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Deontay
Wilder (42-0-1, 41 KO) habla claro. Después de hacer nulo contra Tyson Fury
decidió cerrar capítulos. La revancha inmediata entre ambos parecía clara, pero
tardó en cerrarse y al final el británico optó por un camino más largo
(llegando a un acuerdo con Top Rank). Por ello, Wilder buscó esas nuevas metas,
ya que no le gusta dejar nada a medias. Lo demostró contra Bermae Stiverne,
contra quien se proclamó campeón mundial. Lo hizo a los puntos, era la primera
vez que no finalizaba a un rival y casi tres años más tarde se quitó la
espinita. Le noqueó en el primer asalto. Se había quedado sin cuentas
pendientes, pero tras enfrentarse a Luis Ortiz y Tyson Fury apuntó otras dos.
Primero
se encargó del retador oficial. Fulminó a Breazeale y le dio la revancha a Luis
Ortiz, el púgil que más cerca estuvo de noquearle. Le ganó por KO en el séptimo
asalto. Lo hizo cuando quiso. Demostrando poderío. El último paso para volver a
'quedarse a cero' es Tyson Fury, quien le espera este sábado en Las Vegas. El
campeón tiene claro el final: "Será una noche corte. Para peleas
interesantes y noches cortas puedes contar conmigo, porque no me pagan por las
horas extra", ha apuntado en la previa el estadounidense.
Su
primer pleito contra Fury fue vibrante. Él campeón pasó problemas y Fury se
recuperó de dos caídas. Lo nunca visto ante el 'Bombardero de Bronce'. Por
ello, la revancha era necesaria. Tras el combate, se veía al británico mejor,
pero con las últimas actuaciones de los dos púgiles las apuestas están muy
igualado (con ligera ventaja para el de Alabama). Dentro de sus limitaciones
técnicas, Wilder ha mejorado mucho de sus dos peleas con Ortiz y de la anterior
contra Fury. "Aprendí que necesito estar más tranquilo. Voy a ser mucho
más paciente en esta pelea, igual que lo fui en la segunda con Ortiz. El
objetivo del boxeo es ganar, no solo ganar asaltos… y lo hago de manera
devastadora", admite Wilder.
Por
todo ello, el campeón se siente en el mejor momento de su carrera. "Mi
instinto me dice que estoy preparado. Estoy en la mejor forma de mi vida y a
punto de montar un espectáculo. Soy el campeón mundial del peso pesado y no
puedo ser vencido", asegura. Realmente, Wilder llega en plenitud. Ha ganado
inteligencia y es capaz de administrar su poder para no exponerse tanto como
hacía habitualmente, en eso también aprendió de como Andy Ruiz destruyó a
Joshua. Es su momento para optar a la gran pelea de su vida, que sería
unificatoria de todas las coronas. Para ello lo tiene claro: "Primero
Fury". Es su última cuenta pendiente.