domingo, 15 de noviembre de 2009

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IMÁGENES DE COTTO VS. PACQUIAO

Pacquiao despedazó a Cotto


Ernesto Castellanos G

Manny Pacquiao sigue escribiendo la historia de uno de los más grandes peleadores del boxeo. Anoche, convertido en un titán del ring, hizo pedazos al puertorriqueño Miguel Ángel Cotto, al vencerlo por nocaut técnico en el duodécimo y último asalto cuando el réferi Kenny Bayles se apiadó del puertorriqueño y puso fin a lo que ya era una carnicería. Iban 55 segundos del último round. De esta manera, el peleador filipino conquistó el cetro mundial welter de la Organización Mundial de Boxeo (OMB), ante un llenazo en el estadio Grand Garden Arena del hotel MGM.
La contienda bien pudo haberse detenido desde antes, porque era manifiesto que Cotto ya no podía ofrecer oposición al feroz tagalo, que materialmente lo sacrificó. Cuando el árbitro decretó el final del combate, Cotto tenía el rostro desfigurado, con un gran corte en la ceja izquierda, y con heridas en la boca y sangrando de la nariz.
Si hubo un momento en el que se pensó que Cotto podía ganar la pelea, eso fue en los inicios del combate, de un duelo trepidante, de fieras. Se esperaba un choque brutal, y así fue. Desde el primer asalto Pacquiao pasó a la ofensiva, y encontró pronta respuesta del caribeño. Pacquiao siguió presionando en el segundo round, que dominó. En esos dos episodios pareció que el boxeo de Cotto, con su guardia bien armada, podía llevarlo al triunfo. Sin embargo, eso era un sueño que empezó a desvanecerse a partir del tercer round, cuando Pacquiao lo mandó a la lona con una derecha cortita a la mandíbula. Cotto se levantó a responder muy bravo, pero era dominado por los terribles ganchos del asiático.
El cuarto round fue de antología. Cotto atacó buscando un golpe de KO, metió varios ganchos sólidos, pero de repente Manny lo prendió con derecha e izquierda a la mandíbula, y el boricua se fue al piso. Manny terminó dominando el round.
En el quinto round, Cotto emocionó a sus partidarios, cuando a base de buen boxeo dominó el round. Metía el jab y ganchos de derecha. Pero el pleito tomó un rumbo definitivo a partir del sexto asalto. Pacquiao lanzaba carga tras carga, Cotto respondía con durísimos ganchos, pero el dominio del oriental era cada vez más acentuado. Y Manny dominó los rounds sexto y séptimo. Llegó el octavo, y se vio que Cotto estaba acabado, desfondado, con el rostro muy dañado. La obra destructora de Pacquiao siguió en el noveno y décimo, en los que al final de ambos rollos el médico visitó el rincón del todavía campeón.
Para la vuelta once la paliza ya era inclemente, era el sacrificio inútil de un ser humano. Incluso Pacquiao tomaba las cosas con calma, y parecía ya no querer golpearlo. Y en el último giro, cuando el "Pac man" lanzaba otra feroz ofensiva, Bayles decretó el fin de una felpa.
Emmanuel Pacquiao ganó así su quinto título en diferentes divisiones.
VESTIDORES
Pacquiao dijo que en los albores de la pelea tomó las cosas con precaución, porque Cotto buscaba un golpe de nocaut, y tiene poder. Agregó que cuando vio que era el momento lanzó sus mejores ofensivas. "Creo que me voy a quedar en peso welter, siento que es un peso ideal para mí. En superwelter difícilmente haría algo", subrayó, y afirmó que se va de vacaciones, y que será el promotor Bob Arum quien decida su siguiente pelea. Se habla de que iría contra Juan Manuel Márquez, o contra Floyd Mayweather.
Como medida de precaución, Cotto fue llevado a un hospital.

El referí de la vida


Seguramente muy pocos sueñan con ser árbitros en su vida. La proporción entre quienes sueñan con ser árbitros de boxeo y campeones mundiales seguramente hace empalidecer a la abismal diferencia que existe entre quienes desean ser arqueros de fútbol y quienes quieren ser delanteros en el molde de Pelé, Diego Maradona o Lionel Messi.
Hay un viaje muy particular que lleva a una persona a dedicarse a este oficio en el que los aciertos pasan inadvertidos y los errores (por pequeños que sean) son recordados con una crueldad digna de mejor causa. Pero también es cierto que cuando sucede, cuando alguien se embarca en esa búsqueda de justicia sobre el ring (esperando quizás que se derrame sobre causas mayores hacia afuera del cuadrilátero), lo hace deseando llegar tan alto como cualquier niño que quiere ser el mejor campeón mundial posible. Lo hace, en definitiva, soñando ser el árbitro del combate más grande y de mayor envergadura posible.
Y si hablamos de combates grandes, hay uno que se destaca.
"Cuando hice la pelea de Julio César Chávez en el Estadio Azteca", recuerda Joe Cortez, el instantáneamente reconocible réferi puertorriqueño que ya es un símbolo del boxeo latino a nivel mundial, al buscar en su memoria el momento de mayor regocijo de su carrera. "Para mí esa fue una de las noches más grandes y más felices para mí, por trabajar en una pelea tan grande así con tantos fanáticos, 136.000 fanáticos en el estadio. Y para mí eso fue lo más grande".
Sin perder de vista sus raíces y su corazón, Cortez compara esa pelea (la de mayor audiencia en vivo en toda la historia) con otra de una significancia muy personal. "Fue cuando Gaspar Indio Ortega logró ser retador de Emile Griffith. Aunque perdió, eso fue como ver a mi padre pelear por el título mundial, y yo estaba muy alegre esa noche", dice, sin ocultar su cariño hacia su mentor.

