer en Venezuela a los 72 años. Fue púgil amateur en su juventud y sustituyó al estadounidense Robert Lee en 1982 al frente de dicha asociación, la más antigua de las actuales organizaciones mundiales de boxeo.
En esta etapa de 33 años, tuvo iniciativas positivas e interesantes como la creación del programa KO a las Drogas, en busca de la lucha contra los estupefacientes, y fue un personaje importante en el mundo del boxeo, preocupándose siempre por la seguridad de los púgiles durante su carrera y por procurarles ayuda tras la retirada. Aunque también tuvo sus sombras, como la creación de diversos títulos mundiales distintos, como el de supercampeón, el campeón interino, el campeón unificado, que ha tenido en contra a los aficionados por su negativa influencia en la claridad del deporte de las dieciséis cuerdas.
Había dejado su cargo en manos de su hijo Gilberto Jesús Mendoza, quien le sustituyó en diciembre pasado por su delicado estado de salud.

domingo, 13 de marzo de 2016

RUBÉN VARÓN CAE EN CUATRO ASALTOS ANTE CEDRIC VITU

EFE

El francés Cedric Vitu revalidó este sábado su título europeo superwelter al vencer por kot. en el cuarto asalto al aspirante, el español Rubén Varón, en pelea disputada en el pabellón Marcel Cerdan, de Levallois, extrarradio de París.
Cedric fue claro dominador de un enfrentamiento en el que Varón demostró estar lejos de su mejor momento. El instante decisivo llegó en el cuarto episodio cuando el campeón alcanzó claramente en el rostro a su oponente, quien acusó los golpes recibidos, sobre todo uno que le llegó al ojo derecho.
En el primer asalto, Rubén Varón intentó mantener a su rival fuera de distancia, pero el zurdo francés buscó el centro del ring y golpeó el rostro y el flanco del español.
En el segundo round, Varón controló las acciones y el francés no le llegó tanto como en el asalto precedente. El madrileño llevó la iniciativa en la mayor parte de dicho período.
El tercer período fue un calco del anterior y en él Varón, que nunca estuvo a tope, no supo contrarrestar a su oponente, quien siempre se mostró mejor.
Cedric defendió con éxito su corona por segunda vez. En la anterior ocasión también derrotó a un púgil español, Roberto Santos, al que ganó por puntos, en decisión unánime.
Rubén Varón, de 36 años y con 16 años de actividad boxística, cuenta ahora en su palmarés con 52 combates, con 43 victorias (20 de ellas por KO) y nueve derrotas (seis antes del límite), mientras que su rival Vitu, de 30 años, tiene un historial con 46 peleas de las que ganó 44, de ellas 18 por k.o., y dos derrotas.

jueves, 10 de marzo de 2016

BADOU JACK SE OLVIDA DE CHÁVEZ JR.

Salvador Rodríguez
ESPN Digital

Badou Jack pretende hablar con su compañía promotora, Mayweather Promotions, para saber el status oficial de la pelea que estaban negociando con Julio César Chávez Jr., y ver si se puede ya olvidar de enfrentar al excampeón sinaloense o aún deberá esperarlo.
En entrevista con ESPN, Jack estableció que a él le gustaría pensar en otro rival para no arriesgarse de nueva cuenta en otro aplazamiento de la pelea, pero al final cree que Floyd Mayweather y Leonard Ellerbe tomarán la mejor decisión para su carrera, en tanto él sigue entrenando a tope en Las Vegas.
"En realidad no sé qué va a pasar, tengo que hablar con mi promotor, con Mayweather Promotions, yo creo que vamos a ir pensando en otro rival, ya se ha negociado esta pelea por mucho tiempo, se suponía que íbamos a pelear en enero, pero se aplazó y se ha ido aplazando, hay que avanzar", estableció Jack, quien cumplirá en abril su primer año como campeón súper medio del Consejo Mundial de Boxeo.
En teoría la pelea estaba acordada para realizarse el 30 de abril en Texas; sin embargo, una lesión en el talón izquierdo de Chávez Jr. evitó que la pelea se anunciara siquiera. Julio César Junior ha dicho que él está listo para mediados de mayo.
"Debe ser difícil lo que está pasando él, si se lesionó, no puedo desearle otra cosa que no sea lo mejor, mientras nosotros vamos a ver lo que viene, yo insisto en que soy un gran fanático de su padre pero a veces así son las cosas, no le deseo mal, que se recupere y ya veremos qué pasa", añadió el peleador sueco avecindado en Las Vegas.
El CMB, a través de una misiva, pidió ya a Jack de un informe este viernes de las negociaciones para su siguiente pelea, ya que no ha subido a un ring en prácticamente seis meses y no tienen reporte de lesión alguna ni tampoco de un acuerdo para la pelea con Chávez.
Por lo pronto, Badou sigue entrenando en Las Vegas, mientras que Julio César dijo que sólo necesitará algo de reposo y terapia física para poder pelear a mediados de mayo ante Jack, siempre y cuando Mayweather Promotions siga pensando que el mexicano es la mejor opción.

