Por JORGE EBRO EL NUEVO HERALD
Nos presentaron una vez hace años y Don King recuerda mi nombre perfectamente. "Claro, George Ebro'', dice mientra extiende la mano. "Hay que escribir más de boxeo, más y siempre más. El boxeo es libertad''.
Y de pronto, King comienza a hablar de su deporte, el deporte que lo ha convertido en un ícono controversial, como si el destino del mundo dependiera de la expansión de la acción pugilística.
Habla y habla, y mezcla la próxima pelea del 12 de marzo en Las Vegas entre Miguel Cotto y Ricardo Mayorga con los derechos del hombre, la igualdad y la prosperidad, y al final uno no sabe si está escuchando a un promotor o un político.
"Viva Portorico'', grita con un acento desconcertante. "Viva Nicaragüa''.
Un poco más atrás, Bob Arum lo contempla medio en broma medio en fastidio, y decide intervenir para centrarse más en el combate, porque sabe que a su viejo amigo le pierde la verborrea incontenible.
"Esta va a ser una pelea tremenda porque estamos hablando de dos guerreros que no se guardan nada'', explica Arum, quien junto a King visitaron el sur de la Florida para promover la cartelera que tendrá lugar en el MGM casino. "Será sangriento. No se podrá pestañear, porque habrá muchos golpes''.
¡Qué par de vendedores!
Cuesta trabajo creer que ambos tienen 79 años de edad, que después de haber promovido centenares de peleas de campeonato y amasar fortunas de ensuño, aún siguen en la interminable aventura de la promoción.
De emisora de radio a estaciones de televisión, de encuentros con la prensa escrita a reuniones de sponsors, los dos ancianos muestran una energía inagotable, como si la vida comenzara para ellos.
Ambos parecen amigos de toda una vida, pero en el pasado combatieron entre sí, como ahora lo hacen -sobre todo Arum- contra los nuevos en el negocio: léase Oscar de la Hoya y su Golden Boy Promotions.
"El fue un boxeador decente, pero no sabe nada de boxeo y lo está destruyendo'', dice Arum, quien preside Top Rank. "El es sólo una cara bonita, pero no tiene base, no sabe de negocios. Se deja utilizar por otros. Quieren marginalizarnos, pero no lo van a lograr''.
Ellos, por supuesto, tampoco son santos. A Arum se le acusa de generar carteleras entre sus propios boxeadores -Pacquiao vs Margarito es un ejemplo- para maximizar sus ganancias, y Don King...bueno, la lista de dolientes y quejosos es más larga de lo que pueda admitir esta columna.
Y sin embargo, no se les puede quitar el mérito. No se les puede regatear el hecho de mantenerse en pie cuando muchos buscan desesperadamente el descanso, y de hacer por el boxeo en un momento difícil, muy difícil.
"Si no hago esto, lo que me gusta, lo que he hecho toda la vida...me muero'', afirma King. "Saber que puedo vender una pelea, que puedo lograr una noche memorable en la memoria de todos, esa es mi adrenalina''.
Oiga, Don, y cómo recordó mi nombre.
"Siempre trato de fijar las caras, porque es muy importante llamar las cosas y las gentes por su nombre'', expresa en un momento más relajado. "Yo nunca olvido''.