SUS INICIOS EN EL BOXEO
Cortez nació en El Barrio neoyorquino (Spanish Harlem), de padres puertorriqueños. Luego se mudó a Puerto Rico, a sus 23 años, ya casado y con dos hijos, para regresar a los Estados Unidos diez años después. Pero antes de todo eso, vivió una infancia de sacrificios que tuvo un segundo comienzo después del encuentro con quien guiaría su vida en el oficio que luego lo haría famoso.
"En el 55, Gaspar Ortega se mudó a Nueva York para boxear", cuenta Joe desde su casa en Las Vegas, rememorando sus orígenes. "Se mudó para mi barrio, en la calle 99 en Manhattan. Vino con su hermano Félix y, juntos, empezaron a pelear en el Madison Square Garden. Él no hablaba inglés, y yo hablaba inglés y español, y así empecé el boxeo con él".
La relación de todos los boxeadores con sus maestros y entrenadores es una de las más estrechas en el mundo del deporte, quizás por el componente de vida o muerte que conlleva cada pelea y en el que ambos personajes comparten riesgo y protagonismo. En el caso de Cortez, hay que agregar a esa relación la imagen de figura paterna que Ortega le aportó en su adolescencia.
"Gaspar Ortega es como si fuese mi padre", afirma Cortez. "Fue uno de los mejores pesos welter en la historia del boxeo. Tuvo 185 peleas como profesional. Peleó con Emile Griffith por el campeonato mundial, pero Gaspar ya tenía muchas peleas como profesional, y ya estaba un poco caído".
Yo quisiera que la gente me recuerde como alguien que se ha hecho querer por todo el mundo, especialmente los latinos, en todo el mundo.

--Joe Cortez
Los consejos de Ortega marcaron la vida de Cortez y, su paso al profesionalismo después de haber acumulado muchos logros en el amateurismo, fueron moldeados sobre los pasos de su mentor.
"A los 15 años empecé a combatir en los guantes dorados de Nueva York, en el año 60. Ahí gané mi primer campeonato, y mi hermano Mike ganó también. Yo tuve un total de seis campeonatos de guantes dorados en mi carrera como amateur. Entonces, en el 63 debuté como profesional en una cartelera con Gaspar Ortega, y luego él me llevó a Hawaii, México, y tuve un total de 19 peleas como profesional".
La realidad del boxeo en esa época no guarda muchas similitudes con la realidad actual del deporte, donde una carrera amateur exitosa sirve como trampolín para glorias mayores en el profesionalismo, y una medalla olímpica acarrea su peso y su prestigio hacia la parte rentada de la carrera de un boxeador.
"Nuestros managers nos decían 'Joe, no pierdas tu tiempo en eso, hazte profesional', y bueno, seguimos ese consejo", dice Cortez, ante la pregunta de cómo evitó la tentación de intentar competir en el nivel olímpico ya sea por los Estados Unidos o por Puerto Rico. "A los 18 años me faltaba un año para esperar a los Juegos Olímpicos y no lo hice. En lugar de eso me hice profesional".
De todos modos, los éxitos esperados tardaron en llegar, y las promesas de los managers no se cristalizaron tan pronto como era de esperarse.
"No había dinero en el boxeo en esa época" se lamenta Joe."Yo a los 21 años ya me había casado, y a los 23 ya tenía dos hijos, y me dije 'bueno, déjame buscarme una carrera profesional para ver qué puedo hacer'".

SUS PRIMEROS PASOS EN EL ARBITRAJE
Cortez pronto encontraría algo que hacer, y en un lugar privilegiado. Poco tiempo después de abandonar el ring, Joe se encontró trabajando en el Hotel Conquistador de Fajardo, en Puerto Rico, en un rincón paradisíaco de la isla en la que nacieron sus padres. Allí permaneció durante 8 años, terminando su carrera como sub-gerente, para luego ser transferido a Nueva York y transformarse en ejecutivo de operaciones de los casinos de la empresa.
"Cuando regresé a Nueva York, en el 77, me convertí en árbitro amateur", señala Cortez, como acentuando un punto de quiebre en su vida. Su paso por el amateurismo duraría poco. "Hice eso por seis meses. Entonces la comisión de Nueva York me llamó y me dijo 'te estamos viendo cómo trabajas con los Guantes Dorados como árbitro, y no queremos que pierdas tu tiempo como amateur, tú tienes las cualidades para ser un buen árbitro profesional'. Y ahí fue que me convertí a profesional en Nueva York y Nueva Jersey".
Después de ese momento, Joe trabajaría 15 años como referí en Nueva York, Nueva Jersey y diferentes partes del mundo, al tiempo que desarrollaba una carrera gastronómica con su propio restaurant, y luego trabajando en el ámbito gerencial de la medicina ocular durante 12 años. Luego de invertir sus ganancias en el mercado inmobiliario, Joe se retiró parcialmente de esas actividades en 1988. Pero el futuro le tenía preparado un destino de reconocimiento mundial que recién comenzaba.