miércoles, 9 de marzo de 2016

JULIO CÉSAR CHÁVEZ SE LESIONA. PELIGRA EL COMBATE CONTRA BADOU JACK

Salvador Rodríguez
ESPN Digital

Independientemente de si llega a cerrarse la pelea, el sinaloense Julio César Chávez Jr. anunció que su posible combate ante el campeón súper medio del Consejo Mundial de Boxeo, Badou Jack, no será el 30 de abril, alegando una lesión en el talón izquierdo.
Mauricio Sulaimán, presidente del Consejo Mundial de Boxeo, dijo que este viernes se pedirá a Badou Jack o sus representantes un informe de cómo van las negociaciones, toda vez que Jack hace seis meses no expone el campeonato súper medio.
En tanto, Chávez dijo que una lesión en el talón izquierdo, por el cual se ha hecho ya algunos estudios, no le permitirá entrenar como quisiera durante tres semanas, por lo que dejó ver que esa pelea se sigue negociando pero para otra fecha.
"Sabíamos que tenían un acuerdo para pelear a fines de abril, ha habido mucha controversia por las declaraciones que ha hecho el papá (Julio César Chávez Sr.), pero es un tema de papá e hijo, en cuanto a lo deportivo, ya enviamos una carta a Jack y su equipo porque hace casi seis meses que no defiende y nos tiene que notificar cuál es su siguiente pelea", externó Sulaimán.
Sin embargo, Chávez Jr. dijo que quizá la pelea se tenga que aplazar al menos tres semanas y realizarse en mayo, o incluso en junio. "Estoy casi seguro que hay un acuerdo, espero que no se rompa, sólo pediría que se aplace la pelea tres semanas por lo del talón, pero espero regresar a entrenar como necesito muy pronto", externó el hijo del más grande peleador mexicano de todos los tiempos.
Hace una semana, Julio César Chávez Jr. y su padre se vieron envueltos en una discusión pública en la que JC aseguraba que su hijo no se entrenaba como debía, mientras que Junior dijo que estaba entrenando con normalidad.
Debido a la lesión de Julio César Jr., ya gran parte del equipo rompió concentración en espera de nueva fecha para que puedan reintegrarse al campamento en California.
Por su parte, Badou Jack dijo a una fuente cercana al CMB que está entrenando al máximo para pelear con Chávez Jr., también en espera de cerrar ese duelo para su siguiente defensa de la faja de las 168 libras.

