domingo, 3 de febrero de 2019

KOVALEV SE TOMA LA REVANCHA CON VICTORIA APLASTANTE SOBRE ÁLVAREZ


Bernardo Pilatti
ESPN Digital

Sergey Kovalev ganó la revancha del todo o nada contra Eleider Álvarez y recuperó el cinturón OMB de las 175 libras que había perdido en abril del año pasado cuando fuera noqueado en el séptimo asalto por este mismo rival.
Fue otro Kovalev, fue otro Álvarez y fue otra pelea la revancha por el título semipesado. No hay duda que muchas cosas ocurrieron para que el ruso recuperara su título y le diera un nuevo aire a su carrera que llegaba moribunda a este combate.
No hay ninguna duda en señalar a dos grandes responsables para que todo hubiera terminado como terminó. Buddy McGirt y Marc Ramsay.
El primero, nuevo entrenador de Kovalev, tuvo claro el camino de la preparación y la estrategia del combate. El segundo, entrenador del colombiano, no tuvo claro cómo debía preparar a su pupilo y careció de una estrategia adecuada. En definitiva, Krusher empezó a ganar la revancha cuando decidió ponerse en manos de un entrenador astuto y con la sabiduría necesaria para rescatarlo de su oscuridad deportiva.
La victoria de Kovalev fue justa, trabajada de manera impecable y demostró la importancia de que las buenas estrategias sean respetadas hasta en sus mínimos detalles como lo hizo el ruso.
También esta pelea demostró esa necesidad de combatir ese apagón presumible en un púgil como Alvarez que, seguramente, aflojó el enfoque luego de lograr una meta que por tantos años persiguió como ese cinturón de campeón. Le faltó visión a su esquina, no hay duda que hubo aspectos mentales y de concentración que tampoco se trabajaron.
¿POR QUÉ GANÓ SERGEY KOVALEV?
Kovalev ha pasado en estos últimos años por una verdadera tormenta a contramano. Las dos derrotas contra Andre Ward, trajeron desorden a su vida, tanto afuera como adentro del ring y la derrota de la primera pelea contra Álvarez, pareció ser la bofetada final. De la que no podría ya recuperarse.
Perdió su boxeo, perdió su determinación y pareció perder también el poder de los puños. En una palabra, tocó fondo a los 36 años y lucía misión imposible recuperarse. Pero recurrió a James “Buddy” McGirt y también a sus reservas anímicas. Fueron cien días de campamento donde la primera tarea fue recuperar el físico, junto con la rebeldía y el poder mental. La estrategia vino después y los problemas de su vida privada, hubo un pacto para dejarlos fuera del gimnasio. El plan dio resultado.
En la noche de Frisco, Texas, vimos a un renacido Kovalev, determinado, concentrado en su boxeo, respetando su plan de pelea, sin dejarse ganar por la ansiedad y evitando errores de la primera pelea.
El primero, la efectividad de golpeo. Era una mejora esencial como lo marcamos en nuestras claves. Kovalev recuperó el acierto e increíblemente lo hizo sin bajar en demasía su volumen de golpeo, lanzó 816 golpes contra 369 apenas de su rival. También el ruso ajustó el uso del jab, como lo había adelantado McGirt. Esa herramienta fue la otra base de su victoria, lo empleó de manera persistente, tan molesta como frustrante para su rival y que le permitió controlar la distancia del combate de principio a fin.
Esa fue la orden, pelear desde afuera, mantenerse activo con el jab y cambiarle el sentido del ataque de manera permanente al colombiano. Como dijo Buddy recurriendo a una vieja frase de Larry Holmes, “emborracharlo con el jab y luego tomarlo por asalto”.
El trabajo de "Buddy" McGirt en la esquina de Sergey Kovalev, fue fundamental para lograr la victoria ante Eleider Alvarez AP Photo/Cooper Neill
Pero hubo otros cambios que trajo Kovalev y que le dieron otra perspectiva a su boxeo. Hubo momentos que le funcionó el cuerpeo defensivo a la perfección, algo que estuvo ausente en la pelea anterior y lo más importante, el paso atrás del ruso. Fue el factor de desequilibrio para cualquier intención de Eleider. Kovalev entraba, con el jab, soltaba la combinación y salía. Cuando Álvarez, reaccionaba dando el paso adelante para responder al golpeo, Kovalev daba un segundo paso atrás y lo dejaba fuera de balance o abanicando al aire.
El ruso fue cauteloso, sin dejar de ser agresivo. Fue un boxeador técnico, sin perder el protagonismo y fue también sumamente inteligente para amarrar en el momento correcto, para achicar sin golpear y frustrar una y otra vez a su oponente.
Para Lisa Giampa, el dominio fue abrumador ya que le dio todos los asaltos (120-108), mientras que Levi Martínez y Jesse Reyes la vieron igual: 116-112. Es posible que a Giampa se le hayan ido los números y los otros jueces hayan quedado cortos. Al menos dos asaltos, que bien pudieron ser el tercero, el sexto o el séptimo que fueron muy parejos pudieron ser para el colombiano. De todas maneras, no quedaron dudas de que hubo un ganador unánime en esa pelea.
¿POR QUÉ PERDIÓ ELEIDER ÁLVAREZ?
El colombiano ganó la pelea anterior por KO en el séptimo asalto y cuando estaba abajo en las tarjetas. O sea, llegaba a este combate con dos certezas: enfrentaría a una versión mejorada de Kovalev, que no cometería tantos errores, y debería noquear nuevamente porque bajo ese escenario si llegaba a la distancia la victoria sería para el ruso.
Esta pelea obligaba a “hilar muy fino” en la estrategia que creara las condiciones adecuadas para encontrar el golpe de KO. La suerte no existe en boxeo y un descuido como el que propició el KO anterior, es difícil que un mismo rival lo cometa dos veces. Sin embargo, la sensación que dejó Álvarez fue que esperaba enfrentar al mismo Kovalev y que como la vez anterior el KO llegaría solo, sin llamarlo.
Grueso error. En ningún momento el colombiano utilizó su velocidad de golpeo, nunca el doble jab, nunca recurrió a su poderosa derecha, especialmente cuando la manda recta por detrás del jab ni tampoco le vimos insistir con golpes al cuerpo. Esta vez se vio demasiado cauteloso, le costó arriesgar y cuando lo hizo, fue a destiempo. Peor que eso, hubo momentos en que puso presión desordenada, achicó el espacio y se anuló a sí mismo, buscando la pelea donde su boxeo se ve más inoperante, en los espacios cortos.
Eleider Álvarez careció de distancia en toda la pelea, aunque lo peor fue que no trajo ningún plan al combate. Nunca supimos si la orden era esperar y buscar el contragolpe o salir a sorprenderlo en la media distancia. Esa indecisión anuló cualquier posibilidad, al punto que el desconcierto lo llevó en más de una oportunidad a dirigir la vista hacia su esquina buscando una orientación que no llegó.