AL ESTRELLATO
"En el '92 la comisión de Nevada estaba buscando un réferi de buen nombre y de reputación, y me dieron la chance, y ese mismo año me mudé para Las Vegas", afirma, recordando el primer paso de una nueva etapa en una carrera que ya lo había llevado a grandes logros y que todavía parecía tener muchos más por delante. Y en un terreno en el que muchos apenas pueden soñar en conquistar.
"Desde que estoy en Las Vegas, los productores y los actores van siempre a las peleas, y me han visto y saben que soy un réferi de renombre, y así fue que comencé esta otra carrera", dice Cortez, refiriéndose a sus ya numerosas apariciones en la pantalla grande de Hollywood. Películas como Rocky Balboa, Play it to the Bone (Hasta el último round) con Antonio Banderas y Woody Harrelson, Soy Espía con Eddie Murphy, y Undisputed (Contraataque) con Wesley Snipes lo han tenido como protagonista en el rol que más cómodamente puede interpretar: el de árbitro de boxeo.
"Ahora tengo una película pendiente que se llama Lido. Hace poco me dieron los papeles, es una parte grande en una película que trata sobre artes marciales mixtas y tengo una parte bien grande ahí" afirma, a pesar de admitir que (más allá de dos obviamente coreografiados enfrentamientos de lucha libre arbitrados en Puerto Rico) nunca ha participado como réferi en ningún otro deporte de combate más allá del boxeo.
Pero su rol como actor no limita sus ambiciones ni lo hace sentirse feliz solamente con participar como invitado ocasional en el mundo del espectáculo. Emprendedor por naturaleza, Joe apuesta más fuerte e incursiona en ese ámbito con un proyecto propio, sin esperar a que el teléfono suene.
"Tengo ahora una compañía que se llama Dream NetworkTV, que hace comerciales, especiales y documentales", afirma, mencionando que uno de esos largometrajes mostrará su vida personal y su paso por el boxeo, todo un desafío si tenemos en cuenta la enorme cantidad de peleas notables en las que ha participado como tercer hombre. Empezando, quizás, con la pelea que lo puso ante los ojos del mundo.
"Roberto Duran contra Iran Barkley", dice Joe sin dudarlo, refiriéndose al combate que hizo por él lo que el Thrilla in Manila de Alí vs Frazier hizo por su colega filipino Carlos Padilla, o lo que Chávez vs. Taylor hizo por Richard Steele.
"Ya era mi 17ª pelea de campeonato mundial, y de ahí en más empecé con peleas cada vez más grandes", dice, mencionando grandes combates como Holyfield-Bowe, Foreman-Cooney, Foreman-Moorer y Chávez vs De la Hoya.
Pero no todo el camino ha sido tapizado de rosas. Todos los participantes del boxeo tienen, cada uno en mayor o menor medida, la vida de los participantes en sus manos. Y las decisiones acertadas o desacertadas de un réferi pueden terminar afectando de manera impredecible a un boxeador.
"Una vez murió un boxeador en una pelea que yo hice", comenta Joe, con el tono ensombrecido. "El boxeador se llamaba Robert Wangila, era campeón olímpico de Kenya. Él estaba ganando la pelea hasta que paré el combate. Él estaba peleando con un latino, un mexicano (David González). Yo paré la pelea porque pensé que Wangila estaba recibiendo mucho castigo. Aunque estaba ganando hasta ese punto, vi dos golpes que no me gustó como reaccionó y paré la pelea. El público me abucheó, se preguntaron qué fue lo que yo vi que tuve que parar la pelea. Entonces, tuve que explicarle a la esquina que me reclamaba, pero yo estoy para proteger al boxeador. Yo pensé que hice lo correcto".
Y probablemente fue así, aunque un poco tarde. Después de la pelea, Wangila colapsó y tuvo un ataque, fue llevado al hospital donde le descubrieron una hemorragia cerebral. Fue operado esa misma noche, pero falleció dos días después.
"Para mí eso fue lo más difícil", dice Cortez. "En todas las demás peleas la gente siempre me reclamaba por qué le quité un punto a uno, o a otro, y entonces cuando paré esa pelea y ese muchacho muere, para mí eso fue un choque muy fuerte, pero yo sé que hice lo correcto. Así ellos vieron que yo como árbitro con la experiencia que yo tengo sé lo que tengo que hacer".
Es probable que el origen de las críticas a Cortez por la detención prematura de esa pelea a favor de un boxeador latino le hubiesen valido críticas en su momento, y hasta acusaciones de favoritismo hacia un boxeador de su mismo origen. Pero en el caso de Cortez, las acusaciones infundadas de parcialidad hacia los boxeadores hispanos es la excepción, y no la regla.
"A veces, los fanáticos siempre piensan las cosas más increíbles", dice. "Porque en el ring, si mi hermano comete una falta, yo le tengo que quitar un punto a mi hermano. Yo voy ahí para hacer mi trabajo, sea quien sea. No veo razas, no veo colores. A todos los boxeadores los considero como hijos míos. Yo estoy ahí para protegerlos y cuidarlos, y también para hacer cumplir las reglas. Pero de favoritismo no doy nada, porque para mí no es buena ética por parte de un oficial pensar que uno es favorito".

LAS CONTROVERSIAS
En casos como el de Wangila vs. Rodríguez, los sucesos posteriores al combate le dieron la razón. Pero en otros más sutiles, como John Ruiz vs. Kirk Johnson (en el que descalificó a Johnson por reiterados golpes bajos) o la más reciente pelea entre Francisco Lorenzo vs. Humberto Soto (un combate cuyo desenlace despertó gran controversia) siempre generan resquemores entre el público en general, sobre todo en las parcialidades de los boxeadores que se ven afectados por el resultado más adverso.
"Las decisiones que yo he tomado han sido siempre como el libro lo dice", afirma Cortez. "Yo consulté al médico y él me dijo 'hay que parar la pelea por el golpe detrás de la cabeza'. Yo me digo, 'esta es una mala decisión que tengo que tomar aquí', pero tuve que hacerlo. Yo me sentí muy mal por Soto, es un buen boxeador y buena persona. Por suerte le dieron la revancha y ganó por decisión y conquistó su título", afirma, señalando cómo a veces la vida da desquite cuando uno lo merece.

