Salvador Rodríguez
ESPN Digital
Pocas veces se ha escuchado tan emocionado al legendario
promotor Bob Arum, como cuando comenzó a hablar de la que considera como la
pelea más grande de la historia, la primera entre Muhammad Ali y Joe Frazier
hace 45 años, un combate sin igual que generó una electricidad nunca antes ni
después vista y que bien pudo haber vendido, si hubieran tenido entonces la
tecnología de ahora, hasta 10 millones de casas en pago por evento.
Arum, quien entonces era abogado y promotor de Ali, aseguró
que más allá de lo deportivo, esa pelea tenía toda la atención porque se
politizó y se hizo tan importante, que se vendieron boletos hasta en 10 mil
dólares, lo cual, según Bob, serían cerca de 100 mil dólares de la actualidad.
"Esa pelea, hace 45 años, fue la pelea más grande que
ha habido en la historia del boxeo, todo el mundo se detuvo por esa pelea, por
las ramificaciones políticas que tenía la pelea", dijo de arranque Arum.
La pelea, de acuerdo con Arum, se politizó desde el momento
en que a Ali le habían quitado el pasaporte y le habían también impedido
obtener una licencia para pelear por manifestarse en contra de la guerra de
Vietnam, mientras que Frazier gozaba del cariño de la gente blanca, del
sistema.
"Ali había sido privado de pelear por tres años y medio
por lo del viaje, a Ali le habían quitado el pasaporte, nadie podía darle
licencia por ninguna comisión en EEUU, pero razonablemente, con una decisión de
la corte, vuelve primero ante Jerry Quarry, luego con Óscar Bonavena y entonces
enfrentó a Joe Frazier. Ali nunca había perdido una pelea, pero como dije, en
tres años y medio no le dieron permiso de pelear", recalcó Bob.
"Joe Frazier en ese lapso había sido el campeón de peso
Completo, era el campeón interino, tampoco había perdido una pelea. Joe Frazier
era manejado por un grupo de gente blanca llamado Cloverlay en Filadelfia, e
inmediatamente polarizaron todo.
"Ali era era el peleador contra la guerra de Vietnam,
el peleador contra lo establecido, y Frazier era, desafortunadamente, el
peleador de la gente blanca, de los establecido y se había convertido todo en
una pelea política. Todo mundo en el país y el resto del mundo estaba esperando
porque se diera la pelea", recordó el mandamás de Top Rank.
La pelea se realizó en el no menos legendario Madison Square
Garden. Para entonces, todo mundo quería estar ahí, costara lo que costara, y
así lo recuerda Arum.
"El Madison Square Garden estaba, como era obvio, todo
vendido, los boletos podían comprarse hasta en 10 mil dólares por asiento, lo
cual en 1971 era mucho dinero, probablemente lo que hoy son 100 mil dólares.
Todo mundo quería ver esa pelea. Frank Sinatra obtuvo una credencial de
ringside y estaba tomando fotos desde ahí, Burt Lancaster estaba ahí.
"Todos los grandes políticos, el país se detuvo.
Desafortunadamente en ese tiempo no teníamos satélites, la pelea se distribuyó
a través de una compañía telefónica a lugares cercanos en EEUU y Canadá y sólo
400 locales dieron servicio de circuito cerrado porque eso era lo que la
compañía telefónica tenía disponible. Si entonces hubieran contado con satélites
como ahora probablemente hubiéramos hecho un pago por evento y vendido 10
milllones casas".
Como dato, la pelea de Floyd Mayweather y Manny Pacquiao,
que tiene el récord de más ventas en 2015, vendió 5.4 millones de casas.
"Cada asiento y cada locación en toda la nación se
vendió, la gente se volvió loca en las calles por tratar de conseguir un ticket
para ver la pelea, fue algo tan especial y tan eléctrica que en 50 años que he
estado en el boxeo nunca nada ha estado tan cerca de la emoción que esa pelea
generó", apuntó.
Como representante de Ali, Arum aceptó que la derrota los
sorprendió. Aunque sabían que Muhammad no había sido el mismo tras esos tres
años y medio de receso obligado, no pensaron que Frazier iba a sacarles la
victoria. Pero cuando sucedió, de inmediato echaron a andar la maquinaria.
"Tuvimos un plan, queríamos decirle a la gente que Ali
seguía siendo el campeón, y para ello, trabajamos en la agenda de Ali, iba a
pelear cada dos meses, lo pusimos con Jimmy Ellis, Buster Mathis, enfrentó de
nuevo a George, Jerry Quarry, cada dos meses peleó y por todo el mundo, Canadá,
por todo el mundo, en Indonesia con Rudi Lubbers, en Japón contra Mac Foster,
cada dos meses lo tuvimos en el ring.
"Mientras que Frazier y su gente actuaron como lo
hacían usualmente los campeones, esperaron seis o siete meses para pelear y lo
enfrentaron a rivales que nunca tenían oportunidad. Entonces Ali siguió siendo
aceptado como el campeón y nunca perdió el paso porque perdió esa pelea",
estableció el reconocido abogado neoyorquino.
Entonces con cinco años como promotor, Arum aprendió esa
noche que sería imposible promover otra pelea como lo hicieron aquel 8 de marzo
de 1971 en el Madison Square Garden. "Esa pelea se vendía sola, vendimos
cada circuito cerrado, cada boleto, mucha gente compró la cinta para llevarla a
otros países, y pensar en tener otra promoción tan grande como esta,
simplemente no podías, la demanda rebasó todo", concluyó el aún emocionado
testigo de aquel épico momento en la historia del boxeo.