domingo, 7 de diciembre de 2008
Chango Vargas logró sus sueños de Campeón
Ante más de 4.000 enloquecidos aficionados que se dieron cita este sábado por la noche en el Palenque de la Feria, el orgullo lagonense Manuel "Chango" Vargas (25-3-1, 11 kos) noqueó por nocaut efectivo a los 56 segundos del cuarto asalto al colombiano Daniel "Olímpico" Reyes (41-6-1, 30 kos) para arrebatarle el campeonato mundial paja de la Organización Mundial de Boxeo (OMB).
El "Chango" Vargas salió tal como lo prometió: Con mucha decisión y desde el primer segundo de la pelea fue hacía adelante lanzando golpes mostrando mucha rapidez y contundencia ante un sorprendido Reyes que poco pudo hacer para evitar el ataque constante del ahora nuevo campeón mundial.
En el mismo primer round Vargas conecto relampagueantes derechas al "Olímpico" reyes rebotándolo contra las cuerdas.
Para el segundo episodio el colombiano intento contra atacar manejando su jab y lanzando cruzados de derecha aprovechando su mayor alcance, pero fue momentáneo, porque un decidido retador conecto sólidas izquierdas al cuerpo y rostro del aun monarca ante el griterío del público que no dejo de gritar "Si se puede, si se puede".
El tercer episodio "Chango" Vargas metió más presión y soltó una gran cantidad de golpes con mucha rapidez y precisión al rostro del "Olímpico" Reyes, quien no alcanzaba a responder a los ataques del ídolo de Lagos Moreno.
Al final del tercer asalto con cruzados de izquierda y derecha puso en malas condiciones al originario de Cartagena, Colombia, pero la campana vino en su ayuda. En el cuarto asalto "Chango" Vargas fue a culminar a su presa y lo puso contra las cuerdas conectándole un gancho de izquierda al rostro seguido de una derecha al pleno mentón cayendo aparatosamente a la lona para que el réferi Rocky Burke contara hasta los diez segundos sin que el "Olímpico" Reyes pudiera incorporarse decretándose el triunfo histórico para el poblado Lagos de Moreno que vio coronarse a su primer campeón mundial.
"Gracias a Dios a mi familia a mi empresa Zanfer a mis seguidores logré dos sueños que parecían imposibles, pero cuando alguien cree firmemente y se prepara con muchos sacrificios para lograr los objetivos, se puede, estoy muy feliz y esto apenas empieza" expresó un emocionado hasta las lágrimas Vargas.
Manuel Vargas viene a sumarse como el octavo campeón mundial que ha dado el estado de Jalisco y el tercero en la actualidad junto con Ulises "Archie" Solís minimosca de la FIB y Oscar "Chololo" Larios pluma del CMB.
En otros resultados en la función boxística el nayarita Francisco "Panchito" Sierra (19-1, 18 kos) fue muy superior y noqueó de forma impresionante al guaymense Octavio "Tayo" Castro (15-4, 8 kos).*
En una competida pelea el tijuanense Omar Estrella (9-3-2, 5 kos) en seis rounds a Mario Pérez (8-1, 5 kos). El hermano menor del "Chango" Vargas, José Carlos derrotó por nocaut técnico en tres asaltos a Juan Carlos Espinoza.
Fernando Vargas de Tijuana obtuvo decisión dividida sobre Flavio "Yuyo" Hernández en cuatro campanazos. Eduardo Márquez noqueó en tres episodios a Gabriel López. Y Rodrigo Guerrero en una buena pelea derrotó claramente por decisión unánime en seis rounds a Jorge Romero.
OSCAR FUE SOLO UNA SOMBRA, POR DAN RAFAEL, DE ESPN
Las multitudes que criticaron esta pelea entre Oscar De La Hoya y Manny Pacquiao como una pelea despareja estaban en lo cierto.
Pero la pelea no terminó siendo despareja hacia el lado que ellos esperaban.
No fue así. De La Hoya, el boxeador más grande por naturaleza, un hombre que había combatido entre las 130 y las 160 libras y había ganado títulos en las seis divisiones entre esos dos extremos de la balanza, no se anotó una victoria fácil. Es más. Ni siquiera anotó una victoria difícil.