LOS GOLPES DE LA VIDA
La vida de Cortez conoce bien de cerca la ansiosa espera de una revancha merecida. Hace ya casi 10 años, una de sus hijas sufrió un terrible accidente automovilístico que la dejó paralizada desde el pecho hacia abajo.
El peso aplastante de una congoja que hubiese sepultado al más valiente solamente le dio más fuerzas a Cortez (sobreviviente de cáncer, al igual que su esposa) para afrontar una situación en la debió aplicar toda la fortaleza mental y espiritual de sus años de boxeador. A pesar de haber nacido en Nueva York, Cortez lleva el "Ave María" y el "Ay, bendito" de uso cotidiano en sus parientes boricuas a flor de labio en cada una de sus frases, y esa fe se mantiene ante esta trágica circunstancia que la vida le ha planteado.
"Afuera del boxeo, lo más grande que tengo es mi hija, que tuvo un accidente de automóvil y quedó paralizada. Para mí lo más importante es que sigue viva todavía, la tenemos con nosotros, y eso para mí es algo grande, una alegría grande".
A pesar de la emoción que empaña sus palabras, Cortez se empeña en exhibir la fortaleza que lo ha ayudado a superar esa tribulación. "Habiendo trabajado peleas tan difíciles durante estos años, y siendo boxeador yo mismo, yo se los sacrificios que uno tiene que hacer para tratar de mejorar y ver todo positivo. Yo no veo nada negativo. Por ejemplo, cuando veo todo lo negativo que dicen de la pelea de Lorenzo vs Soto, yo digo 'bueno, otra persona quizás no hubiese tenido la fuerza y la voluntad que yo tengo para aceptar eso'. Yo como oficial tengo que pensar diferente. No puedo culpar a la gente por pensar cómo piensa".
"El boxeo me hizo una persona más fuerte. Ver a mi hija en una silla de ruedas, paralizada, todos los días de mi vida, me ha hecho una persona más fuerte. La gente no sabe lo que uno pasa, lo que uno sufre viendo a su hija en una silla de ruedas. Pero mi hija es tan fuerte, que me hace pensar siempre positivo en todo, nada negativo. Y por eso digo que si la gente supiese lo duro que es el boxeo, nunca hubiesen dicho que yo tomé una decisión incorrecta".

REFERÍ DEL MUNDO
Su relación con el mundo hispano de los Estados Unidos recorre ese mismo camino de emoción y compromiso. Y a pesar de su indeleble impronta puertorriqueña, Cortez se siente parte de una familia aún más grande que abarca a todos los latinos del mundo, con un lugar especial para los coterráneos de su mentor en el boxeo.
"Yo tengo ahijados mexicanos. Yo tengo familia mexicana. Tengo dos ahijados mexicanos a los que estoy ayudando para que vayan a la universidad, y a mí me da mucho orgullo ayudarlos a ellos como Gaspar lo hizo conmigo", dice Cortez. "Y lo peor que una persona puede hacer es decirme que yo hago fallos en contra o a favor dependiendo si son mexicanos, o si son puertorriqueños, o americanos. Yo no pienso así. A mí me duele muy fuerte cuando alguien del público dice que estoy en contra de los mexicanos. Porque yo sé lo mucho que quiero a mi gente, a todos, especialmente a los mexicanos porque Gaspar me crió a mí como si fuese mi padre, y es mexicano".
Ese mismo espíritu de retribución es lo que lo impulsó, ya desde su juventud, en involucrarse en diferentes tareas de aliento comunitario, para devolver los favores que la vida le fue dando.
"Yo empecé a trabajar con la comunidad desde muy joven", afirma, mencionando su participación en incontables emprendimientos caritativos. "Gaspar Ortega me enseñó a ser la persona que soy hoy en día, y yo siempre le dijo a mi familia 'lo que Gaspar hizo por mí, yo debo hacer para otros, servir a los otros. Hay muchos latinos que necesitan ayuda. Por eso yo tengo muchos amigos mexicanos aquí en Las Vegas. Yo voy a las escuelas, y les muestro fotos de peleas de Julio César Chávez, y les digo 'éste soy yo trabajando las peleas de Chávez', y de Barrera, y tantos otros, Oscar de la Hoya, Fernando Vargas y muchos más. Y lo que yo hago con los muchachos de la comunidad es lo mismo que Gaspar Ortega hizo conmigo, tener la voluntad de salir de la pobreza y ayudar a mejorar mi vida. Y eso les digo aquí en las escuelas. Les llevo todas esas fotos, y ellos me reconocen y me respetan más, y yo les digo 'mira, si yo lo hice, si yo salí de ser bien pobre con cuatro hermanos y mi mamá sola, ustedes pueden hacerlo'. Yo nunca tuve problemas con drogas, con gangas, con nada de eso. Siempre estuve ayudando en la comunidad, y ustedes tienen que hacer lo mismo".
Seguramente es más fácil que un niño escuche lo que uno dice cuando se le muestra una foto en la que uno está dándole órdenes a dos campeones mundiales de boxeo al mismo tiempo. La fuerza de autoridad implícita en esa foto legitima instantáneamente a quien sea. Pero más difícil es dejar el traje de famoso colgado en casa y darse a los otros desde el anonimato total.
"Yo a veces me disfrazo de Santa Claus y voy por los hospitales, disfrazado sin que nadie me conozca, adonde están los niños pequeños, especialmente los niños pobres", afirma."Esas son las cosas que la gente no sabe, y eso es lo que yo hago".
Seguramente, en sus años de juventud, pocos hubiesen imaginado que un latino llegaría a un puesto de tanto prestigio en el boxeo para mantenerlo durante tanto tiempo. Menos gente aún hubiese imaginado en esos años que los Estados Unidos tendrían un presidente de raza negra, y sin embargo eso mismo está sucediendo. Cortez ha vivido una época de tremendos cambios en la composición social de los Estados Unidos, y eso seguramente se refleja en su vida y en el boxeo.
"Yo veo mucha diferencia, mucho cambio", asevera, comparando la situación de los latinos en los tumultuosos años 60 de su juventud y los tiempos actuales. "Yo veo que aquí en Estados Unidos respetan mucho más a los latinos, más que en el pasado. Y yo cuando hago peleas grandes, y la gente me ve, especialmente los mexicanos, la gente me dice 'Joe, estamos tan orgullosos de ti, porque tú nos representas a todos los latinos alrededor del mundo'. Y yo pienso que yo he hecho un poco de cambio en el mundo, porque la gente ve mi nombre y no saben si soy mexicano, o cubano, o de otras razas. Y cuando me preguntan yo les digo 'yo soy latino representando a todos los demás latinos alrededor del mundo'. Sinceramente, yo me siento igual que cualquier mexicano, que cualquier argentino, que cualquier persona latina, porque en la sangre y en la raza estamos unidos por el corazón".
A través de sus páginas web, de sus cursos de arbitraje por internet o los que dicta en Las Vegas, a los que acude gente de todo el mundo, Joe cimenta su herencia como uno de los mejores réferis de todos los tiempos, un oficio en el que se ha destacado y en el que su legado ya está asegurado. Pero aún así, sus ambiciones de posteridad son mucho más modestas que una placa en el Salón de la Fama o un sitio destacado en los libros de historia.
"Yo quisiera que la gente me recuerde como alguien que se ha hecho querer por todo el mundo, especialmente los latinos, en todo el mundo", dice, casi tajante en su claridad."Yo soy sobreviviente de cáncer de próstata, mi mujer es sobreviviente de cáncer de pecho, dos veces, y sigo involucrado en ayudar a la comunidad latina. Yo no hago esto para ganar dinero, lo hago para ayudar y que la gente sepa que estoy haciendo un cambio y que está ayudando a mejorar la raza latina alrededor del mundo, para que nos respeten en todo el mundo".

