ÁLVARO CARRERA
AS.com
En
el último año Deontay Wilder ha disputado los dos combates más exigentes de su
carrera. Pese a no tener un gran técnica, el estadounidense, de 33 años, ha
logrado continuar como campeón mundial de los pesos pesados por el Consejo
Mundial de Boxeo (WBC, en inglés). Noqueó a Luis Ortiz en el décimo asalto e
hizo nulo ante Tyson Fury, al que casi deja KO en el último round. Dos
ratificaciones de su poderío, pero en los que dejó muchas dudas a nivel
general. Ese último empate dinamitó todo el plan previsto en los grandes pesos,
ya que Joshua esperaba al vencedor... no pudo ser. El Wilder vs Fury II parecía
hecho, pero el británico decidió firmar un acuerdo con Top Rank y ESPN
(derechos de tv en Estados Unidos), por lo que esa pelea tampoco se producirá,
de momento.
La
demora en la decisión de Fury hizo que Joshua escogiese otro camino (debutará
en EE UU el 1 de junio ante Andy Ruiz), con lo que Wilder se quedó sin plan A,
ni B. Era difícil su posición, pero el WBC le había facilitado el plan C.
Dominic Breazeale (20-1, 18 KO) era aspirante oficial, una posición que debía
ratificar ante Dillian Whyte (en previsión de la secuela con Fury). Ese combate
tampoco se hará, ya que al no encontrar rival, Wilder tiró de Breazeale, quien
llega muy por detrás en las apuestas (1,06 Wilder y 6 Breazeale), pese a que
sólo ha perdido una vez en su carrera, y fue contra Anthony Joshua.
Wilder
sabe el buen récord de su rival, sus cualidades, pero lo cierto es que salvo AJ
no ha tenido un gran nombre ante él. Desde que perdió con Joshua (junio de
2016) ha boxeado solamente en tres ocasiones, pero ha sumado tres KO. Su
dinámica también es ascendente, pero el plan de Wilder sólo puede ser uno: arrasar.
Para unificar el peso pesado el estadounidense pedía el 50% de la bolsa, algo
que parece improbable, ya que el que mueve las masas es el británico. Pese a
ello, y para tener una posición dominante, debe arrasar a Breazeale. Es un
trampolín para pedir más dinero y la gran oportunidad de su vida. No puede
fallar.