jueves, 8 de diciembre de 2011
HOPKINS: "FRUSTRO A MIS OPONENTES"
Jemele Hill
ESPN.com
Esta historia aparece en la "Edición de Entrevistas" del 12 de diciembre de 2011 de ESPN The Magazine.
-Tu casa no es lo que esperaría de un boxeador. ¿Por qué siempre eres tan prolijo?
-El boxeo es lo que hago, pero no es quién soy. Siempre trato de abrir las conversaciones con eso cuando la gente me dice, "Háblame de ti". Siempre me han gustado las cosas lindas. Hubo un momento en mi vida en el que fui por el camino equivocado para conseguir esas cosas, y pagué el precio por ello. He estado fuera de la cárcel durante 23 años y medio, la mitad de mi vida, y la he dado vuelta como boxeador y como hombre de negocios. [Nota del editor: Hopkins salió de prisión en 1988, después de haber servido cuatro años y medio por robo a mano armada.]
-¿Cuándo crees que hiciste la transición?
-Cuando me di cuenta de que estaba peleando por una cartera que creo que era de un millón de dólares y sólo recibí $85.000.
-¿Qué pelea fue esa?
-Fue Roy Jones Jr., la primera pelea, RFK Stadium, 1993. Y recuerdo que esa pelea no sólo me hizo pensar en lo que había ocurrido, sino en que no tenía idea de cómo funcionaba el negocio. Me di cuenta de que tener conocimiento de lo que haces, ya sea en el boxeo o en la vida, ya sea tu valor como mujer o tu valor como hombre, una vez que conoces tu valor, es difícil no ser apreciado.
-Eres una persona muy sincera, sobre todo sobre la raza. ¿Por qué eres tan franco?
-He estado cerca de mucha gente sincera, pero he aprendido que es bueno ser ciertas cosas en ciertos momentos. No todos saben cuándo ser sinceros y cuándo no. Es una estrategia del Arte de la Guerra que uso como guión para todo lo que hago dentro y fuera del ring.
-Estoy segura de que has oído el término esclavo de $40 millones. ¿Qué significa ese término para ti?
-Sólo porque tienes un contrato de $40, $80, $90, $100, $200 millones, sin importar lo que tienes o lo que crees que eres, en este país, por desgracia, para la mayoría de la gente, no todos, sigues siendo un n--. Sucede que eres rico. Te abrirán la puerta. Te llevarán la maleta. Te llamarán señor. Puede que incluso te permitan salir con su hija -- por lo que tienes y lo que representas, no por quién eres. No voy a decir que todo el mundo piensa así, pero creo en mi corazón que el porcentaje es alto. Puedo entender la situación del esclavo de $40 millones. Pero si eres LeBron James, Kobe Bryant o Tiger Woods, eso es cambio de bolsillo. Las apuestas son más altas ahora.
-¿Hay alguna parte de ti que le preocupe que la gente diga: "Suena como un racista"?
-No. Cuando digo las cosas, hablo por las experiencias que he tenido. Creo que antes de tratar de ayudar a otra raza, ¿por qué no ver si hay algo por hacer en mi barrio? Eso no quiere decir que sea anti-blanco o anti-chino o anti-puertorriqueño. Muchos de mis socios son judíos. Y vaya si se mantienen unidos. Quiero hacer que mi gente entienda que debemos aprender de la mentalidad del pueblo judío. No todos pueden salir del barrio con el balón. Tratemos de encontrarte una salida con los libros. Sólo aprendí lo que he aprendido de otras culturas. Tengo algunos amigos italianos. Todo el mundo sabe cómo los italianos se mantienen unidos. Ve al sur de Filadelfia. Ve a Nueva York. No estoy hablando de lo negativo, sino de las familias italianas sanas con unidad. Los irlandeses. Las otras culturas. Es cuando empiezas a decir, "soy mejor que esa otra persona", cuando se convierte en algo diferente.
-¿Por qué crees que tantos atletas afro-americanos son tan reacios a hablar sobre la raza?
-Porque les dicen que no lo hagan.
-¿Quién les dice?
-El sistema que les paga, el sistema que dicta cómo hablan. Los jugadores de fútbol americano, los jugadores de básquetbol, no hablan de política. Es la esclavitud moderna. No se les permite hablar de cosas que son sensibles e incorrectas en el mundo político.
-Una persona que no tiene miedo de ser políticamente incorrecto es Floyd Mayweather. ¿Cómo crees que impacta su imagen en la percepción de los atletas afro-americanos?
