A veces es difícil saber hasta qué punto es decisiva la
figura del entrenador en un deporte como el boxeo, en el que a la hora de la
verdad el púgil se encuentra solo en el cuadrilátero frente a su adversario,
pero en el caso de Mayweather y Pacquiao, ambos están muy marcados por Floyd
sénior y Freddie Roach, sus mentores tanto dentro como fuera del ring.
La batalla que el próximo sábado de madrugada tendrá lugar
en el MGM Grand Garden de Las Vegas, mediáticamente ya ha comenzado. Y sus
primeros asaltos se libran entre los dos preparadores más prestigiosos del
mundo del boxeo en la actualidad.
Por un lado está Freddie Roach, de 55 años, que dirige a
Manny desde el año 2001, cuando el filipino fue a verle por primera a vez a su
gimnasio de Los Ángeles, el Wild Card Gym, momento en el que ambas carreras se
relanzaron. Freddie, originario de Massachusetts, tuvo una carrera más que
discreta como boxeador del peso ligero mientras era entrenado por el
prestigioso Eddie Futch, (que a su vez dirigía a Frazier, Ken Norton o Larry
Holmes, entre otros) y concluyó su andadura prematuramente con un récord de
40-13.
A los 26 años se vio obligado a bajarse del ring por motivos
de salud, ya que empezaba a mostrar los primeros síntomas de Parkinson. El
propio Futch le había intentado persuadir y finalmente Roach accedió a
convertirse en su asistente, colaboración que duró cinco años. En su palmarés,
nombres como los de Mike Tyson, Bernard Hopkins, Miguel Cotto, Óscar de la Hoya o más reciente Amir
Khan, pero ninguno le hizo subir tantos peldaños como Pac Man.
Cosas de familia
En la otra esquina se encuentra Floyd Mayweather Sr., el
padre del invicto Money, que procedente de una familia de prestigiosos
boxeadores. Como profesional, la carrera del patriarca de los Mayweather no fue
tan exitosa como la de sus hermanos Jeff y Roger, ambos campeones del mundo en
sus respectivas categorías. Un disparo en su pierna izquierda mientras sostenía
entre sus brazos precisamente a Floyd Jr. durante una disputa familiar,
prácticamente acabó con sus días de boxeador.
A sus 62 años, se puede decir que la relación con su hijo ha
pasado por diferentes etapas, estando siempre estrechamente ligado lo
profesional con lo personal.
Justo cuando su primogénito abandonaba su carrera como
amateur tras los Juegos Olímpicos de Atlanta, Floyd Sr. se encontraba en la
cárcel cumpliendo una pena de cinco años por tráfico de drogas, por lo que su
hijo en aquel momento se decantó por su tío Roger como preparador. Su padre no se
incorporaría hasta 1998, y en 2000 la relación se rompió a todos los niveles,
con lo que el progenitor comenzó a entrenar a Óscar De la Hoya. En 2013, padre e
hijo volvieron a unir sus destinos deportivos.
Ahora, a diferencia lo que suele ocurrir, las provocaciones
proceden desde ambos rincones. Roach disparó primero al señalar: "Floyd no
tendrá al mejor en su esquina porque su tío es el mejor entrenador que su
padre. Cuando Mayweather Sr. habla, no aprovecha sus minutos. Se excita mucho y
comienza a tartamudear y no puede transmitir información útil".
A esto, el padre de Money respondió con un juego de las
palabras en inglés crockroach (cucaracha) y Coach Roach (entrenador Roach):
"Manny pasó de la primera clase de los entrenadores a la cucaracha. Ahora que
van a ser rociados con Raid (insecticida) saldrán mal parados, se irá igual que
las cucarachas cuando se enciende la luz".
Como directores técnicos, ambos ya se vieron las caras en un
combate que Pacquiao ganó por KO en el segundo asalto a Ricky Hatton (pupilo de
Floyd). El último desencuentro entre los dos lo ha provocado los guantes que
usará Pretty Boy, (de la marca mexicana Grant) de cuyos materiales de
fabricación no se fía Roach, y pedirá que sean examinados por la Comisión Atlética
de Nevada: "Están hechos a mano y quiero saber qué hay dentro",
declaró. Manny, por su parte, empleará los también mexicanos Cleto Reyes.
No es una táctica inusual. El propio Floyd obligó a cambiar
de guantes al argentino Maidana, su anterior rival, al considerar que tenían
poco relleno.