En lugar de eso, recibió una buena paliza que lo llevó por todo el ring durante ocho asaltos de abuso sin fin. Cuando concluyó, fue apenas la sombra de De La Hoya, con su ojo izquierdo hinchado, la que se retiró en su banquillo al final del octavo asalto, cuando el entrenador Nacho Beristain tiró la toalla este sábado por la noche ante una multitud de 15.001 personas agolpadas en el MGM Grand
Pacquiao, también conocido como Goliat, había derrotado a De La Hoya, a quien quizás nunca más veamos pisar un ring, o a quien quizás no deberíamos volver a ver en el ring nuevamente, después de ser destruido al punto de terminar en el hospital como medida precautoria.
¿Hay acaso alguna duda de que Pacquiao, el tornado filipino, es el mejor boxeador del mundo libra por libra? Después de esta actuación, no deberían haber dudas.
Aquí tenemos a un hombre, héroe en su país, que se hizo profesional en las 106 libras y ganó títulos en las 112, 122, 126, 130 y 135 libras antes de saltar dos divisiones para enfrentar a De La Hoya en la categoría de las 147 libras. Los críticos de esta pelea en el peso welter, una idea concebida el año pasado por el periodista de HBO Larry Merchant, la descalificaron como una broma. Pacquiao, quien apenas había tenido un solo combate en las 135 libras a comienzos de año, era demasiado pequeño para De La Hoya, dijeron.
Veremos qué es lo que dicen ahora.
Pacquiao fue magistral, y castigó a De La Hoya con brutales rectas de izquierda toda la noche. Su velocidad fue impresionante ante un De La Hoya que pareció una estatua, y el rostro del "Niño de Oro", de 35 años, lució muy golpeado cuando el combate finalmente concluyó.
Fue tan duro para De La Hoya que en el séptimo asalto Pacquiao conectó 45 golpes de poder, la mayor cantidad que se haya registrado, según CompuBox, en las 31 peleas de De La Hoya que ellos han computado. "Lo golpeé con muchos golpes en los últimos asaltos", dijo Pacquiao, de 29 años. "No pensé que duraría tanto". Freddie Roach, el entrenador de Pacquiao que también había entrenado a De La Hoya en su derrota ante Floyd Mayweather del año pasado, lo había provocado durante los días previos diciendo que De La Hoya ya no sabía cómo halar del gatillo.
Roach estaba en lo cierto.
Tras el combate, el entrenador y su ex pupilo compartieron un momento en el ring. Se abrazaron, y De La Hoya dijo "Freddie, estás en lo correcto, ya no tengo lo que hace falta".
De La Hoya (39-6, 30 KOs) fue incapaz de lanzar sus golpes como lo había estado haciendo siempre, y la diferencia en velocidad entre ambos púgiles fue extraordinaria. Pacquiao (47-4-2, 35 KOs) lanzaba combinaciones de cuatro y cinco golpes, y De La Hoya solamente respondía con golpes esporádicos.
"El sueño se cumplió esta noche", dijo Roach. "Esta victoria no fue una sorpresa. En el primer asalto yo ya sabía que lo teníamos. NO tenía piernas, estaba hesitando, estaba terminado. Mi boxeador estaba demasiado bien físicamente para él. Oscar es un gran campeón, tuvo una gran carrera. Espero que no nos guarde rencor".
El legado de De La Hoya estaba sellado mucho antes de su derrota, pero fue triste verlo recibir semejante paliza. Pero él le dio a Pacquiao mucho crédito por su victoria.
"Pacquiao es un gran boxeador, y fue el mejor de los dos", dijo. "Pacquiao merece todo el crédito. Yo simplemente no pude entender su estilo".
Ese estilo fue simplemente el mismo que hemos visto durante años: una ola apabullante y continua de movimiento. "Pude defenderme contra el jab y él no pudo conectar, y yo pude conectar con todo lo que tiré", dijo Pacquiao, quedándose corto. "La velocidad fue la respuesta en esta pelea. Lo único que me sorprendió fue que mi entrenador eligió el asalto en el que ganamos".