-Tengo un problema con eso.
-¿Con qué tienes un problema?
-La percepción y el estereotipo de cómo nos ven y nos juzgan como atletas es un modelo y un guión de lo que Mayweather les muestra todo el tiempo. No ves a Steve Jobs -- que en paz descanse -- hablando pro telefono mostrando un montón de dinero. Nunca mostró su riqueza porque su riqueza era quién era, no lo que tenía.
-No quiero poner palabras en tu boca, pero suena como si estuvieras llamando a Floyd Mayweather como un juglar moderno.
-No. Digo que es un tipo que no es consciente de la imagen que retrata para promover sus peleas y la imagen que representa para mostrar quién es. Pero resulta ser el hombre al que la gente ve como el hombre en el boxeo, aparte de Pacquiao. Él tiene el poder como Jim Brown lo tuvo en su época. Él tiene el poder como lo tuvo el gran Ray Leonard. Él tiene el poder como Ali, cuando dijo: "Ningún Vietcong me ha llamado n--". No todos tienen esta oportunidad. No creo que Mayweather sea una mala persona, pero su mensaje es engañoso.
-Dijiste anteriormente que pensabas que Manny Pacquiao tendría problemas peleando contra un boxeador afro-americano. ¿Sigues pensando lo mismo?
-Pues bien, venció a Shane Mosley. Manny Pacquiao sí que puede pelear, pero más que nada se ha enfrentado a combatientes mexicanos, y sus estilos son diferentes de la forma en que nos enseñan a pelear en nuestra cultura. Mayweather tiene el estilo para vencer a Pacquiao.
Tu última pelea contra Chad Dawson sorprendió a muchos. ¿Estabas tratando de saltar sobre la espalda de Dawson?
-No. Lancé una mano derecha. Falle. Esto ocurre en el boxeo. Así que o lo empujas con el hombro o haces lo que no se hace en el boxeo: abofeteas a un hombre y lo empujas. Para saltar sobre la espalda de alguien, creo que cuando se levantó yo habría estado del otro lado. El video refleja lo que sucedió. Una cosa sobre el vídeo, te hará libre como el ADN.
-¿Te sorprendió que respondiera arrojándote a la lona?
-¿La parte física o la de gánster?
-Bueno, ambas.
-Tengo una manera de frustrar mis oponentes. Sé qué decir y qué hacer para hacerlos reaccionar de una manera que será contraproducente. Creo que Chad Dawson sabía que no podía hacer las cosas que pensaba que podía hacerle a un hombre de 46 años. Se comprometió a lanzar 80 o 90 golpes por asalto. Dawson entró en pánico porque no podía hacer las cosas que quería. ¿Tuvo la intención o intentó hacerle daño a Bernard Hopkins? Yo digo que sí. Lo que hizo tuvo intención clara. Mira el video. Dime dónde hay un nocaut técnico en esta pelea. Y estamos en el siglo 21, ¿por qué el boxeo no tiene repetición instantánea como cualquier otro deporte? Estamos hablando de mirar una pantalla durante cinco minutos o menos.
-Tienes 46 años y sigues peleando. ¿Cómo le has ganado al reloj?
-No le he ganado al reloj. Nunca le puedes ganar al reloj. El reloj nos corre a todos. Lo que he aprendido es cómo mantenerme mientras el reloj corre. Quité el reloj con mi estilo de vida, mi forma de comer y mi forma de pensar. Medito. No bebo. No fumo. Tengo un acuerdo con el Padre Tiempo. Me transformé al salir de la cárcel. Aprendí una lección. Si puedo transformar mi vida, nunca volveré a ser un preso. Perdí mi primera pelea en 1988, y luché entre volver a la cárcel y quedarme afuera para siempre. Decidí quedarme afuera para siempre. Hice unas 20 peleas y luego gané un campeonato. Ya conocen la historia desde ahí. Un legado. Hice todo como peso mediano. Uso todas mis experiencias de vida de la cárcel -- de los contratiempos, las adversidades -- uso todo eso para seguir adelante y nunca darme por vencido. Puede que tenga 46 años, que esté cerca de los 47, pero por dentro, mi sangre es como la de un hombre de 25 años.
-¿Entonces seguirás peleando a los 50?
-Sé cuántas peleas quiero disputar. Eso sería más fácil que decirte cuántos años.
-Bueno, ¿cuántas?