martes, 8 de marzo de 2016

ALI-FRAZIER I FUE LO NUNCA VISTO, SEGÚN BOB ARUM

Salvador Rodríguez
ESPN Digital

Pocas veces se ha escuchado tan emocionado al legendario promotor Bob Arum, como cuando comenzó a hablar de la que considera como la pelea más grande de la historia, la primera entre Muhammad Ali y Joe Frazier hace 45 años, un combate sin igual que generó una electricidad nunca antes ni después vista y que bien pudo haber vendido, si hubieran tenido entonces la tecnología de ahora, hasta 10 millones de casas en pago por evento.
Arum, quien entonces era abogado y promotor de Ali, aseguró que más allá de lo deportivo, esa pelea tenía toda la atención porque se politizó y se hizo tan importante, que se vendieron boletos hasta en 10 mil dólares, lo cual, según Bob, serían cerca de 100 mil dólares de la actualidad.
"Esa pelea, hace 45 años, fue la pelea más grande que ha habido en la historia del boxeo, todo el mundo se detuvo por esa pelea, por las ramificaciones políticas que tenía la pelea", dijo de arranque Arum.
La pelea, de acuerdo con Arum, se politizó desde el momento en que a Ali le habían quitado el pasaporte y le habían también impedido obtener una licencia para pelear por manifestarse en contra de la guerra de Vietnam, mientras que Frazier gozaba del cariño de la gente blanca, del sistema.
"Ali había sido privado de pelear por tres años y medio por lo del viaje, a Ali le habían quitado el pasaporte, nadie podía darle licencia por ninguna comisión en EEUU, pero razonablemente, con una decisión de la corte, vuelve primero ante Jerry Quarry, luego con Óscar Bonavena y entonces enfrentó a Joe Frazier. Ali nunca había perdido una pelea, pero como dije, en tres años y medio no le dieron permiso de pelear", recalcó Bob.
"Joe Frazier en ese lapso había sido el campeón de peso Completo, era el campeón interino, tampoco había perdido una pelea. Joe Frazier era manejado por un grupo de gente blanca llamado Cloverlay en Filadelfia, e inmediatamente polarizaron todo.
"Ali era era el peleador contra la guerra de Vietnam, el peleador contra lo establecido, y Frazier era, desafortunadamente, el peleador de la gente blanca, de los establecido y se había convertido todo en una pelea política. Todo mundo en el país y el resto del mundo estaba esperando porque se diera la pelea", recordó el mandamás de Top Rank.
La pelea se realizó en el no menos legendario Madison Square Garden. Para entonces, todo mundo quería estar ahí, costara lo que costara, y así lo recuerda Arum.
"El Madison Square Garden estaba, como era obvio, todo vendido, los boletos podían comprarse hasta en 10 mil dólares por asiento, lo cual en 1971 era mucho dinero, probablemente lo que hoy son 100 mil dólares. Todo mundo quería ver esa pelea. Frank Sinatra obtuvo una credencial de ringside y estaba tomando fotos desde ahí, Burt Lancaster estaba ahí.
"Todos los grandes políticos, el país se detuvo. Desafortunadamente en ese tiempo no teníamos satélites, la pelea se distribuyó a través de una compañía telefónica a lugares cercanos en EEUU y Canadá y sólo 400 locales dieron servicio de circuito cerrado porque eso era lo que la compañía telefónica tenía disponible. Si entonces hubieran contado con satélites como ahora probablemente hubiéramos hecho un pago por evento y vendido 10 milllones casas".
Como dato, la pelea de Floyd Mayweather y Manny Pacquiao, que tiene el récord de más ventas en 2015, vendió 5.4 millones de casas.
"Cada asiento y cada locación en toda la nación se vendió, la gente se volvió loca en las calles por tratar de conseguir un ticket para ver la pelea, fue algo tan especial y tan eléctrica que en 50 años que he estado en el boxeo nunca nada ha estado tan cerca de la emoción que esa pelea generó", apuntó.
Como representante de Ali, Arum aceptó que la derrota los sorprendió. Aunque sabían que Muhammad no había sido el mismo tras esos tres años y medio de receso obligado, no pensaron que Frazier iba a sacarles la victoria. Pero cuando sucedió, de inmediato echaron a andar la maquinaria.
"Tuvimos un plan, queríamos decirle a la gente que Ali seguía siendo el campeón, y para ello, trabajamos en la agenda de Ali, iba a pelear cada dos meses, lo pusimos con Jimmy Ellis, Buster Mathis, enfrentó de nuevo a George, Jerry Quarry, cada dos meses peleó y por todo el mundo, Canadá, por todo el mundo, en Indonesia con Rudi Lubbers, en Japón contra Mac Foster, cada dos meses lo tuvimos en el ring.
"Mientras que Frazier y su gente actuaron como lo hacían usualmente los campeones, esperaron seis o siete meses para pelear y lo enfrentaron a rivales que nunca tenían oportunidad. Entonces Ali siguió siendo aceptado como el campeón y nunca perdió el paso porque perdió esa pelea", estableció el reconocido abogado neoyorquino.
Entonces con cinco años como promotor, Arum aprendió esa noche que sería imposible promover otra pelea como lo hicieron aquel 8 de marzo de 1971 en el Madison Square Garden. "Esa pelea se vendía sola, vendimos cada circuito cerrado, cada boleto, mucha gente compró la cinta para llevarla a otros países, y pensar en tener otra promoción tan grande como esta, simplemente no podías, la demanda rebasó todo", concluyó el aún emocionado testigo de aquel épico momento en la historia del boxeo.