Es posible que Pacquiao pelee ahora con Ricky Hatton, quien estaba presente en el ringside, la próxima primavera. ¿Acaso no querrían ver eso? ¡Qué pelea! Pacquiao pareció concordar.
"Puedo pelear con él, no hay problema", dijo Pacquiao. "Si el contrato es bueno podemos pelear donde él quiera". Después de lo que Pacquiao ha hecho este año, él puede hacer lo que desee. Ha ganado su tercer pelea del año en su tercer división diferente, incluyendo dos victorias por títulos mundiales. Superó a su rival Juan Manuel Márquez por decisión dividida para alzarse con el título de peso ligero junior (130 libras) en marzo. En junio, subió al peso ligero (135 libras) y aplastó a David Díaz para alzarse con un cinturón y dejar todo listo para el combate más importante de su vida este sábado.
La victoria hace que Pacquiao se transforme en una especie de Henry Armstrong moderno. Aquel legendario boxeador, uno de los mejores de todos los tiempos libra por libra, ganó durante el transcurso de diez meses (octubre de 1937 y agosto 1938) los títulos de peso pluma, welter y ligero, en una época en que habían solamente ocho divisiones. Por eso, mientras Pacquiao piensa en su próxima pelea y en más historia, De La Hoya debería estar pensando en no volver a pelear.
Oscar debería pensar en su familia, sus negocios y su salud.
"Obviamente, veremos qué pasa", dijo. "Pero esta noche no fue una buena noche".
De La Hoya pareció estar un poco en shock momentos después.
"En un momento así, cuando uno enfrenta a Pacquiao, ya sabe que va a ser una pelea dura", dijo. "Yo entrené duro para prepararme para esta pelea, pero es una historia muy diferente cuando estás entrenando que cuando estás en el ring. Me sentí pesado, como si no pudiese moverme".
"Mi corazón todavía quiere pelear, pero cuando uno no responde físicamente, tiene que ser inteligente".
Esperemos que De La Hoya sea inteligente.
O sea, que se retire.
EL REY DEL MUNDO
Libra x libra, kilo x kilo, gramo x gramo, pelo x pelo, como quieran llamarlo. Manny Pacquiao es el mejor boxeador del mundo, sin dudas.
"El rey del boxeo", como lo describió Bob Arum.
Pacquiao aplicó su plan a la perfección y demolió a Oscar De La Hoya, que no salió para el noveno round, por consejo de su entrenador Ignacio Nacho Beristain.
A partir del segundo round era obvio que De La Hoya no tenía respuesta para la velocidad y rapidéz de Pacquiao, en uan pelea que fue dominada de principio a fin por el filipino.
"Soy un peleador que me gusta ir a hacia delante, pero el boxeo de piernas de Pacquiao y su rapidez fueron demasiado, no pude controlarlo. Me entrené muy bien, pero su velocidad me confundió", dijo De La Hoya en el ring enseguida de terminada la pelea.
De La Hoya fue llevado al hospital tras el combate y no atendió a la conferencia de prensa, pero un representante del Golden Boy le dio un mensaje a Pacquiao.
"Oscar quiere felicitarte por la victoria, dijo que vas a ser un gran campeón por mucho tiempo. Oscar quisiera felicitarte personalmente, pero tuvo que ser llevado al hospital por consejo de sus medicos. Queria estar aquí para hacerlo, pero no pudo".
Pacquiao se mantuvo alejado de la zurad de De La Hoya en los primeros rounds, pero enseguida se dio cuenta que su velocidad le daba muchas ventajas y sus rectas de derecha entraban con facilidad. Ya al tercer round, el ojo izquierdo de De La Hoya mostraba el castigo que estaba recibiendo, y un corte que sin sangrar mucho, era peligroso.
"Oscar estaba vacío", dijo Nacho Beristain, entrenador de De La Hoya. "No tenía con qué detenerlo. Llegó en una gran condicion física, pero simplemente no pudo controlar el estilo zurdo de Pacquiao. Yo paré la pelea, porque no quería que Oscar arrastrara su prestigio sobre el ring", agregó.
El filipino pareció sentirse cada vez mejor en su primera pelea en las 147 libras mientras pasaban los rounds, y ya para el sexto, tenía a De La Hoya a punto del nocaut. Oscar pudo aguantar dos más, pero terminó abandonando en su esquina, como la sombra del boxeador que una vez fue.
