JUANMA LEIVA
AS.com
Casi diez años como campeón mundial de los pesados. Actual
monarca de Federación (FIB), Organización (OMB) y Asociación (AMB). Un récord
de 64-3 (53 KO’s) en el que se incluye una racha de 11 años invicto y sus
últimas 18 defensas mundialistas con éxito. Son algunos de los datos de la ‘era
Wladimir Klitschko’, un reinado sólo superado por la leyenda Joe Louis (aunque
en su época sólo había un título de campeón). Este sábado en Dusseldorf (en
Alemania es un ídolo) el ucraniano de 39 años volverá a exponer sus títulos por
19ª vez seguida. Enfrente Tyson Fury, en un combate que ha levantado
expectación, no sólo por las salidas de tono del británico, sino porque este ‘gigante’
de 206 centímetros
(por 198 del campeón), 12 años más joven e invicto (24-0), es considerado, por
Klitschko incluido, como una amenaza. “Uno de los combates más difíciles de mi
carrera”, valora el rey del peso completo.
A pesar de las provocaciones de Fury, que llegó a aparecer
en una rueda de prensa disfrazado de Batman, Klitschko no le subestima. Ni a él
ni a ningún rival. Al menos, desde el 10 de abril de 2004, fecha que tiene
grabada a fuego. “Cuando pienso en aquel día me motivo”, reveló a la ESPN. Aquella noche
en Las Vegas, el norteamericano Lamon Brewster (11 a 1 abajo en las apuestas)
noqueó en el quinto a un Wladimir que había dominado los cuatro asaltos
anteriores. “Todo el mundo dijo: ‘se acabó’. Que no tenía ni mandíbula, ni
corazón, ni nada”. Esa fue su última derrota.
Dos años más tarde, el que fuera oro olímpico en Atlanta se
proclamó campeón WBO y IBF. Aunque no eran sus primeros títulos, ese fue el
principio de su reinado cuyo lunar es no haber acumulado los cinturones de los
cuatro principales organismos, motivado en parte por su promesa de no pelear
contra su hermano Vitali, campeón del WBC hasta su retirada en 2012 para
dedicarse a la política. Ese, y la crítica que le persigue de boxeador
aburrido, que rompe con el estilo espectacular y el carácter, en algunos casos
fanfarrón, de otros campeones... Frente a eso, sus buenos modales y su boxeo
meticuloso. “Cuido hasta el más mínimo detalle, porque eso es lo que marca la
diferencia”, asegura.
Dos pequeños ‘peros’ que podrían dejar de tener razón de
ser. El primero, si supera el examen de este sábado y se da la unificación con
el WBC, donde ahora domina el norteamericano Wilder. Y el segundo, como asegura
su entrenador, Johnathon Banks, será el tiempo el que lo borre: “No apreciaremos
su carrera hasta que se retire”. Fury comenta que se encuentra “nervioso y
ansioso” en las horas previas. No es para menos. Cuando suba al ring se
encontrará a un púgil que va camino de la leyenda.