domingo, 6 de marzo de 2016

VICTORIA DE MARGARITO CON ÉPICA


Salvador Rodríguez
ESPN Digital

El ‘Tornado’ de Tijuana, Antonio Margarito, se levantó de la lona en el sexto asalto para terminar con un ayuno boxístico de más de cuatro años y lograr la victoria por puntos sobre el mexicalense Jorge ‘Maromerito’ Páez ante más de 10 mil fanáticos en la Arena Ciudad de México en una velada de Zanfer Promociones.
Las tarjetas fueron de 95-94, 97-93 y 96-93 para Margarito, quien sólo pudo sobrevivir a ese sexto asalto gracias a que Páez se cansó de tirar golpes y no pudo terminarlo, pues luego, con mejor condición física, fue por él y cerca estuvo de noquearlo en el décimo y último asalto.
Fue la primer pelea de Margarito en 51 meses y mostró que aún tiene fuelle para combatir de tú a tú, mas sufrió demasiado con un Páez voluntarioso que no pudo aguantar el ritmo y terminó cediendo la iniciativa, y la pelea, al ídolo tijuanense que volvió a demostrar que tiene imán con la gente.
La pelea resultó dramática y el público terminó por reconocer a los dos peleadores, a Margarito por la valentía de levantarse de la lona para ir en busca del nocaut y a Páez por ponerse de tú a tú con un hombre más grande y más acostumbrado a este tipo de guerras.
Con este resultado, Margarito mejoró a 39-8 y 27 nocauts, mientras que Páez se quedó con 39-8-2 y 23 nocauts.
Comenzó Páez con muchas fintas, tratando de marcar con el 1-2 pero pronto Margarito comenzó, con su jab a marcar el ritmo del combate; sin embargo, el ‘Maromerito’ logró cimbrar al tijuanense con una sólida combinación y recibió respuesta con castigo al cuerpo. En la esquina a Tony comenzaron a tratarle el pómulo derecho con la plancha helada.
La pelea llegó en el segundo round al terreno donde quería Margarito, en el corto, ahí cruzaron una gran cantidad de upers y fuertes combinaciones en las que Tony salió mejor librado, pero encontró a un ‘Maromerito’ valiente que ofreció castigo y dejó en claro que iba a combatir como quisiera el tijuanense.
Para la tercera ronda salió Páez a boxear, metió veloces combinaciones al rostro de Margarito que pese a ello no dejó de buscar la pelea. En algún momento se paró el mexicalense al tú por tú y nuevamente se vio favorecido Tony, pero al final una derecha portentosa de Páez aterrizó en el rostro del excampeón de forma espectacular.
El cuarto capítulo fue todo de Margarito, Páez no pudo boxear de nuevo, las piernas no le respondieron y no le quedó de otra que fajarse con el ‘Tornado’, quien acostumbrado y cómodo con la pelea en un metro cuadrado le metió cuantos upers quiso y comenzó a inclinar así la balanza.
Margarito volvió a apropiarse del quinto episodio, pero Páez no dejó de tirar los puños. Tony de nueva cuenta fue quien sacó ventaja de su estilo y capitalizó con combinaciones de cuatro o cinco golpes para mantener ocupado al de Mexicali en la defensa y no permitirle tirar como quisiera.
En el sexto renació Páez. Con un cruzado de derecha Páez mandó a la lona a Margarito quien muy lastimado se levantó como pudo y sobrevivió apenas el asalto gracias a que ‘Maromerito’ no pudo acabarlo porque se cansó de tirar golpes. La fanaticada vivió medio round de pie electrizada por las acciones en el ring.
Ya agotados salieron al séptimo a tratar de hacer daño, pero sin mucho éxito. Ya repuesto de los golpes Tony y su ligera mejor condición le permitieron ofender y recibir muy poco en contra, pues incluso hizo que Páez rehuyera al pleito en más de una ocasión y evitara el intercambio.
Ya más recuperado, comenzó a soltar las manos Páez en el octavo y con un volado de derecha logró que se pusieran de pie los fans, pero sin reversa Margarito fue por él y lo llevó contra las cuerdas y lo obligó a pararse de nuevo al intercambio, cerrando los dos muy fuerte en los últimos segundos del round.
Con más potencia y aire, Margarito fue por Páez que no pudo responder en el noveno ante tal presión y cerca estuvo de enviarlo a la lona con sus impactos, pero con más corazón que condiciones logró terminar de pie el round y hasta tiró una seguidilla de impactos que sorprendieron a Tony.
En el décimo, Páez ya no tuvo para competir y cerca estuvo de ser noqueado por un Margarito que trató de terminarlo antes de que sonara el último campanazo, lo cual obligó a que el público aplaudiera a ambos tras el final del combate.

