ÁLVARO CARRERA
AS.com
El día 7 de octubre de 2016 el
corazón de todos los aficionados al boxeo se estremeció al ver como Saúl Tejada
abandonaba el ring en camilla. Se jugaba el Nacional del peso gallo ante Moncho
Miras, pero esa noche el cinturón fue lo de menos. El púgil leonés era evacuado
al hospital, donde inició el combate más importante: el de su vida. Allí fue operado
de un hematoma epidural. El primer asalto fue el más difícil, lo ganó.
Después de unos días en los que su
estado de salud fue crítico poco a poco fue mejorando. De A Coruña (donde se
disputó el combate) fue llevado a León para continuar su recuperación y desde
principios de 2017 fue trasladado al hospital especializado ‘Nisa’ de Aljarafe
(Sevilla). Allí se comenzó a trabajar con el púgil y se han ido produciendo los
avances más grandes. "Es una recuperación larga y dura", reconoce su
mánager, Kike Soria, aunque es consciente
de la gran mejoría. "Tenemos que mirar de donde venimos y la
diferencia es clara y esperanzadora", admite.
En un año, Tejada ha logrado
recuperar la movilidad de la parte izquierda de su cuerpo. Además, reconoce a
su familia y amigos, puede comer sólo es capaz de exteriorizar sentimientos,
aunque "no logra todavía hablar, pero se está trabajando para ello. Lo
conseguirá", afirma confiado Soria. El avance por tanto es claro, y la
lucha continúa. Una batalla donde la peor parte la está sufriendo su familia,
ya que los seguros médicos sólo cubren su hospitalización, no los gastos
derivados de su familia.
En ese punto es donde se ha
volcado su otra familia, la del boxeo. Se han organizado varias veladas,
sorteos y el Consejo Mundial de Boxeo (WBC, en inglés) le otorgó una ayuda a su
familia. Todo es poco para hacer más llevadero el proceso de recuperación. Saúl
Tejada sigue luchando y progresando, el boxeo no le olvida. El combate más
importante de su vida lo está ganando. Ánimo Huracán.