ÁLVARO CARRERA
AS.com
Tyson
Fury vivió uno de sus combates más complicados este sábado. El británico
esperaba otro trabajo fácil ante Otto Wallin, pero un crochet en el tercer
asalto le provocó un corte muy grave en su ceja derecha y cerca estuvo de ver
cómo le paraban el combate (si hubiese ocurrido habría perdido). Pese a la
gravedad de las dos brechas que se hizo (la segunda en la parte superior del
párpado, por un cabezazo), pudo agotar los doce asaltos, lograr la victoria y
fue trasladado al Centro Médico de la Universidad de Las Vegas, donde fue
tratado. Allí le tuvieron que poner 47 puntos de sutura, según confirmó Evan
Korn, portavoz de Top Rank.
Tras
curar esas heridas, el púgil regresó a Reino Unido, según apuntó la misma
fuente. Ese plan no varió, pero los dos cortes provocarán, casi con total
seguridad, que no pueda volver a pelear hasta 2020. La idea del boxeador de
Manchester era disputar un combate más antes de que acabase el año, algo que se
complica debido a la gravedad de sus lesiones. Al ser dos cortes profundos
(sobre todo el de la ceja), grandes y en zonas que tardan más en curarse no le
daría tiempo a recuperarse para comenzar una preparación a tiempo. De ser así,
Fury regresaría en el próximo año directamente con Deontay Wilder. El británico
lo pidió al acabar la pelea y él había afirmado hace unos meses que tenían un
acuerdo firmado para el 22 de febrero.