jueves, 14 de enero de 2010

Jones Jr.-Hopkins se hace realidad



DAN RAFAEL

Dos meses después que la anticipada revancha entre Roy Jones Jr.-Bernard Hopkins fuera suspendida tras la impactante derrota por nocaut de primer round de Jones en una pelea interina, la pelea fue resucitada el miércoles--como presente de cumpleaños para las estrellas veteranas.
Hopkins, quien cumplirá 45 años de edad el viernes aún está posicionado entre los mejores boxeadores del mundo de la libra por libra, y Jones, quien cumple 41 años de edad el sábado, firmó contratos para enfrentarse en una programada pelea de 12 rounds de semipesados en PPV, según dijeron los representantes de ambos boxeadores a ESPN.com el miércoles por la noche.
Probablemente la pelea se lleve a cabo el 17 de abril en el Mandalay Bay en Las Vegas, le dijo el CEO de Golden Boy, Richard Schaefer, el promotor de Hopkins.
"Trabajamos muy duro para mantener viva esta pelea y la firmamos el miércoles", dijo John Wirt, el CEO de Square Ring, la compañía promocional de Jones. "Estamos felices que la pelea se haya concretado y estamos ansiosos por ver un gran evento. Ha habido una rivalidad profunda entre dos de los prospectos más prominentes de nuestra generación. Esta pelea establecerá de una vez por todas quien es el mejor boxeador entre Bernard Hopkins y Roy Jones Jr. Esta es la pelea que Roy siempre quiso".
Schaefer dijo que sostuvo conversaciones con HBO PPV por el manejo del evento, agregando que 'hay distintas partes involucradas en la pelea'. El cronograma de primavera PPV de HBO aún no queda claro con tratos aún posibles peleas que involucren a Manny Pacquiao y a Floyd Mayweather.
Tras numerosos intentos fallidos de realizar una revancha en la última década, Jones y Hopkins finalmente llegaron a término en septiembre para enfrentarse una vez más. De todas maneras, Jones ya había firmado para una pelea el 2 de diciembre en Australia contra Danny Green.
Jones, a quien le pagarían 4 millones por pelear contra Green, no se quiso retirar de la pelea, con lo que se enfrentó a Green y Hopkins tomó una pelea el mismo en Filadelfia. Mientras que Hopkins, quien terminó con un receso de 14 meses, llegó a una decisión unánime de poco lustre contra Enrique Ornelas, Jones fue noqueado de manera impactante en el primer round por Green.
El trato entre Hopkins (50-5-1, 32 KOs) y Jones (54-6, 40 KOs) dependía de que ambos muchachos ganaran sus peleas de diciembre, entonces cuando Jones perdió, parecía que no habría pelea, aunque Hopkins continuamente mencionaba a Jones como un oponente todavía posible.
Hopkins exploró una pelea con Green, pero esas conversaciones no llegaron a ninguna parte, y tuvo otras opciones notables. Y Jones aún quería enfrentarse a Hopkins.
"Lo más interesante es que las conversaciones nunca murieron", dijo Schaefer. "Aún después de que Bernard ganara y Roy perdiera, las conversaciones continuaron y distintas opciones fueron evaluadas. Pero sentí de hablar con Bernard y de las conversaciones que tuve con John que realmente querían enfrentarse".
"Creo que hay tanto en juego para estos muchachos. Este es un evento que han esperado por más de 17 años. No dejarían que nada desarme esta pelea. Realmente creo que este es un punto en sus carreras, después de todo lo que lograron, en que se merecen esta pelea. Una pelea que presente a los nombres más reconocidos del deporte".
En varias negociaciones previas, Jones y Kopkins siempre discutieron sobre el predio. Bajo el acuerdo al que llegaron en septiembre, la división del dinero iba a ser de 50-50, pero con la provisión de nocaut. Si la pelea era definida por nocaut, el ganador se llevaría el 60 por ciento y el otro se llevaría el 40.
Aunque los términos del nuevo trato no fueron revelados, Wirt dijo que Jones accedió a una 'modificación' del contrato original donde el porcentaje original de Jones incrementaría dependiendo de cómo saliera la PPV.
De todas maneras, la provisión de nocaut sigue estando en el trato.
"Lo único que puedo decir sobre la estructura del contrato es que aún hay un sustancial beneficio económico para el muchacho que gane la pelea", dijo Schaefer.
Antes de que cualquiera de los dos se convirtiera en estrella, se enfrentaron por un título vacante de medianos el 22 de mayo de 1993. Jones ganó una clara decisión unánime y pasaría a dominar el boxeo, reinando como el rey de la libra por libra por una década ganando títulos en cuatro clases de peso de medianos a pesados.
Tras que Jones dejara la división de medianos, Hopkins clamó el título vacante y pasó a tener 20 defensas más del título, y hasta se convirtió en el campeón indiscutido en el 2001. Tras que Hopkins perdiera el título de medianos contra Jermain Taylor en el 2005, subió de peso y venció a Antonio Tarver para ganar el campeonato de semipesados en el 2006.
Aunque Jones perdió su última pelea, Schaefer dijo que la gente no sería lo suficientemente tonta como para descartarlo.
"Aquellos que no consideran a Roy Jones están cometiendo un error porque estará más motivado que nunca porque este es un enfrentamiento personal para estos muchachos", dijo Schaefer. "Esperaron mucho tiempo por esta pelea y aquí está. Bernard, a este punto en su carrera, sigue desafiando al tiempo".
"Esos dos muchachos, finalmente se van a enfrentar".