VARIAS OPCIONES PARA KOVALEV
El colombiano se vio superado con autoridad, algo que disminuye las posibilidades de que entre estos dos rivales sea atractiva una trilogía como lo suponíamos en la previa del combate. El ruso dijo estar listo para cualquier rival, aunque no mencionó a Álvarez.
Si se refirió a los otros campeones rusos, en este caso al monarca FIB Artur Beterbiev y al campeón de la AMB Dmitry Bivol. A ellos debería sumarse el titular del cetro semipesado CMB el ucraniano Oleksandr Gvozdyk y por cierto ahora también el que suponemos será el rival con mayores posibilidades de enfrentar a Kovalev, Gilberto “Zurdo” Ramirez, campeón supermediano OMB.
El mexicano anunció oficialmente su intención de subir a las 175 libras durante el presente año para buscar los grandes retos en esa división. Su condición de campeón le permite eventualmente aspirar a ir directamente contra el monarca, en este caso, precisamente, Sergey Kovalev.
No creemos que Kovalev tenga disposición para realizar peleas intermedias. A sus 36 años le queda poco recorrido en el primer nivel del boxeo y en una división dura, con rivales de mano pesada y que genera otros desgastes. El ruso se vio recuperado, pero aún muy lejos de aquel que dominaba con autoridad la categoría. Por ello, el sentido común indica que lo que no logró Alvarez (retirarlo) lo puede lograr cualquier rival y bajo esa posibilidad, Kovalev buscará peleas lucrativas.
Beterbiev estaría negociando una pelea contra Sullivan Barrera para mayo, lo que deja dos opciones con cheques lucrativos: o directamente con Ramírez que pelea bajo TopRank o negocia una unificación contra Dmitry Bivol que firmó en estos días con la plataforma DAZN. Como sea, lo que no le faltarán al Krusher son buenos rivales.
Ya en el caso de Eleider Álvarez, tiene contrato firmado con TopRank, al igual que el campeón FIB (Beterbiev) y el monarca CMB (Gvozdyk), por lo cual no dudamos que estará pronto peleando por otro título mundial.
La victoria de Sergey Kovalev no solo permitió revivir su carrera que se encontraba al borde del abismo, también le dio otro aire a una división atractiva y con mucho talento en la actualidad. Algo que garantiza la posibilidad de seguir disfrutando de grandes batallas.

