lunes, 22 de octubre de 2012

OMAR NARVÁEZ SIGUE SIENDO CAMPEÓN MUNDIAL


DYN

El chubutense Omar Narváez le tributó en la medianoche del sábado a su padre recientemente fallecido una victoria por nocaut en el undécimo round y retuvo así el título mundial gallo Jr. de la Organización Mundial de Boxeo por quinta vez al batir al mexicano Johnny García en la pelea principal de la velada que se desarrolló en el Luna Park.
El Huracán Narváez (52 kilos) tiró a su oponente (51,550) en tres ocasiones en ese capítulo que era el penúltimo de los pactados y así le puso el sello a su triunfo.
La mayor experiencia y jerarquía técnica le permitieron al campeón imponerse de un modo indiscutible y con una producción que fue incrementándose a partir del quinto asalto, tras un comienzo deslucido.
El patagónico le dedicó el nuevo éxito a su progenitor Estanislao, quien, a la edad de 61 años, murió el martes último, razón por la cual esta reunión que estaba programada para el miércoles se postergó hasta este sábado.
Narváez, de 37 años, tras la consagración festejó envolviéndose en una bandera de fondo blanco con inscripciones en rojo en la que se leía "gracias viejo, eternamente te recordaremos, tus hijos".
Inmediatamente a continuación, los cuatro hermanos del monarca, también ligados al boxeo, lo levantaron en andas y para completar la celebración y el homenaje también subió al cuadrilátero el primogénito del bicampeón, el pequeño Junior, su ladero inseparable.
El oriundo de Trelew, quien antes de reinar entre los supermoscas se convirtió en recordman argentino al lograr 16 defensas positivas en la categoría inmediatamente inferior, también en el marco de la OMB, pasó a disponer de un registró compuesto por 37 combates ganados, 20 de ellos precipitados, un único revés y dos empates.
Narváez tuvo, tal como es habitual, un rendimiento de menor a mayor. Esta vez los primeros capítulos fueron complicados para el pugilista local.
El desafiante (ahora 16-4-1, 8 kos), quien habìa empezado con mucho respeto, no tardo en lanzarse al ataque en base a su mayor tamaño y potencia.
A Narváez le costaba mucho atacarlo, pero de bloquear los embates del mexicano poco a poco pasó a contraatarlo en base a su andar idóneo sobre el ring y en la primera mitad de la pelea consiguió una leve ventaja.
Narváez acertaba más y mejor, a pesar de que su retador era quien tiraba golpes frecuentes y violentos.
En el séptimo episodio se sumó la levantada del anfitrión al ahogo del azteca y un cruzado de zurda en la sien le causó una caída al visitante. Sólo le faltó tiempo al campeón para concretar en ese momento la victoria. En el octavo episodio, intentando subsistir, el mexicano aplicó un cabezazo y un golpe bajo, en forma simultánea, por lo que el árbitro puertorriqueño Roberto Ramírez Junior resolvió descontarle un punto.
Desde entonces la incógnita pareció limitarse a saber si Narváez iba a precipitar la conservación de su cetro, ya que cada vez que lo encerraba lograba castigar sin pausa al "Laberinto", pero las tres caídas en el undécimo segmento le pusieron un broche adecuado al tributo para Estanislao Narváez, el padre de la criatura.

DEVON ALEXANDER DERROTA A BAILEY Y VUELVE A SER CAMPEÓN MUNDIAL

DAN RAFAEL
ESPN.com

Randall Bailey estaba muy atrás en las tarjetas en su pelea de peso welter en junio ante Mike Jones, pero Bailey tiene un gran equalizador: impresionante pegada.
Y eso usó ante Jones, mandándolo a la lona en el 10º round con un gran derechazo y luego noquándolo en el 11º con otro terrible derechazo para ganar el cinturón.
Pero no tuvo la misma suerte ante Devon Alexander el sábado en la noche, perdiendo una clara decisión unánime y su título en el Barclays Center, en la primera de cuatro peleas de campeonato en el nuevo de $1 billón de dólares, que llevó de regreso el boxeo a Brooklyn por primer vez desde 1931. Fue una pelea de fondo en la cartelera encabezada por la revancha entre el campeón welter Jr. Danny García y el ex titular Erik Morales.
Alexander superó fácilmente a Bailey en boxeo y se mantuvo lejos de la poderosa derecha de su rival, para
llevarse un triunfo en la tarjetas 117-109, 116-110 y 115-111, en una pelea que tuvo poca acción y que fue abucheada por los fans. ESPN.com tuvo su tarjeta a favor de Alexander 117-109.
"Se que pude haber peleado mucho mejor", dijo Alexander con los abucheos de lso fans en el fondo, pero feliz de convertirse en campeón en una segunda división. "Randall es un veterano (del ring0 y todos conocen su mano derecha. Pude hecer mejor (pelea). Tuve que ser precavido".
Alexander fue cauteloso y Bailey parecía estar en coma, haciendo poco y nada aparte de acercarse alguna veces a Alexander para golearlo con la derecha.
Mientras que Alexander (24-1, 13 KOs) conectó 120 de 534 golpes (22 por ciento), de acuerdo a estadísticas de CompuBox, Bailey conectó sólo 45 de 198 golpes (23 por ciento). Los 45 golps conectados es la menor cantidad en una pelea de 12 rounds en cualquier division en los 27 años de CompuBox, durante los cuales ha analizado miles de peleas.
"Fue más joven y fue muy rápido. Se movió mucho", dijo Bailey, de 38 años de edad y residente en Miami. "Se movió mucho más rápido de lo que pensé. No pude mantenerlo enfrente de mí. No pude encontrar mi ritmo ni hacer mi pelea. Él tuvo la juventud".
Dijo Alexander de St. Louis, "Sabía que él iba a venir a hacer una pelea inteligente y a lanzar su poderosa mano derecha. Tuve que ser inteligente. Seguiré aprendiendo. Soy un campeón otra vez, tres cinturones a los 25 años de edad".
La pelea fue mala, con muchos amarres. En el sexto asalto, el referí Arthur Mercante estaba un poco cansado de ver a Alexander y a Bailey agarrándose el uno al otro y le dedujo un punto a ambos al mismo tiempo, lo que no tuvo impacto en el resultado.
La pelea había sido programada para el 8 de septiembre, pero Bailey (43-8, 37 KOs) se lesionó la espalda en un entrenamiento y la pelea fue posupesta seis semanas.
Los pcoos derechazos que lanzó Bailey, fueron recibidos muy bien por Alexander.
"Esperaba que él fuera fuerte", dijo Alexander, quien hizo su segunda pelea en el peso welter. "Para eso entrenamos. Él tiene más nocauts que yo tengo victorias, pero tengo una buena quijada".
Bailey, también un ex campeón welter Jr., se puso a llorar tras la pelea, diciendo que no sabía que iba a hacer en el futuro.
"Voy a ir a mi casa a pensarlo, pero mi corazón aún me dice que quiero seguir peleando", dijo.