‘La vida da más duro que Cassius Clay’


José M. Baselga. Diari de Tarragona

No había futuro en un Uruguay bajo el mando del dictador José María Bordaberry. Así que desde los 6 años ya había repartido leche y sido panadero, albañil y trabajado en el mercado. Pero no había más allá. «Había necesidad y mucha hambre. Entraron los militares y había que buscarse la vida», explica Alfredo Evangelista. «Quedaba el fútbol o el boxeo. Y yo no juego bien al fútbol».
Así que en 1971 y con 14 años pero con un cuerpo bien formado y con casi dos metros de altura, Alfredo entró por primera vez en un gimnasio. Iba a abrirse camino a golpes. Llegó a ser campeón europeo de pesos pesados por primera vez en 1977 pero en la retina de muchos queda aquel combate contra Cassius Clay (Muhammad Alí), en el mismo año, contra el que perdió por puntos pero a quien Evangelista aguantó de pie 15asaltos.
Pero la vida golpea más duro que el propio Cassius Clay. El campeón, el Lince de Montevideo, el Tupamaro, o el Rocky español, como se le conocía, atiende hoy como relaciones públicas en el restaurante Cal Pep de Calafell. «Llegué a ganar mucho dinero y tuve mucha fama», reconoce, pero quien se acercó a Evangelista no era para ayudarlo. «Muchos se hicieron ricos a mi lado. No te das cuenta de que están para aprovecharse». Aunque era él quien ponía la cara.
No lo ha tenido fácil. Ha pasado dos veces por prisión acusado de tráfico de drogas y ha vuelto a levantarse, como cuando le tumbaban sobre el cuadrilátero pero se volvía a poner en pie. «Yo era muy técnico. Para ser un peso pesado me movía muy rápido y no recibí muchos golpes», recuerda acariciando unos gastados guantes que atesora junto al cinturón de campeón de Europa que consiguió en ocho ocasiones.
«¿Y qué quieres que haga? La vida viene como viene y hay que seguir. En 1980 gané cien millones de pesetas, pero cuando tienes esa cantidad y eres joven te crees que siempre va a ser igual. Y tal como vienen se van porque siempre tienes gente al lado que no te quiere bien. La vida cambia mucho y rápido». Así que se ha instalado con su primo en Calafell y da la bienvenida en el restaurante.
Son muchos los que se le quedan mirando. Y cuando preguntan, Evangelista se siente otra vez campeón y explica cómo tumbó a Urtain después de que el campeón español quisiese un combate con aquel joven que acababa de llegar de Uruguay y dejado KO a sus rivales en sus ocho primeras peleas. Y Evangelista también tumbó a Urtain.
Casi como en la historia de Rocky Balboa, a quien Evangelista conoció en 1977, cuando se desplazó para pelear siendo ya un mito y el propio Silvester Stallone, que comenzaba el rodaje de la mítica película, quiso conocerlo en persona.
Se le resistió a Evangelista el título mundial. Dejó el boxeo hace 23 años. «La gente se olvida muy rápido de quien antes han admirado. No te das ni cuenta y entonces te rechazan». Por eso dice que lo mejor del combate que pelea a diario «es que estoy contento porque puedo contarlo».