sábado, 31 de marzo de 2012
DEL POTRO AL TIGRE
Jesús Mínguez AS.com
Once años después de la retirada del Potro, ocho veces campeón de Europa del peso ligero y tan conocido por sus logros deportivos como por su tormentosa vida, otro Poli Díaz sube al ring. Es su sobrino y ahijado, de 17 años, que hará su debut como amateur esta tarde en Alcalá de Henares.
Cuando Vallecas se escribía con K, en unos años ochenta de rock y chupa de cuero, un chico del barrio revitalizó el boxeo, logró que volviera a la tele, atrajo a la beautiful people a las sillas del ring, se hizo leyenda y luego se deslizó por una cuesta que picó demasiado hacia abajo. Poli Díaz, El Potro de Vallecas, cabalgó entonces hasta proclamarse ocho veces campeón de Europa del ligero y entrar en todos los hogares de España con su rudeza natural, con sus frases espontáneas y extemporáneas.
En 1991, hace 21 años, El Potro cayó con Pernell Whitaker en su asalto al Mundial en Norfolk, Virginia. En 2001, hace once, colgó los guantes. Pero nadie ha olvidado su nombre. Ahora, en la velada de esta tarde en el Centro Adidas de Alcalá de Henares (18:30), vuelve a aparecer un Poli Díaz en el cartel.
Es su sobrino y ahijado, 17 años y 52 kilos, que hará su debut como amateur. "Mi entrenador (Teti Palomo) me puso el apodo de El Tigre. Mi tío me dice que mejor sería Potro, que a los tigres los acaban cazando, pero yo pienso que Potro sólo hay uno", cuenta el primerizo en el gimnasio del Rayo, el mismo al que acudió su tío hace muchos años porque había agua caliente con que ducharse, y donde se entrena él.
Recuerdos.
Flequillo bakala y verbo más pulido (los tiempos cambian en Vallecas), el otro Poli se ha decidido a dar el paso de subir al ring. Ha dejado, de momento, de estudiar. "Mi objetivo y mi sueño es ser profesional. En mi casa casi siempre se habla de boxeo. Me dio por entrenar por mi tío, él me enseñaba. Luego he visto vídeos suyos, como el del KO al italiano (Luca di Lorenzi, su primer Europeo) o el de Whitaker, contra quien perdió dándolo todo, y me parece muy bueno. Ahora, alguna vez salimos a correr juntos y me habla de boxeo. Me hace cubrirme, me aconseja que nunca vaya al choque, que sea elegante... Aunque yo prefiero su estilo, a por el KO", explica el joven Poli. ¿Y de la vida qué le cuenta? "Que tenga cuidado, que cuando ganaba todo el mundo estaba con él y ahora nadie le quiere".
Poli Díaz, la leyenda, sigue viviendo en Vallecas, en un piso que conserva de sus años gloriosos. Y en el mismo bloque, el sobrino con su madre, Remedios, y la abuela, Antonia.
El chico, al que le gusta el boxeo de Kiko Martínez ("Es explosivo"), se entrena dos horas todos los días y tiene mariposas en el estómago. El nombre pesa: "Es que me da corte el debut, me daría vergüenza perder". Su tío le ha dicho que quizá vaya, "a ver si puede". Porque Poli sigue siendo un espíritu libre. Quizá aparezca, o quizá no. Siempre a su aire, dentro y fuera del cuadrilátero.
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