-Por lo menos dos. Tengo una fecha en marzo. No sé quién todavía. Hay buenos nombres ahí afuera, nombres de campeonato. Quiero unificar títulos. Eso sería ganar los títulos de la AMB y de la FIB. Quiero ser el primer peso semipesado en superar al gran Archie Moore, quien defendió su título cuatro veces como peso semipesado con más de 40 años. Así que, nuevamente, tengo la oportunidad de hacer historia. Eso será fantástico.
TOMÁS "GUSANO" ROJAS DENUNCIA QUE SE DEJÓ GANAR ANTE JORCE ARCE
Univision.com
El boxeador mexicano y ex campeón mundial súper mosca, Tomás ‘Gusano’ Rojas, declaró que se dejó caer contra Jorge ‘Travieso’ Arce en su pleito del 16 de septiembre del 2007.
Gran polémica causaron los comentarios que vertió Rojas al periódico veracruzano Notiver, donde dijo que le ofrecieron 100 mil pesos por dejarse perder contra Arce en el 2007.
"Te voy a contar la neta de lo que sucedió en mi pelea con el "Travieso" en Las Vegas, desde que me dieron la pelea el "Zorro" (Altamirano) me llamó y me dijo que estaba esa pelea contra el "Travieso" en Las Vegas, pero me adelantó que había un problema y yo le dije que me lo dijera...” comentó el boxeador a Notiver.
“El primer trato era según que si yo lo podía noquear en los primeros seis rounds no había bronca, pero ya pasados los seis asaltos tenía que dejarme caer y perder" ¿Aceptaste el trato? Preguntó el reportero, "Pues tuve que aceptarlo porque era una pelea importante para mí, que me daría a conocer, enfrentaría a una estrella del box en México y además era en Las Vegas, me interesaba la visa"
Al cuestionarle de cuanto fue la paga por aceptar el trato explicó:
'Me dieron 100 mil pesos (aproximadamente 10 mil dólares) y acepté, el día del pesaje se me acercó el promotor y me dijo que me tenía que caer en el sexto que ya habían cambiado los planes de que si lo noqueaba antes no había problemas, la verdad yo le pude haber ganado fácilmente al "Travieso" no sabe boxear, todo lo que me metía lo conectaba pero el trato ya estaba hecho aunque sí lo deje un poco lastimado más de la cuenta y por quizá por eso la empresa me congeló 8 meses'
El veracruzano añadió que Arce le ofreció 20 mil pesos más, pero que nunca le pagó.
Al conocerse estas declaraciones inmediatamente Rojas salió al paso y desmintió lo publicado, dijo que demandaría al periodista Pedro Muñoz por difamación, sin embargo en otra entrevista posterior a la estación de radio XEU de Veracruz confirmó lo que había informado al reportero.
‘Siempre he sido una persona muy sincera, muy honesto…y pues sí, pero creo que estas cosas, yo como boxeador o como lo quieran llamar, la necesidad te hace hacer cosas que no quieres” dijo un nervioso y apenado Rojas que varias veces trastabillo al hablar.
Por otro lado se dijo molesto por la publicación de Notiver.
'Estoy muy enojado con esta persona (Muñoz), porque…la verdad soy honesto sí se lo dije, pero fue como amigos, de hecho yo le dije que no fuera a sacar nada de esto, y ni modo ya lo dije. También le digo al reportero que tiene que tener ética, tiene que ser profesional, y no tratar de sacarlo, porque sabe que puede terminar mi carrera y meterme en problemas en el medio boxístico’, finalizó el “Gusano”.
Arce no se quedó con la boca cerrada.
‘No sé de qué habla, no sé a qué se refiere. Yo estoy tranquilo con mi carrera. Simplemente yo lo tomo de quien viene, a mí no me dijeron nada, y si a mí me decían que se iba a caer, pues me hubieran dicho y no hubiera entrenado. Si él se arreglo, es problema de él y que tonto por haber aceptado', dijo el ‘Travieso’ al periódico Cancha.
MEMORIAS DE N.Y.
Por Carlos Irusta
ESPNdeportes.com
César Menotti, o simplemente el Flaco Menotti, es uno de los tipos que trasciende su actividad. Campeón del mundo con la selección argentina de fútbol en juveniles y mayores, también supo ser asiduo espectador -- y amante -- de boxeo. Y este es su recuerdo de la épica batalla que libró Oscar Ringo Bonavena contra Muhammad Ali hace 41 años. Así me lo contó y se los transcribo textual...