Anuncian Mosley-Berto


JAIRO GIRALDO/jairo.giraldo@laopinion.com

En una nutrida conferencia de prensa llevada a cabo en un céntrico hotel de esta ciudad, la organización Golden Boy Promotions (GBP) presentó a los medios el combate entre Shane ‘Sugar’ Mosley y Andre Berto el próximo 30 de enero.
Berto (25-0 y 19 KO’s), de padres haitianos, es uno de los más sorprendentes nuevos valores y pondrá en juego su invicto y su título mundial en las 147 libras, versión del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) ante el experimentado Mosley, seis veces campeón mundial y una de las leyendas vivas del boxeo.
El evento fue presentado por Oscar de la Hoya, presidente de Golden Boy Promotions, quien rescató el hecho de empezar la temporada ofreciendo un combate de alto vuelo a los seguidores del boxeo. “Creo que empezamos el año con un gran evento. Mosley-Berto será una pelea sensacional en la que un campeón de la sangre nueva del boxeo como Berto acepta el desafío de un tremendo peleador como Mosley”, dijo De la Hoya.
Elegantemente trajeado Berto, de 26 años, agradeció a su mánager Lou Di Bella y a GBP por la oportunidad de hacer su aparición como estelar en esta ciudad, en la batalla que tendrá lugar en el Mandalay Bay, uno de los escenarios con más tradición en el boxeo mundial.
“Es un privilegio tener la oportunidad de pelear contra Mosley, es uno de los mejores y será un orgullo enfrentarlo. Desde ya estoy muy ansioso por lo que representa este gran compromiso”, dijo el campeón.
Aunque nacido en Florida, Berto ha representado a Haití en Juegos Olímpicos y campeonatos mundiales de boxeo amateur, donde fue medallista en el año 2004.
Mientras tanto, Mosley (46-5 y 39 KO’s), volvió a bromear y aclaró que nunca ha pensado en el retiro a los 38 años.
“Soy un hombre que boxeo porque amo hacer esto. Sé que Andre Berto es un gran campeón, muy joven y que tiene mucho para dar y por eso estoy convencido que les daremos un espectáculo”, dijo el californiano nativo de Pomona.
Mosley, quien no ha peleado desde su victoria sobre Antonio Margarito por nocaut hace 10 meses en Los Ángeles, agregó que realizará su preparación en Big Bear Lake City, donde estará concentrado durante dos meses para llegar en la mejor forma posible al combate.
Mosley, dos veces vencedor de De la Hoya tiene victorias recientes contra Ricardo Mayorga y Antonio Margarito, ambas por nocaut y un contraste ante Miguel Cotto por decisión.
El combate, que ya despierta opiniones divididas será el tipico encontrón entre el fino estilista que es Mosley, con toda su sabiduría sobre ring, frente a un rudo natural como Berto, cuyo elemento natural es su poderosa pegada y agresividad sobre los cuadriláteros.

EL INFIERNO DE PACQUIAO




Exhibición total de Manny Pacquiao, en la que, a priori, era la pelea más difícil de su carrera. Enfrente tenía a Miguel Cotto, un gran boxeador del peso welter, hasta la derrota ante Antonio Margarito, y un valiente en toda la regla. Los que esperaban un Pacquiao menos potente que ante De la Hoya y Hatton, se quedaron sencillamente bizcos. La intensidad, la presión, la velocidad a la hora de golpear, de moverse por el ring, del filipino, eran asfixiantes y apabullantes para Cotto, que no es un boxeador lento, pero que se mostraba incapaz de aguantar las embestidas del tornado asiático. Si Cotto atacaba, su rival era un martillo pilón en el boxeo a la contra. Si el boricua se dejaba querer, era inaguantable el chaparrón de golpes, por la cantidad y calidad de los golpes de este gigante, que comenzó boxeando en los 50 kilos. En el tercer asalto, llegó la primera caída de Cotto, en una combinación al cuerpo y al rostro, a una velocidad de vértigo. A pesar de este contratiempo, Cotto terminó bien el asalto, incluso propinando certeros golpes sobre el filipino. En el cuarto episodio, más de lo mismo, al más mínimo fallo de Cotto, llegaba la ley inexorable de Pacman: una izquierda a la contra, sobre la quijada de su oponente que no solo derribó al boricua, sino que por poco, acaba con la desigual pelea. Sin embargo, es probable que aleccionado por Freddie Roach, Pacquiao frenó en su ritmo en los dos siguientes asaltos, que fueron de dominio de Cotto, aunque sin lastimar casi nunca de forma seria a su rival. Todo esto, no hizo sino cansar más al puertorriqueño, lo que motivó que el resto de la pelea, fuera un calvario para el hombre que defendía el cinturón de la WBO. Asaltos trepidantes, con un Cotto valiente, y un Pacquiao sencillamente infernal. Así, se llegó al asalto final, cuando la cara del boricua era un poema, absolutamente tumefacta y ensangrentada. Kenny Bayless, excelente árbitro, a falta de 2 minutos y 5 segundos para el final, paraba justamente la pelea, evitando que lo que era una paliza, se convirtiera en un serio peligro para la integridad física y el futuro deportivo de Miguel Ángel Cotto. ¿Pacquiao es de otro mundo? El astro filipino parece un alienígena capaz de derribar todo lo que se le ponga enfrente. El probable combate ante Floyd Mayweather Jr., si este no se “raja” tras lo vivido en Las Vegas el sábado por la noche, puede ser el auténtico combate del siglo XXI. Pero, hoy por hoy, cualquiera que se mida a Pacquiao, tiene que aceptar su favoritismo. Hasta el orgulloso Mayweather.