"El sueño se hizo realidad esta noche", dijo Freddie Roach, entrenador de Pacquiao, quién agregó que le dijo a su pupilo que si quería noquear a Oscar dependía de él... algo que hizo sin problemas.
En el séptimo round, Pacquiao fue una máquina de lanzar golpes y no sólo en cantidad, sino en calidad. Pacquiao conectó 45 golpes de poder en ese round, el número más grande en todas las peleas de De La Hoya en la que CompuBox tomó estadísticas.
Golpe tras golpe Pacquiao fue demoliendo al Golden Boy y para el octavo, ya era duro de miirar. Pacquiao parecía que estaba en el primer round de una pelea ante un sparring de poca calidad y De La Hoya era una bolsa pesada, que recibía y no contestaba. Pacquiao suma otra victoria contra un oponente de ascendencia mexicana, pero el filipino, conocido como El Verdugo de Mexicanos, trató, de alguna manera, de disculparse.
"No es algo personal entre mexicanos y filipinos", dijo Pacman durante la conferencia de prensa terminada la pelea. "Mi trabajo es dar un buen espectáculo, y espero que entiendan. Nada personal, en mi generación hay muchos mexicanos, no es mi intencion pelearle a todos", dijo ante risas.
El filipino mantuvo durante su entrenamiento que la velocidad iba a ser la clave y eso fue lo que pasó exactamente. Pacquiao tuvo varios sparrings zurdos, grandes y practico cómo mantenerse lejos del gran gancho de izquierad de De La Hoya.
"El plan de entrenamiento fue perfecto", dijo Roach, resumiendo en una simple frase meses de especulaciones y criticas por aceptar una pelea que entonces parecía un fiasco.
Ya se habla de una posible pelea entre Pacquiao y Mayweather, si este decide regresar de su retiro. Manny no quiere hablar del tema, pero dejó las puertas abiertas... y una buena imagen, para ser considerando un peso welter legítimo.
"Estoy muy cómodo en las 147 ibras y me gustaría quedarme en el peso, pero no puedo garantizar nada", dijo el filipino, agregando la frase clásica de que "yo soy sólo un boxeador y hago mi trabajo en el ring, lo demás se los dejo a mi promotores y ellos deciden quién será mi próximo rival".
Por el lado de De La Hoya, es obvio que su carrera llegó al final y no hay ninguna razón lógica por la que deba volver al ring. No sólo por la derrota, sino pro la forma en que perdió, siendo dominado por un boxeado más pequeño, cuando era el favorito 2 a 1 para ganar la pelea.
Oscar no mostró nada en el ring. Peleó su pelea en los entrenamientos y llegó con el tanque vacío. De la Hoya y Beristain pueden decir que su preparación fue muy buena, pero la estrategia dejó mucho que desear, sobre todo en lo que se refiere a movimientos en el cuadrilátero. Oscar pensó que su poder podría liquidar a Pacquiao, pero se olvidó del plan defensivo, al menos en el ring.
En su esquina le decian que necesitaba usar más el jab, pero no lo hizo. También le pedían que moviera su cabeza, pero Oscar no lo hizo y los golpes de Pacquiao entraban como por un tubo directo a la nariz del Golden Boy.
De La Hoya dijo que aún quiere pelear, pero también se dio cuenta que su físico no le respondió y pensará en su futuro muy pronto. Si esta fue su última pelea, Pacquiao será recordado por haber sido el "culpable" de acabar con su carrera.
"Si despues de esta pelea, Oscar desea retirarse, lo respetaré proque es su decisión. Tengo mucho respeto por Oscar y es mi ídolo y aún lo es", dijo.
El promotor Bob Arum de Top Rank también elogió al Golden Boy, su rival en el negocio de las promociones, pero con quién ha presentado vrias de las mejores veladas en los últimos años.
"Si este es la ultima pelea de Oscar, tenmemos que recordar todo lo que hizo por este deporte, por tantos años. Si se rtira, que Dios lo bendiga y le digo gracias por todo lo que hizo por el boxeo".
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