Por supuesto que recuerdo muy bien aquella pelea. Bonavena era hombre del club Atlético Huracán, así que venía seguido y charlábamos mucho, podría llegar a decir que éramos amigos. Nos veíamos siempre y mezclábamos las dos pasiones, fútbol y boxeo.
Yo viví en Jackson Heights, Nueva York, entre los años 67 a 69, cuando jugué para The Generals (equipo de fútbol de la North American Soccer League). Así que como me gustaba mucho el boxeo, iba siempre a los festivales. Estuve cuando tiraron el viejo Madison para inaugurar el actual, allá por el año 1968. Recuerdo haber visto grandes peleas y a grandes boxeadores, como cuando Carlos Ortiz, de Puerto Rico, le ganó a Ismael Laguna, el panameño, por el título mundial de peso ligero, en el Shea Stadium en Queens. Y me acuerdo que me tuve que esconder debajo del ring, cuando se armó un tremendo escándalo: le dieron la pelea a Dick Tiger sobre el puertorriqueño José Torres, por el título mundial semipesado... O una de las que hicieron Nino Bennvenuti y Emile Griffith... fueron tantas noches...
“ Yo creo que la pelea que Oscar le hizo a Ali fue maravillosa, porque enfrentarse a semejante campeón mundial -- para mi uno de los más perfectos de todos los tiempos y de todas las categorías -- y llegar al último round, fue extraordinario. ¡Todavía me parece mentira, pero fueron 15 rounds! ” -- César Luis Menotti
Si me pongo a hablar de boxeo, no termino nunca. Vuelvo a aquella pelea. Cuando me enteré de que Oscar iba a pelear con Ali, aunque muchos en esa época todavía le decíamos Cassius Clay, confieso que sentí temor y hasta miedo, porque Ali era muy grande y pensé que iba a ser demasiado para Ringo. Pero también es cierto que lo veía muy confiado, muy seguro. Así que a pesar de mi temor, por supuesto que lo acompañé con el corazón como todos los argentinos, porque hay que decir que esa noche, un lunes, se paralizó el país.
Yo creo que la pelea que Oscar le hizo a Ali fue maravillosa, porque enfrentarse a semejante campeón mundial -- para mi uno de los más perfectos de todos los tiempos y de todas las categorías -- y llegar al último round, fue extraordinario. ¡Todavía me parece mentira, pero fueron 15 rounds! Un disparate tremendo por el esfuerzo gigantesco que tenían que hacer esos hombres. Pelearle a Ali era como enfrentarse a un regimiento de la Legión Extranjera con una simple honda, pero Bonavena lo hizo.
El final fue no solamente amargo, sino injusto, porque después de la primera caída que sufre Bonavena, Ali se queda prácticamente a su lado. El referí (Mark Conn) no lo envió a una esquina neutral, como manda el reglamento, así que apenas Oscar comenzó a levantarse, Ali lo volvió a tirar, sin darle tiempo a nada. Y lo mismo hizo con la tercera y última caída. Nadie niega que Ali fue extraordinario y que esa pelea la ganaba igual, pero también es cierto que el árbitro le dejó hacer cualquier cosa...
Una vez, ese gran maestro de boxeo que fue Amílcar Brusa, me dijo: "Monzón siempre hace las peleas en su propio territorio, es él quien marca el ritmo y los espacios". Bueno, Ali era igual, porque con sus piernas maravillosas manejaba las distancias. Encima, tenía un reloj en la cabeza: bailoteaba dos minutos y en el último, metía las manos hasta el fondo. En Argentina hubo uno parecido, Luis Federico Thompson, que nació en Panamá, se hizo ciudadano argentino y fue campeón nacional: boxeaba como los dioses... Alí tenía contundencia, físico privilegiado y una extraordinaria vitalidad, fue un gigante.
Cuando recuerdo a Oscar, viendo el boxeo de hoy, y pensando en los boxeadores a los que se enfrentó, siento que, hoy, hubiera sido campeón mundial. No cualquiera se dio el lujo, por ejemplo, de tenerlo dos veces por el suelo a Joe Frazier, cuando venía arrasando con todos. Aquella pelea, la del 7 de diciembre del 70, terminó de consagrar en la Argentina a Bonavena, que demostró que había sido capaz de plantarse, casi de igual a igual por momentos, con el gran Muhammad Ali.
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