JOSÉ MANUEL MORENO. BOXEO VELEÑO.

¡Qué pase el que sigue!


Sebastían Contursí ESPN.

Luego de la abrumadora victoria de Manny Pacquiao por nocaut técnico en el último asalto ante Miguel Cotto, la rueda de prensa fue inaugurada por el promotor Bob Arum, que mandó un mensaje bien claro. "Pacquiao es el mejor boxeador que yo haya visto en mi vida. Y eso incluye a Muhammad Alí y Sugar Ray Leonard, entre otros", dijo.
Aún a pesar de lo impresionante de la carrera del filipino, la declaración pareció un tanto exagerada. Pero, en todo caso, semejante demostración sólo podía generar elogios de toda índole. Pero, claro, la gran pregunta era si Pacquiao enfrentaría, de una vez, a Floyd Mayweather Jr. en su siguiente pelea.
"Manny está para pelear contra cualquiera. Lógicamente, hablo de combates que tengan sentido. Pero puede subirse a un cuadrilátero con cualquier boxeador. Hubiera sido un pleito interesante contra Shane Mosley, por ejemplo. Pero no sé qué tiene en la cabeza Mosley, que hoy mismo anunció que enfrentará a Andre Berto, algo que no tiene demasiado interés para nadie", aclaró el promotor. "Mayweather no me odia, ni yo lo odio a él. Sólo digo que Floyd sabe a qué número tiene que llamar si quiere pelear con Pacquiao", lanzó, por último.
Minutos más tarde se acercó al podio Ross Greemburg, presidente de Deportes de la cadena HBO, con una noticia que generó aplausos entre la nutrida concurrencia al salón de prensa.
"Me acaban de llamar diciéndome que Floyd Mayweather Jr. llamará a Bob Arum el lunes. Ojalá pueda concretarse ese combate, que hará historia", indicó. Y si viene de boca de un alto ejecutivo de HBO, en definitiva, la que pone el dinero para que se concreten estos mega-combates, por algo será.
A continuación fue el turno de un nuevo mensaje, por parte de Ricardo Jiménez, uno de los publicistas de la promotora Top Rank, anunciando que Cotto no asistiría a la rueda de prensa, ya que había tenido que ir al hospital a hacerse controles médicos de rutina.
"Cotto quiere decirles que se siente bien. Pero la Comisión Atlética de Nevada le aconsejó que fuera al hospital a realizarse radiografías y tomografías. Pero Cotto está bien y agradece todo el apoyo recibido".
Inmediatamente después de la pelea, Cotto había dicho: "Pacquiao es el mejor rival con el que he peleado y uno de los mejores de la historia. Simplemente, no pude ver sus manos. Las cosas no salieron como estaban planeadas. Mi jab no hizo el daño que esperaba y quizás no me cubrí lo suficiente. Di todo lo que tenía. Al final, le dije a Joe (Santiago) que no parara la pelea, quería seguir".
PACMAN HAY UNO SÓLO
Después de 40 minutos de espera, por fin apareció Pacquiao, ante una ovación por parte de todos los presentes. Vistiendo camisa marrón y un sombrero que escondía un vendaje sobre su oreja derecha, producto de algunas izquierdas de Cotto, el filipino nunca perdió su tradicional y perenne sonrisa. Ni la calma para responder cada pregunta.
"Estoy muy feliz porque creo que hice historia con esta victoria. Y ojalá que la gente esté contenta, también. En un honor para mí haber ganado mi séptimo título en siete categorías", dijo. Pero, en seguida, aclaró que hasta este peso, el welter, han llegado sus increíbles subidas.
"Creo que en welter todavía soy fuerte, aún peleando ante rivales más grandes y más fuertes que yo. Pero está es la última división en la que peleo. Porque las 154 libras ya serían demasiado para mí", aclaro el hombre que comenzó su carrera en el peso minimosca.
"Al principio de la pelea quise probar el poder de Cotto, porque todo el mundo decía que era muy fuerte. Y lo es. Pero no logró lastimarme y, entonces, comencé a controlar el combate, a partir del tercer round. Pero lo hice de manera muy disciplinada, como lo habíamos practicado", sostuvo Pacquiao, que se aseguró una bolsa mínima de 13 millones de dólares, contra 6.5 millones que ganó Cotto.
"Sabíamos que Cotto iba a contragolpear. Y nos preparamos para eso. Luego, cuando ya tenía todo bajo control, no quise lanzar tantos golpes, porque quería encontrar el golpe de nocaut. Creí que iban a parar la pelea en el undécimo rounds, y me sorprendí cuando Cotto siguió peleando. Pero sabía que podía ganar antes del límite", contó el filipino.
En cuanto a su futuro, en el que todos los caminos parecen conducir a Mayweather, el filipino fue tan cauto como siempre.
"Ahora quiero tomarme unas vacaciones junto a mi familia, porque Cotto fue un rival duro. Y mi futuro se lo dejo a mi promotor. Mi trabajo es pelear sobre el cuadrilátero. Pero yo pelea con cualquier, siempre que sea hasta las 147 libras", concluyó el rey de reyes del boxeo.

