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Incluso la carrera de un boxeador de talla mundial como
Manny Pacquiao tiene su particular inicio, siendo el en el caso del filipino
una infancia y una juventud muy humildes. En sus primeras peleas, cuando apenas
era conocido, el que pugnará el próximo 2 de mayo con Floyd Mayweather por la
hegemonía mundial del boxeo, se hacía llamar «Kid Kulafu», en un apodo
inspirado en una marca de vinos.
El apodo del que hoy es conocido como «Pacman» ha dado
título a una película sobre la infancia del púgil, durante la que se dedicaba a
reciclar botellas vacías para ganar dinero y ayudar a su familia, y que se ha
estrenado este miércoles en más de 70 cines de toda Filipinasy llegará a las
salas de Estados Unidos y Canadá a partir del 24 de abril.
Producida con la colaboración del propio Pacquiao, la
película muestra el empobrecido mundo en el que creció antes de convertirse en
el único campeón de boxeo de ocho divisiones en el mundo, uno de sus
deportistas mejor pagados y el miembro más adinerado de la Cámara de Representantes
filipina.
«Tenía todas las excusas para fracasar: una familia rota,
sin comida, sin casa, ningún sitio al que ir, sin dinero... pero aun así
perseveró, y eso es lo que quiero que vea la gente, que hoy está donde está
debido al trabajo duro», explicó el director del filme, Paul Soriano.
El boxeador de 36 años nació en una casa con tejado de paja
y piso de tierra en las montañas de la provincia sureña de Bukidnon, en un
momento en el que los milicianos anticomunistas luchaban contra insurgentes. Un
brutal enfrentamiento cerca de la vivienda obligó a la familia a mudarse a la
ciudad de General Santos, a una cabaña propiedad de su tío, Sardo Mejia. A
menudo, faltaba comida para la familia; en ocasiones comían arroz hervido con
tripas de pescado o mazorcas de maíz.
El padre del boxeador abandonó después a la familia, dejando
a Manny, el mayor de tres hermanos, para que se ganase la vida como la mayoría
de los chicos en las zonas rurales del país. Vendió maní frito, pan y donuts
hechos por su madre, y ganaba algo de dinero por su cuenta recogiendo y
vendiendo unos pequeños limones locales llamados calamansi.
También trabajó como tendero para Mejia y recogía sacos de
botellas vacías de Vino Kulafu, que devolvía a los distribuidores a cambio de
los depósitos por los envases.
Pacquiao se sintió atraído por el boxeo tras ver cintas
Betamax de combates de los pesos pesados con su tío. Mejia animó al joven a
pelear y después le entrenó, aunque su madre detestaba ese deporte. Ella quería
que su hijo fuera sacerdote, pero era demasiado pobre para meterlo en un
seminario. Aun así, le inculcó una profunda espiritualidad y fe religiosa.
«En realidad, 'Kid Kilafu' es una película sobre un
chico que creció sin nada», dijo Soriano. «Todo lo que tenía en realidad era un
sueño, y peleó y peleó y peleó hasta que lo hizo realidad». La película se rodó
durante tres años, incluyendo dos de investigación y entrevistas con el
boxeador, familiares, amigos y ex entrenadores, explicó