domingo, 7 de diciembre de 2008
EL REY DEL MUNDO
Libra x libra, kilo x kilo, gramo x gramo, pelo x pelo, como quieran llamarlo. Manny Pacquiao es el mejor boxeador del mundo, sin dudas.
"El rey del boxeo", como lo describió Bob Arum.
Pacquiao aplicó su plan a la perfección y demolió a Oscar De La Hoya, que no salió para el noveno round, por consejo de su entrenador Ignacio Nacho Beristain.
A partir del segundo round era obvio que De La Hoya no tenía respuesta para la velocidad y rapidéz de Pacquiao, en uan pelea que fue dominada de principio a fin por el filipino.
"Soy un peleador que me gusta ir a hacia delante, pero el boxeo de piernas de Pacquiao y su rapidez fueron demasiado, no pude controlarlo. Me entrené muy bien, pero su velocidad me confundió", dijo De La Hoya en el ring enseguida de terminada la pelea.
De La Hoya fue llevado al hospital tras el combate y no atendió a la conferencia de prensa, pero un representante del Golden Boy le dio un mensaje a Pacquiao.
"Oscar quiere felicitarte por la victoria, dijo que vas a ser un gran campeón por mucho tiempo. Oscar quisiera felicitarte personalmente, pero tuvo que ser llevado al hospital por consejo de sus medicos. Queria estar aquí para hacerlo, pero no pudo".
Pacquiao se mantuvo alejado de la zurad de De La Hoya en los primeros rounds, pero enseguida se dio cuenta que su velocidad le daba muchas ventajas y sus rectas de derecha entraban con facilidad. Ya al tercer round, el ojo izquierdo de De La Hoya mostraba el castigo que estaba recibiendo, y un corte que sin sangrar mucho, era peligroso.
"Oscar estaba vacío", dijo Nacho Beristain, entrenador de De La Hoya. "No tenía con qué detenerlo. Llegó en una gran condicion física, pero simplemente no pudo controlar el estilo zurdo de Pacquiao. Yo paré la pelea, porque no quería que Oscar arrastrara su prestigio sobre el ring", agregó.
El filipino pareció sentirse cada vez mejor en su primera pelea en las 147 libras mientras pasaban los rounds, y ya para el sexto, tenía a De La Hoya a punto del nocaut. Oscar pudo aguantar dos más, pero terminó abandonando en su esquina, como la sombra del boxeador que una vez fue.
"El sueño se hizo realidad esta noche", dijo Freddie Roach, entrenador de Pacquiao, quién agregó que le dijo a su pupilo que si quería noquear a Oscar dependía de él... algo que hizo sin problemas.
En el séptimo round, Pacquiao fue una máquina de lanzar golpes y no sólo en cantidad, sino en calidad. Pacquiao conectó 45 golpes de poder en ese round, el número más grande en todas las peleas de De La Hoya en la que CompuBox tomó estadísticas.
Golpe tras golpe Pacquiao fue demoliendo al Golden Boy y para el octavo, ya era duro de miirar. Pacquiao parecía que estaba en el primer round de una pelea ante un sparring de poca calidad y De La Hoya era una bolsa pesada, que recibía y no contestaba. Pacquiao suma otra victoria contra un oponente de ascendencia mexicana, pero el filipino, conocido como El Verdugo de Mexicanos, trató, de alguna manera, de disculparse.
"No es algo personal entre mexicanos y filipinos", dijo Pacman durante la conferencia de prensa terminada la pelea. "Mi trabajo es dar un buen espectáculo, y espero que entiendan. Nada personal, en mi generación hay muchos mexicanos, no es mi intencion pelearle a todos", dijo ante risas.
El filipino mantuvo durante su entrenamiento que la velocidad iba a ser la clave y eso fue lo que pasó exactamente. Pacquiao tuvo varios sparrings zurdos, grandes y practico cómo mantenerse lejos del gran gancho de izquierad de De La Hoya.
"El plan de entrenamiento fue perfecto", dijo Roach, resumiendo en una simple frase meses de especulaciones y criticas por aceptar una pelea que entonces parecía un fiasco.
Ya se habla de una posible pelea entre Pacquiao y Mayweather, si este decide regresar de su retiro. Manny no quiere hablar del tema, pero dejó las puertas abiertas... y una buena imagen, para ser considerando un peso welter legítimo.
"Estoy muy cómodo en las 147 ibras y me gustaría quedarme en el peso, pero no puedo garantizar nada", dijo el filipino, agregando la frase clásica de que "yo soy sólo un boxeador y hago mi trabajo en el ring, lo demás se los dejo a mi promotores y ellos deciden quién será mi próximo rival".
Por el lado de De La Hoya, es obvio que su carrera llegó al final y no hay ninguna razón lógica por la que deba volver al ring. No sólo por la derrota, sino pro la forma en que perdió, siendo dominado por un boxeado más pequeño, cuando era el favorito 2 a 1 para ganar la pelea.
Oscar no mostró nada en el ring. Peleó su pelea en los entrenamientos y llegó con el tanque vacío. De la Hoya y Beristain pueden decir que su preparación fue muy buena, pero la estrategia dejó mucho que desear, sobre todo en lo que se refiere a movimientos en el cuadrilátero. Oscar pensó que su poder podría liquidar a Pacquiao, pero se olvidó del plan defensivo, al menos en el ring.
En su esquina le decian que necesitaba usar más el jab, pero no lo hizo. También le pedían que moviera su cabeza, pero Oscar no lo hizo y los golpes de Pacquiao entraban como por un tubo directo a la nariz del Golden Boy.
De La Hoya dijo que aún quiere pelear, pero también se dio cuenta que su físico no le respondió y pensará en su futuro muy pronto. Si esta fue su última pelea, Pacquiao será recordado por haber sido el "culpable" de acabar con su carrera.
"Si despues de esta pelea, Oscar desea retirarse, lo respetaré proque es su decisión. Tengo mucho respeto por Oscar y es mi ídolo y aún lo es", dijo.
El promotor Bob Arum de Top Rank también elogió al Golden Boy, su rival en el negocio de las promociones, pero con quién ha presentado vrias de las mejores veladas en los últimos años.
"Si este es la ultima pelea de Oscar, tenmemos que recordar todo lo que hizo por este deporte, por tantos años. Si se rtira, que Dios lo bendiga y le digo gracias por todo lo que hizo por el boxeo".
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