FALTA DE RESPETO AL BOXEO: SIGUEN HABLANDO DE SIETE TÍTULOS DE PACQUIAO


En otro apartado hablaremos del combate, magnífico, por cierto, entre Pacquiao y Cotto, pero no quiero que pase ni un solo segundo sin que exprese a los cuatro vientos mi enorme decepción por la poca veracidad con la que la inmensa mayoría de los medios escritos y audiovisuales han hablado, sin venir a cuento, del séptimo título del filipino, cosa que es sencillamente falso. El Marca, el As... qué decepción. No hay interés en decir la verdad. Alguien ha vendido la "burra" de que Pacquiao ha hecho lo nunca visto, y ahí van todos, cuan papagallos, a publicar corriendo que el filipino ha desbancado a Óscar de la Hoya en la supremacía de mayor múmero de cinturones en divisiones diferentes. Pues no nos van a engañar: aquí les dejo el palmarés de Pacquiao según la biblia de la estadística que es boxrec.com, y sumen ustedes mismos títulos mundiales de los cuatro organismos reconocidos, es decir, WBC, WBA, IBF y WBO.


Manny Pacquiao

Alias Pac Man
Nombre nacimiento Emmanuel Dapidran Pacquiao
País Filipinas
Residencia General Santos City, Cotabato del Sur, Philippines
Lugar Nacimiento Kibawe, Bukidnon, Philippines
Division Welter
Age 30
Born 1978-12-17
Guardia Zurdo
Alcance 170cm
Altura 169cm


Date Opponent W-L-D Location Result
2009-11-14 Miguel Angel Cotto 34-1-0 Las Vegas, USA W TKO 12
WBO Welter
2009-05-02 Ricky Hatton 45-1-0 Las Vegas, USA W KO 2
2008-12-06 Oscar De La Hoya 39-5-0 Las Vegas, USA W RTD 8
2008-06-28 David Diaz 34-1-1 Las Vegas, USA W TKO 9
WBC Ligero
2008-03-15 Juan Manuel Marquez 48-3-1 Las Vegas, USA W SD 12
WBC Superpluma
2007-10-06 Marco Antonio Barrera 63-5-0 Las Vegas, USA W UD 12
2007-04-14 Jorge Solis 33-0-2 San Antonio, USA W KO 8
2006-11-18 Erik Morales 48-4-0 Las Vegas, USA W KO 3
2006-07-02 Oscar Larios 56-4-1 Quezon City, Philippines W UD 12
2006-01-21 Erik Morales 48-3-0 Las Vegas, USA W TKO 10
2005-09-10 Hector Velazquez 42-10-2 Los Angeles, USA W TKO 6
2005-03-19 Erik Morales 47-2-0 Las Vegas, USA L UD 12
2004-12-11 Fahsan 3K Battery 44-7-1 Taguig City, Philippines W TKO 4
2004-05-08 Juan Manuel Marquez 42-2-0 Las Vegas, USA D PTS 12
2003-11-15 Marco Antonio Barrera 57-3-0 San Antonio, USA W TKO 11
2003-07-26 Emmanuel Lucero 21-0-1 Los Angeles, USA W TKO 3
IBF Supergallo
2003-03-15 Serikzhan Yeshmagambetov 17-5-1 Intramuros, Philippines W TKO 5
2002-10-26 Fahprakorb Rakkiatgym 37-2-0 Philippines W KO 1
IBF Supergallo
2002-06-08 Jorge Eliecer Julio 44-3-0 Memphis, USA W TKO 2
IBF Supergallo
2001-11-10 Agapito Sanchez 31-9-2 San Francisco, USA D TD 6
WBO Supergallo
IBF Supergallo
2001-06-23 Lehlohonolo Ledwaba 33-1-1 Las Vegas, USA W TKO 6
IBF Supergallo
2001-04-28 Wethya Sakmuangklang 41-3-0 Kidapawan City, Philippin W TKO 6
2001-02-24 Tetsutora Senrima 19-4-3 Antipolo City, Philippine W TKO 5
2000-10-14 Nedal Hussein 19-0-0 Antipolo City, Philippine W TKO 10
2000-06-28 Seung-Kon Chae 23-0-0 Quezon City, Philippines W TKO 1
2000-03-04 Arnel Barotillo 22-9-3 Malate, Philippines W KO 4
1999-12-18 Reynante Jamili 41-5-0 Paranaque City, Philippin W TKO 2
1999-09-17 Medgoen Singsurat 18-0-0 Nakhon Si Thammarat, Thai L KO 3
WBC Mosca
1999-04-24 Gabriel Mira 19-7-1 Quezon City, Philippines W TKO 4
WBC Mosca
1999-02-20 Todd Makelim 7-4-0 Kidapawan City, Philippin W TKO 3
1998-12-04 Chatchai Sasakul 33-1-0 Phuttamonthon, Thailand W KO 8
WBC Mosca
1998-05-18 Shin Terao 10-2-1 Japan W KO 1
1997-12-06 Panomdej Ohyuthanakorn 7-3-0 Koronadal City, Philippin W KO 1
1997-09-13 Melvin Magramo 23-12-2 Philippines W PTS 10
1997-06-26 Chokchai Chockvivat 34-2-0 Mandaluyong City, Philipp W KO 5
1997-05-30 Ariel Austria 9-6-3 Philippines W TKO 6
1997-04-24 Wook-Ki Lee 0-4-1 Makati City, Philippines W KO 1
1997-03-08 Mike Luna 20-7-4 Muntinlupa City, Philippi W KO 1
1996-12-28 Sung-Yul Lee 0-2-0 Muntinlupa City, Philippi W TKO 2
1996-07-27 Ippo Gala 1-11-1 Mandaluyong City, Philipp W TKO 2
1996-06-15 Bert Batiller 10-1-2 General Santos City, Phil W TKO 4
1996-05-20 John Medina 31-30-5 Manila, Philippines W TKO 4
1996-04-27 Marlon Carillo 21-7-3 Manila, Philippines W PTS 10
1996-02-09 Rustico Torrecampo 11-4-4 Mandaluyong City, Philipp L KO 3
1996-01-13 Lito Torrejos 5-7-1 Paranaque City, Philippin W TD 5
1995-12-09 Rolando Toyogon 12-11-2 Manila, Philippines W PTS 10
1995-11-11 Rudolfo Fernandez 8-9-5 Mandaluyong City, Philipp W TKO 3
1995-10-21 Renato Mendones 2-3-0 Puerto Princesa City, Phi W TKO 2
1995-10-07 Lolito Laroa 4-7-2 Makati City, Philippines W PTS 8
1995-09-16 Armando Rocil 2-10-0 Mandaluyong City, Philipp W KO 3
1995-08-03 Acasio Simbajon 4-1-1 Mandaluyong City, Philipp W UD 6
1995-07-01 Dele Decierto 2-0-0 Mandaluyong City, Philipp W TKO 2
1995-05-01 Rocky Palma 4-0-1 Philippines W PTS 6
1995-03-18 Pinoy Montejo 2-4-0 Philippines W PTS 4
1995-01-22 Edmund Enting Ignacio 1-1-0 Philippines W PTS 4

