ÁLVARO CARRERA
AS.com
La unificación de los pesos pesados entre Anthony Joshua
(21-0, 20 KO y campeón ABM, FIB y OMB) y Deontay Wilder (40-0, 39 KO y monarca
CMB) estaba estancada. La afición lo pedía, pero las partes no se entendían.
Joshua reclamaba 50 millones de dólares para pelear. Wilder se lo ofreció por
Twitter, pero debía ser en Estados Unidos y no convencía al británico. Sin
pregonarlo a los cuatro vientos y enviando un contrato real, Eddie Hearn,
promotor de Joshua, le dio la réplica al estadounidense. Este se calló durante
tres semanas, lo que hizo entender a los ingleses que la pelea no se daría y
comenzaron a barajar otros nombres... aunque el boxeo es impredecible y de
nuevo se cumplió. Wilder utilizó de nuevo su cuenta de Twitter para confirmar
que aceptaba la oferta. Habría unificación del peso pesado, sólo queda la
oficialidad.
Pese a la demora, Eddie Hearn habló claro: “La pelea se
hará”. Palabras claras, pero eso ocurrió el martes y hoy todavía no hay
confirmación oficial. El inglés también lo explicó. “Si Wilder hubiese aceptado
al principio sería en septiembre, pero por su retraso, nosotros teníamos
negociaciones avanzadas con otros rivales y debemos recomponernos. Será difícil
que sea en septiembre, octubre es la fecha más probable”, reconoció. La pelea
se hace por deseo de Joshua. Quería a Wilder y no le ha importado mover sus
planes. Su segunda petición es clara: pelear en Wembley ante 90.000
espectadores, como con Klitschko. Su sueño está cerca de cumplirse.