Un Ricky Hatton de ojos rojos entró a la habitación tras pasar una noche en la ciudad.
Tranquilamente, se sentó en una pequeña sala de conferencias adyacente al MGM Grand Arena, sus rasgos y porte traicionaban la sincera emoción de dolor a medida que se enfrentaba a los medios británicos.
Sus palabras eran ahogadas pero habló con pasión sentida.
"Están equivocados si piensan que Ricky Hatton va a dejar de pelear tras haber sido noqueado por primera vez en su vida", dijo Hatton. "No hay manera. Todos me conocen y saben que prefiero morir antes que terminar derrotado. ¿Ahora podrían apagar la cámara antes de que me largue a llorar?"
Eso fue el día después de su derrota del 8 de diciembre ante Floyd Mayweather en Las Vegas. Cinco meses más tarde, mientras Hatton se prepara para poner su título de welter junior en juego ante Juan Lazcano frente a 55.000 personas en el City of Manchester Stadium, el mensaje se mantiene apasionado y desafiante.
La semana pasada Hatton reiteró cuánto representará para él regresar de la primera derrota de su carrera.
"¿Cuántos boxeadores y hombres, apenas tienen un par de problemas, se retuercen y mueren?", preguntó. "Ahí es donde uno puede demostrar su valor y su coraje, al superar los obstáculos".
"Financieramente no necesito continuar porque me fue muy bien. ¿Pero de qué sirve todo el dinero del mundo si tienes una reputación que establece que al minuto que te vencieron ya te diste por vencido?".
Citando el ejemplo de Naseem Hamed, quien perdió su récord invicto contra Marco Antonio Barrera en el 2001 en Las Vegas y boxeó tan sólo una vez después de eso contra el español Manuel Calvo, Hatton insistió que estaba interesado en asegurar su redención.
"Naz tuvo una carrera impactante, perdió una pelea y nunca se recuperó. Desapareció de la faz de la tierra", dijo Hatton. "Bien o mal, eso tiñó su legado y yo no quiero que a mi me pase lo mismo".
Están equivocados si piensan que Ricky Hatton va a dejar de pelear tras haber sido noqueado por primera vez en su vida.
--Ricky Hatton
Irónicamente, la Némesis de Hamed podría estar al costado del ring el sábado, ya que Hatton y Barrera son muy amigos.
La caída de Hamed es la perfecta fábula precautoria.
La carrera del ex campeón mundial de peso pluma había comenzado a desenredarse antes de que abandonara la compañía de su viejo entrenador y manager, Brendan Ingle. Entrenaba cuando quería, no escuchaba a nadie y se perdió en su propio mundo.
En cada pelea que siguió a su separación de Ingle, hubo una importante caída de rendimiento en su performance.
La pelea de Hamed contra César Soto fue como algo de WWE.
Vuyani Bungu, apodado La Bestia, fue poco más que una oveja de ofrenda y Augie Sánchez derribó a Hamed y demostró que el Príncipe era una fuerza en declive cuya salvación era su poder prodigioso.
Su relación con el entrenador Billy Graham se convirtió en un tema delicado cuando un diario británico sugirió que estaba por terminar su sociedad. Pero Graham aún se encuentra en la esquina de Hatton. Una indicación de que quizás Hatton no sufra una caída similar a la de Hamed.
Lazcano, un liviano la mayor parte de su carrera y un fallido contendiente por el título vacante de las 135 libras del CMB contra José Luis Castillo en el 2004, boxeó en la categoría de welter junior los últimos tres años.
En su más reciente pelea hace 15 meses, Lazcano perdió por una ajustada pero unánime decisión contra Vivian Harris, quien pasó a perder contra Junior Witter.
La derrota de Witter en manos de Timothy Bradley hace dos semanas indica algo a favor de Hatton, quien nunca fue vencido en la categoría de welter junior.
Pero Freddie Roach, el ex entrenador de Lazcano, está convencido de que el hispano puede ser un problema para Hatton.
"Juan siempre le da problemas a su contrincante en la primera pelea", dijo Roach. "Ciertamente no será fácil para Hatton".
Pero querrá ser fuerte nuevamente en la categoría de 140 libras. La categoría welter no es el punto fuerte de Hatton.
"Esta pelea acallará a las personas que piensan que estoy liquidado", dijo.
Si Hatton repele el desafío de Lazcano, viajará de regreso a América para enfrentarse a Paulie Malignaggi de Nueva York este año. Si es exitoso en esa pelea, Hatton espera poder comprometer a Mayweather para una revancha el año que viene en el Wembley Stadium en Londres.
De todas maneras, a cinco meses de su derrota ante Mayweather, el dolor aún no pasó.
"Creo que fui vencido injustamente", dijo Hatton. "Creo que la pelea estuvo equilibrada".
"No me malinterpreten, fui noqueado en el décimo round y eso lo acepto pero fue en los últimos rounds que empecé a deteriorarme. Hasta el sexto round yo estaba bien".
Hatton es un guerrero y el código de los guerreros exige que un hombre piense de cierta manera. A veces esto es ilusorio, por eso para poder acallar a los negativos, el requerimiento inmediato de Hatton es una enfática performance contra Lazcano.
