JESÚS MÍNGUEZ
As.com
Sergio Maravilla Martínez retuvo su cinturón de campeón mundial del medio CMB el sábado ante 40.000 argentinos en el estadio de Vélez. Pero la factura que le dejó Martin Murray fue cara. Tanto le dolía la zurda, durmió sentado, con el brazo en alto, para combatir la inflamación.
Por la mañana, un examen médico reveló lo que se temía desde el segundo asalto. “Fractura en el hueso grande del carpo”, dice el parte. Cuarenta y cinco días escayolado. Un par de meses de rehabilitación y al menos hasta septiembre (cuando debía haber hecho otra velada) sin poder golpear el saco. Adiós al 2013.
Una noticia más dolorosa que las críticas sobre cómo ganó al inglés. Con tres puntuaciones de 115-112 de los jueces que se antojan excesivas. Tan ajustada, que los cronistas oscilan entre un punto abajo o un punto arriba en contra o a favor. “En este nivel no hay grandísimas diferencias, pero gané claro”, evalúa Maravilla.
“Se fracturó la mano al conectar un directo, hueso con hueso, al codo de Murray”, confirmó Raquel Bordons, su doctora, que admitió que la rodilla derecha, de la que fue operado en Madrid el pasado 12 de noviembre, no funcionó a tope: “Le faltaba cierta movilidad”.
Mucha tralla para un cuerpo de 38 años, 55 combates y varias lesiones, pero Maravilla no piensa en la retirada. “Me merezco un descanso. Necesito un tiempo lógico y me lo gané”, dice el púgil. “Quiere retirarse ante su gente”, confirma su mánager, Sampson Lewkowicz.
En su equipo ya atisban “otra macrovelada en un gran estadio”. El horizonte de un año en el dique seco se hace mucho para que Julio César Chávez jr. espere a una revancha. Y un nombre destaca ahora entre todos: Miguel Cotto. El puertorriqueño (32 años y un récord de 37-4-0) es el mejor colocado y él ya ha tendido puentes. La cadena HBO, con quien Maravilla tiene firmados dos combates más, ve a Cotto con buenos ojos: se ha enfrentado a Mayweather, Pacquiao, Margarito, Trout, Mayorga, Mosley, Clottey... Un superclase.
“El dolor no me quita la alegría; les regalé un triunfo a todos los argentinos”, dice Martínez, convertido en fenómeno mediático y decidido a cerrar su historia donde comenzó, en Argentina.