MUHAMMAD ALI: ERA EL MEJOR (Y ÉL LO PROCLAMABA A GRITOS)

LUIS VENTOSOL
ABC.es

Tal vez fue el mejor. De hecho él lo proclamaba a gritos, con su locuacidad efusiva, tantas veces histriónica. Pero además Cassius Marcellus Clay Jr., o Muhammad Alí, pues así quiso llamarse («el otro fue el nombre que los blancos dieron a mi amo esclavista»), fue el primer deportista de predicamento planetario que gobernó su propio destino y se convirtió en un símbolo de la contracultura.
Alí ganó tres veces el título del mundo. Lo hizo con solo 22 años, en 1964, y lo repitió ya más lento, pero más taimado, en 1974 y 1978. Disputó 61 peleas profesionales y solo bajó del ring derrotado cinco veces. Se pavoneó al lado de Malcolm X, vociferando ambos provocaciones racistas desde el otro lado que han envejecido mal. Pero su sincero aldabonazo en favor de los derechos de los negros supuso una inmensa ayuda contra una segregación repulsiva. Fue un San Sebastián pop, martirizado por las flechas para la portada de «Esquire» en 1968. Charló con Dylan y encandiló a los hippies cuando en 1967 el deportista musulmán se negó a enrolarse en el Ejército para combatir en Vietnam. «Yo no tengo ninguna pelea con los del Vietcong. Ninguno de ellos me ha llamado negro».
El establishment lo desposeyó de sus títulos y durante tres años largos, de su licencia para combatir. Le impusieron una pena de cinco años de cárcel que no llegó a cumplir y una multa de diez mil dólares. El Supremo acabó dándole la razón en su objeción por motivos religiosos. Pero como decía el zorro Angelo Dundee, su entrenador blanco de siempre, «le robaron sus mejores años». Alí es también materia literaria, fascinación de prosistas rocosos como Norman Mailer, instalados en la dudosa tesis de que reventarse a golpes es el epítome de la más alta virilidad.
El 02 Arena, el inmenso coliseo del rock de Londres, celebra esta semana a los dos Alí, al boxeador y al agitador político. La exposición «Soy el más grande», a la que cuesta 20 libras entrar, estará en cartel hasta finales de agosto. Se han reunido 200 objetos del boxeador. Allí está desde el marco de la puerta de la casa de tablas de Louisville (Kentucky) donde nació, hijo de un pintor de señales y de una ama de casa que limpiaba fuera, hasta los entorchados de sus títulos, sus guantes de peleas nunca olvidadas, carteles de combates, infinidad de maravillosas fotografías.
Pero lo que más impone es el desparpajo provocador del joven, guapo, elegante a su modo y siempre arrogante Cassius Clay, que emerge con su magia lenguaraz en películas en blanco y negro del siglo pasado. Muy especialmente, fascina observarlo bailando y a veces sufriendo hasta la agonía en el cuadrilátero. Peleas de los días en que sus pies volaban, que ganaba casi como si se pegase vestido de esmoquin, haciendo buena su máxima: «Baila como una mariposa y pica como una abeja». Pero también luchas tan sanguinolentas como su tercer choque de trenes con Joe Frazier, bajo una humedad alucinada de 38 grados en la Manila de 1975. «Lo más parecido que he conocido a la muerte», en palabras de Alí, triunfal, pero por una vez vulnerable.
Hasta el final se rumoreó que Muhammad Alí podía viajar a Londres para inaugurar la muestra. Una fantasía publicitaria, dada su postración física. Quien acudió fue Lonnie Williams, la cuarta mujer de un hombre que ha tenido nueve hijos, una amiga de su primera juventud con la que se casó en 1986, recién aparecido el Parkinson, y con la que vive en Scottsdale (Arizona). Alí, que cumplió los 74 el pasado 17 de enero, ha iniciado el año con dos ingresos hospitalarios, uno por problemas respiratorios y el segundo por una infección urinaria. Hace dos años largos que ya no puede hablar, otra dentellada de un Parkinson que se atribuye a los golpes en la cabeza. Hace muchos lustros que ha perdido la expresividad facial. El rostro sonriente que no tenía miedo a nada se contrae ahora en una máscara perpleja. A pesar de su mala cabeza en las inversiones, que explica que todavía se subiese al ring con 38 años, conserva un patrimonio de 50 millones de dólares y es un ídolo mundial. «Espero que esta exposición lo una a una nueva generación de seguidores», comenta su mujer. No hace falta. Alí está tatuado a golpes y palabras en memoria humana.
Veo en una calma silenciosa las dos obras maestras de Alí. Las dos peleas que le programó Don King en escenarios exóticos, en un tiempo en que el boxeo detenía el reloj del planeta. Una es su celada de astucia en la noche de Kinshasa frente al joven Foreman, al que un estratégico Alí de 32 años tumbó en el octavo tras dejarse acosar en las cuerdas y provocar que su rival se desfondase. Un triunfo de la inteligencia. Y veo también, no sin espanto, su carnicería de Manila frente a Frazier, al que derrotó tras 42 minutos de violencia sin tasa.
Frazier, su péndulo moral
Frazier es el péndulo moral de Alí, el espejo donde vio reflejado lo mejor y lo peor de su mito. Murió en 2011, lo que provocó una fuerte depresión a su rival, porque había quedado una cuenta sin saldar: nunca supo presentarse ante él y pedirle perdón. Tal vez como una máscara para tapar su puro miedo; tal vez por mero afán publicitario, o por la humana soberbia de quien se sabe el mejor, Alí humilló a Frazier antes de su pelea de una manera extremadamente cruel. Lo llamó «Tío Tom», gorila, retrasado. Frazier sería el negro que seguía aceptando sumiso la bota del blanco y Alí, el liberador que ya ha roto el yugo. Joe Frazier no se reconoció en esa acusación y nunca se lo pudo perdonar. Alí, obligadamente sigiloso, seguramente tampoco se lo ha perdonado a sí mismo.