Tranquilamente, se sentó en una pequeña sala de conferencias adyacente al MGM Grand Arena, sus rasgos y porte traicionaban la sincera emoción de dolor a medida que se enfrentaba a los medios británicos.
Sus palabras eran ahogadas pero habló con pasión sentida.
"Están equivocados si piensan que Ricky Hatton va a dejar de pelear tras haber sido noqueado por primera vez en su vida", dijo Hatton. "No hay manera. Todos me conocen y saben que prefiero morir antes que terminar derrotado. ¿Ahora podrían apagar la cámara antes de que me largue a llorar?"
Eso fue el día después de su derrota del 8 de diciembre ante Floyd Mayweather en Las Vegas. Cinco meses más tarde, mientras Hatton se prepara para poner su título de welter junior en juego ante Juan Lazcano frente a 55.000 personas en el City of Manchester Stadium, el mensaje se mantiene apasionado y desafiante.
La semana pasada Hatton reiteró cuánto representará para él regresar de la primera derrota de su carrera.
"¿Cuántos boxeadores y hombres, apenas tienen un par de problemas, se retuercen y mueren?", preguntó. "Ahí es donde uno puede demostrar su valor y su coraje, al superar los obstáculos".
"Financieramente no necesito continuar porque me fue muy bien. ¿Pero de qué sirve todo el dinero del mundo si tienes una reputación que establece que al minuto que te vencieron ya te diste por vencido?".
Citando el ejemplo de Naseem Hamed, quien perdió su récord invicto contra Marco Antonio Barrera en el 2001 en Las Vegas y boxeó tan sólo una vez después de eso contra el español Manuel Calvo, Hatton insistió que estaba interesado en asegurar su redención.
"Naz tuvo una carrera impactante, perdió una pelea y nunca se recuperó. Desapareció de la faz de la tierra", dijo Hatton. "Bien o mal, eso tiñó su legado y yo no quiero que a mi me pase lo mismo".
Están equivocados si piensan que Ricky Hatton va a dejar de pelear tras haber sido noqueado por primera vez en su vida.
--Ricky Hatton
Irónicamente, la Némesis de Hamed podría estar al costado del ring el sábado, ya que Hatton y Barrera son muy amigos.
La caída de Hamed es la perfecta fábula precautoria.
La carrera del ex campeón mundial de peso pluma había comenzado a desenredarse antes de que abandonara la compañía de su viejo entrenador y manager, Brendan Ingle. Entrenaba cuando quería, no escuchaba a nadie y se perdió en su propio mundo.
En cada pelea que siguió a su separación de Ingle, hubo una importante caída de rendimiento en su performance.
La pelea de Hamed contra César Soto fue como algo de WWE.
Vuyani Bungu, apodado La Bestia, fue poco más que una oveja de ofrenda y Augie Sánchez derribó a Hamed y demostró que el Príncipe era una fuerza en declive cuya salvación era su poder prodigioso.
Su relación con el entrenador Billy Graham se convirtió en un tema delicado cuando un diario británico sugirió que estaba por terminar su sociedad. Pero Graham aún se encuentra en la esquina de Hatton. Una indicación de que quizás Hatton no sufra una caída similar a la de Hamed.
Lazcano, un liviano la mayor parte de su carrera y un fallido contendiente por el título vacante de las 135 libras del CMB contra José Luis Castillo en el 2004, boxeó en la categoría de welter junior los últimos tres años.
En su más reciente pelea hace 15 meses, Lazcano perdió por una ajustada pero unánime decisión contra Vivian Harris, quien pasó a perder contra Junior Witter.
La derrota de Witter en manos de Timothy Bradley hace dos semanas indica algo a favor de Hatton, quien nunca fue vencido en la categoría de welter junior.
Pero Freddie Roach, el ex entrenador de Lazcano, está convencido de que el hispano puede ser un problema para Hatton.
"Juan siempre le da problemas a su contrincante en la primera pelea", dijo Roach. "Ciertamente no será fácil para Hatton".
Pero querrá ser fuerte nuevamente en la categoría de 140 libras. La categoría welter no es el punto fuerte de Hatton.
"Esta pelea acallará a las personas que piensan que estoy liquidado", dijo.
Si Hatton repele el desafío de Lazcano, viajará de regreso a América para enfrentarse a Paulie Malignaggi de Nueva York este año. Si es exitoso en esa pelea, Hatton espera poder comprometer a Mayweather para una revancha el año que viene en el Wembley Stadium en Londres.
De todas maneras, a cinco meses de su derrota ante Mayweather, el dolor aún no pasó.
"Creo que fui vencido injustamente", dijo Hatton. "Creo que la pelea estuvo equilibrada".
"No me malinterpreten, fui noqueado en el décimo round y eso lo acepto pero fue en los últimos rounds que empecé a deteriorarme. Hasta el sexto round yo estaba bien".
Hatton es un guerrero y el código de los guerreros exige que un hombre piense de cierta manera. A veces esto es ilusorio, por eso para poder acallar a los negativos, el requerimiento inmediato de Hatton es una enfática performance contra Lazcano.