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Eclipsado por el revuelo
que su mentor, Floyd Mayweather, formó junto con Conor McGregor, Gervonta Davis
(19-0, 18 KO) firmó una de esas historias que un púgil nunca puede olvidar:
Davis no cumplió con la báscula. Era campeón mundial IBF del superpluma, ganó a
Fonseca (con polémica), pero fue desposeído de su título. En el peso, primer
asalto de un combate, el prospecto estadounidense probó la lona. Su calidad es
indudable, pero en ese combate ni hizo lo que todo púgil debe hacer ni tampoco
convenció. Su tren de vida cada vez se asemeja más al de su mentor y los
rumores comenzaron.
Durante los días que han
trascurrido desde esa pelea (129), Davis ha recibido infinidad de críticas. Su
estilo bravucón ha hecho que conteste a algunos, y apunte al resto. Este sábado
en Brooklyn es la fecha que ha elegido para cobrarse lo pendiente con todos sus
detractores. Se medirá al argentino Jesús Cuéllar (28-2, 21 KO) por el título
WBA del superpluma. Es claro favorito. Ha ganado a púgiles de mayor entidad y
Cuéllar sube de categoría tras perder su última pelea... pero muchos son los
interrogantes que sobrevuelan sobre el pupilo de Mayweather.
¿Cumplirá con la báscula?
¿Ganará con solvencia? Él deja claro en sus redes sociales que sí, lo hará,
pero la duda existe. Hasta su traspié (fuera del ring, porque sigue siendo
invicto) con Fonseca, Davis había dejado pocas dudas. Es bajo para su peso,
pero lo compensa con arrojo, buen juego de pies y un ritmo endiablado a la hora
de tirar manos. Un rodillo y quiere volver a serlo. Cuéllar es su próximo
objetivo. Quiere recuperar su trono.