lunes, 28 de febrero de 2022

TAYLOR VENCE A CATTERALL CON POLÉMICA

ÁLVARO CARRERA

AS.com

Los baños de masas en ocasiones perjudican al homenajeado. En Glasgow, este sábado, vivimos una nueva prueba de ello. Josh Taylor realizaba su primera defensa tras lograr unificar el peso superligero. Le esperaba Jack Catterall, quien se había hecho a un lado para permitir que los dos campeones de la división se enfrentasen. La victoria del escocés provocó que Taylor fuese muy favorito. Tenía un halo de grandeza con el que logró llenar el SSE Hydro y la fiesta fue tremenda. Le sentó mal. Muy mal. Catterall sorprendió a todos y mereció ganar, pero esa localía y ser aspirante le pasó factura. Taylor retuvo los Mundiales WBC, WBA, IBF y WBO del superligero al vencer por decisión dividida (112-113, 114-111 y 113-114). Injusto. Nadie contaba con Catterall, pero supo leer a su rival, aprovechó sus virtudes y debió acabar la noche con el brazo en alto.

El combate comenzó con ambos cautelosos, pero desde el inicio se percibió una idea que no dejar de estar presente. Catterall tenía un plan y lo pudo ejecutar. Más bonito o más feo, pero le resultó. Por su parte, Taylor empezó de menos a más y fue incapaz de descifrar esa idea que le traían. Catterall fue creciendo con el paso de los rounds, ya que se iba soltando para comenzar a encadenar combinaciones cada vez más largas. Su izquierda (es zurdo) fue una losa para Taylor. El escocés pegaba más duro, llegaba... pero el aspirante no titubeaba. Trababa la pelea, y en cuanto tenía la ocasión metía manos rápidas. Desde el quinto asalto empezó a tener mayor certeza. Variaba las alturas, pegaba con contundencia y dejaba claro que no era un invitado a la fiesta. Quería robarla.

Taylor nunca estuvo cómodo y no encontró su distancia. Cuando se pegaba a Catterall conseguía llegar con virulencia, pero también recibía importantes contragolpes. Así, tras un cruce, Taylor se fue al suelo en el octavo. Quedó tocado. Tras unos segundos de duda, poner la rodilla en el suelo le sirvió de acicate. Se fue adelante, debía remontar y arrancó el tú a tú. Sumó golpes duros, Catterall los empezó a sentir... pero el inglés sabía trabar las acciones. Tanto lo hizo que el árbitro, en el décimo asalto le quitó un punto. Taylor le estaba poniendo más corazón que ideas y siguió. Conectó golpes claros, pero nunca dio la sensación de tener cerca el KO que le daría la victoria. Además, quizá por la frustración, le dio un golpe a su oponente cuando se iba al último descanso y perdió un punto. Lo que le faltaba. Catteral embarró la pelea en el último asalto. Mucho clinch y también movimiento, pensaba que las cartulinas le iban a favorecer. La campanada estaba a punto de sonar, pero Glasgow estalló en júbilo cuando los jueces salvaron al campeón.

Lo ajustado y controvertido del resultado hizo que el combate se llevase todos los focos. Era lógico. Antes del pleito, cuando se esperaba un cómodo duelo para el campeón, el interés estaba en conocer el futuro del escocés. Taylor habló de él. Se sintió ganador, por lo que descartó una revancha contra Catterall y afirmó que "seguramente haya sido su último combate en el peso superligero". La intención es una gran noticia para el boxeo español. Si Taylor sube al welter se quedarán vacantes los cuatro cinturones mundiales y ahí Sandor Martín, que viene de ganar a Mikey García, podría obtener una oportunidad titular en los próximos meses.