ZIANI SECÓ A JULI GINER


ÁLVARO CARRERA
AS. com

Cabizbajo se quedó en su esquina Juli Giner. Recibía los apoyos de quien nunca le fallan, sus entrenadores (Emiliano y Javi Gallego) y su público, que gritaba: "Juli, Juli", pero no había consuelo para el español. El púgil de Barcelona llegaba muy ilusionado a disputar el Europeo del superpluma ante su público, pero se vació ante Samir Ziani y fue franco. "No puedo más", le dijo a su esquina antes de salir al séptimo asalto. El combate se terminó y Juli se quedó hundido. Estaba batallando en una guerra de guerrillas, pero su cuerpo dijo basta y él usó la cabeza. Hay más vida además del boxeo.
Giner, de 35 años y campeón continental en 2015, sabía que su rival iba a salir a meterle mucho ritmo y que no debía cebarse, y lo hizo. Fue una pelea cerrada durante todos los asaltos que se disputaron. Ziani salió revolucionado, y nunca frenó. Encerraba a Juli Giner y lanzaba muchas manos. Algunas entraban, otras no, pero la sensación era que el francés quería pasar por encima al local. Pese a todo, la pelea estaba nivelada. Giner es un veterano y supo frenar bien los golpes, esquivar y contragolpear. Era su combate y seguía el plan en una guerra muy física. Con una pelea tan cerrada y un rival que metía tanto ritmo, la balanza en el ecuador del combate iba nivelada, pero Juli no pudo más. Ziani lo celebró, era la victoria de su vida. Giner acabó pidiendo perdón a la gente, ellos le respondieron con una ovación, por guerrero.

SERGIO GARCÍA DA UN RECITAL EN LONDRES


ÁLVARO CARRERA
AS.com

El O2 de Arena de Londres enmudeció ante el empuje de Sergio García y el de los 200 aficionados que desde Torrelavega viajaron a la capital británica para apoyar al campeón español. El 'Niño' vivía el combate más importante de su carrera, defendía el Europeo del superwelter y podía mirar muy alto. Era un examen y sacó matrícula. El cántabro venció por decisión unánime (119-109, 119-109 y 115-114) a Ted Cheeseman, quien peleaba en casa, le puso ganas, pero poco pudo hacer ante la calidad máxima del español. El plan de Víctor iglesias, entrenador de García, fue perfecto y él lo ejecutó a la perfección. Una exhibición de defensa y contragolpe. Sergio está para lo que le echen. No tiene vértigo a nada.
Cheeseman acostumbra a salir con un ritmo alto, pero desde el primer segundo de combate se vio sorprendido. Sergio García salió a meter más manos. Su objetivo era claro: quería alejar al inglés, que no estuviese cómodo. No le importaba llegar con contundencia con todos sus golpes, quería ser un martillo y lo fue. Sergio usaba su jab para alejar a Cheeseman, y con la derecha le dañaba. Así fue rompiendo los esquemas del inglés y comenzó a cimentar su victoria. Golpes abajo, arriba, con la derecha, con la izquierda... el cántabro no se cansó de sacar golpes y de ir percutiendo a su rival. No parecía que Cheeseman sintiese el castigo, pero en el quinto lo evidenció tras un brutal uno-dos. Las manos rectas le estaban dando la victoria, pero sabía que debía sacar más.
Desde el sexto Sergio García mostró sus grandes cualidades defensivas. Había estudiado a Cheeseman y encontró sus grandes fisuras. El español se quitaba manos con el hombro y devolvía, fintaba y subía con un upper, esquivaba y colocaba otra mano abajo. Sergio García pasó por todas las páginas del manual de boxeo y en todas tuvo matrícula de honor. En los tres últimos asaltos el español demostró otras de sus principales cualidades: su tranquilidad e inteligencia. Cheeseman lo intentó con todo, sin cuartel, buscando una derecha volada que nunca llegó. Sergio le anuló y le pasó por encima. Nadie pudo ponerle un pero, tampoco los jueces, que le dieron vencedor por decisión unánime. De manera justa. Sergio García, rey de Europa.