Record to Date
Victorias 50 (KOs 38) Derrotas 3 Nulos Total 55

A partir de este momento les voy a dar cuenta de cuales son los úncicos medios de comunicación que informan con respeto al noble arte de las 16 cuerdas. A los demás, ni bola. El boxeo no se merece esto. Faltar a la verdad, me refiero.

JOSÉ MANUEL MORENO. BOXEO VELEÑO.

PARA DESCARGA DIRECTA DEL COTTO VS. PACQUIAO, EL SIGUIENTE ENLACE. QUE LO DISFRUTEN

http://www.megaupload.com/?d=VUOK21EU

PACMAN ES EL REY


ESPN

La velocidad y contundencia de Manny Pacquiao fueron demasiado para la valentía de Miguel Cotto.
Pacquiao ofreció otra enésima exhibición arrolladora al derribar el sábado dos veces a Cotto y dejarle el rostro cubierto de sangre hasta que el árbitro se apiadó del puertorriqueño y detuvo el combate cuando faltaban 55 segundos en el duodécimo asalto.
Pacquiao desquició a Cotto con su impresionante velocidad y fuerte pegada con ambas manos para adjudicarse su séptimo título mundial en siete divisiones. Si había alguna duda, pues ya no la hay: Pacquiao certificó con creces que es el mejor boxeador libra por libra del momento.
Cotto sufrió una paliza como pocas. Fue tanto el castigo que recibió que su rostro quedó cubierto del rojo de la sangra por el impacto implacable de los golpes de Pacquiao, pero se negó a rendirse pese a que desde su esquina se trató de tirar la toalla tras el undécimo asalto. Tras la pelea, Cotto fue trasladado a un hospital local para recibir atención.
El combate fue publicitado como un clásico de la división welter y en los primeros rounds no decepcionó. Ambos intercambiaron golpes con gusto y Cotto se plantó bien en los cruces en el centro del entarimado.
Pacquiao derribó a Cotto con un derechazo al inicio del tercer round, pero el boricua supo asimilar y logró reaccionar fuerte. Pero luego que Pacquiao hizo que Cotto volviese a besar la lona en el cuarto round, esta vez con una demoledora izquierda, el boricua perdió el impulso.
"Nuestro plan fue no apurarnos, sino tener paciencia", dijo Pacquiao. "Fue una pelea dura esta noche y necesitaba tener tiempo para medir su fuerza".
Cotto peleó con gallardía, pero en los últimos rounds más fueron sus instintos para sobrevivir de pie mientras la sangre brotaba en su rostro. Pacquiao, en tanto, simplemente no dio tregua.
Dio la impresión que en su esquina no querían que el boricua siguiese tras el undécimo, pero Cotto salió dispuesto a todo hasta que una última andanada lo dejó en las cuerdas y el árbitro Kenny Bayless paró la pelea.
Incapaz de contener a su oponente, el rostro de Cotto quedó hinchado, con sangre brotando de su nariz y varios cortes.
"No sabía por dónde venía los golpes", dijo Cotto. "Manny Pacquiao es uno de los mejores boxeadores que me ha tocado pelear".
Pacquiao, quien venía de sensacionales victorias sobre Oscar De La Hoya y Ricky Hatton, sumó otro más ante Cotto, derrotado en una sola ocasión y hasta hoy dueño de la diadema welter de la Organización Mundial de Boxeo.
El filipino lo hizo con su mejor estilo, seguidillas de golpes desde todos los ángulos hasta minar a Cott y luego acorrarlarlo sin pausa hasta que se pusiese fin al pleito.
La pelea deja servida la mesa para otra con más cartel: contra Floyd Mayweather Jr. Muchos de los asistentes en la repleta arena del hotel MGM Grand empezaron a corear: "¡Que venga Floyd! ¡Que venga Floyd" tras el final del combate.
"Yo quiero verlo peleando con Mayweather", manifestó Freddie Roach, el entrenador de Pacquiao.
Mayweather tal vez lo piense dos veces, luego que Pacquiao logró algo inédito al obtener su séptimo cetro en siete categorías diferentes.
Lo más impresionante ha sido su trayectoria, vapuleando rivales como si fuesen muñecos, desde que comenzó en las 106 libras hasta las 144 que pesó para la pelea del sábado.
Pero la división welter será su límite, ya que dijo que no subirá más de peso.
"Esta es mi última división. He hecho historia y lo más importante que fue un filipino", afirmó.
Fue tan dominante en el último tramo de la pelea que Cotto peleó hacia atrás, tratando de sólo sobrevivir. Pacquiao acertó el doble de golpes que Cotto, 336-172.
Pacquiao se llevó una bolsa de 13 millones de dólares, mientras que Cotto se quedó con 7 millones.