ÁNGEL MORENO LO DIO TODO, PERO EL CINTURÓN SE QUEDÓ EN FRANCIA

JESÚS MÍNGUEZ
AS.com

Ángel Moreno viajó a Arras (Francia) convencido de que sólo un KO le daría el cinturón de campeón de Europa del peso mosca que custodiaba el local Thomas Masson, y así fue. El vallecano fue un diablo, todo corazón y presión. Una caldera. Pero los jueces no se complicaron la vida y otorgaron una victoria por decisión unánime al galo: 117-111, 115-113 y 117-111. Una diferencia excesiva para un combate muy igualado, con alternativa en los asaltos.
El madrileño, de 32 años, pagó los tres primeros episodios, que se anotó Masson, y tuvo que ir a remolque. Un corte feo en la ceja izquierda en el cuarto round anunció un final prematuro. Pero no fue así. Al calor de la sangre, Moreno se encendió y llevó al campeón contra las cuerdas. "Esto es un ejercicio de devastar", le recordaba desde su esquina su preparador, Tinín Rodríguez. Contra la altura y el mayor alcance de Masson, Moreno se fajaba abajo.
El madrileño, con las manos bajas y las piernas rápidas, con la cintura flexible, apuntó al cuerpo del francés, siempre muy cerrado de guardia. No se desarboló y eso le salvó el cinturón. Sabía que si no le conectaban demasiado, la victoria sería suya. Es la ley no escrita que protege, casi siempre, al que boxea en casa en caso de duda.
"¡No puedes parar, esto es un infierno!", animó Tinín a su pupilo cuando el campeonato se ponía feo. Y el Golden Boy de Vallecas se jugó la cabeza. Todo pasión y corazón. Bien preparado, asumiendo el riesgo de comerse una mano letal por el cansancio. Decidido a no irse de vacío. Pero su pronóstico se cumplió. O KO o derrota. Demostró, eso sí, que llegó a Francia bien preparado y con ambición. Y no se dejó nada dentro. Eso también merece recompensas.