Bernardo Pilatti
El argentino residente en España, Sergio Maravilla Martinez logró una histórica proeza este sábado en Atlantic City, cuando venció en forma incuestionable al favorito Kelly Pavlik, y se agenció los cinturones medianos de la OMB y el CMB.
A sus treinta y cinco años, Martínez afrontaba la pelea de su vida. Venia de perder ante Paul Williams por una decisión controversial y enfrentaba a un campeón más joven, más pesado, mas fuerte, con mas poder en sus puños y en su propia casa.Nada de eso lo intimidó, por el contrario, se adueño de los primeros asaltos con autoridad. Dió catedra con su técnica, velocidad, golpes sistemáticos y endiablado movimiento de cuerpo.
Pavlik no lo encontraba, mientras iba recibiendo golpes implacables en su rostro que mostrasba las huellas del castigo. Cuando encontró la distancia para su jab, logró emparejar la pelea. Golpeó al cuerpo del argentino, y hasta consiguió mandarlo a la lona. Sin embargo, Maravilla mostró su casta de campeón y regresó al plan de pelea. En los últimos tres asaltos llevó al Fantasma Pavlik a la escuela. Y podremos estar en desacuerdo con su forma a veces sobradora cuando su superioridad es tan aplastante. Hasta su entrenador lo trató de pelot... por esa actitud. Sin embargo, Martínez no es de los que sobran por sobrar al rival. Es su forma de irritar al rival, su manera de confundirlo, de desnudar su impotencia.
Como lo vaticinamos en nuestro comentario previo, si Martínez lograba imponer su superioridad técnica, sería un francotirador implacable. Eso fue y por eso ganó. Argentina tiene un nuevo campeón. Un guerrero que a los 35 años consigue lo que tanto buscó. Lo mas importante, nadie le regaló nada. Lo logró frente a los mejores. Por eso está haciendo historia. Felicitaciones campeón, el boxeo agradece su proeza.
