lunes, 11 de marzo de 2013

EL ESPECTÁCULO HOPKINS



DAN RAFAEL
ESPN.com

Una hora después de que Hopkins hubiese agregado una pieza más de historia significativa a su ya rebosante currículum digno del Salón de la Fama, "El Verdugo" dijo en su conferencia de prensa posterior al combate que planeaba pelear hasta los 50 años. Cuando se le preguntó sobre eso unos minutos más tarde, dijo estar apenas bromeando y que planeaba retirarse antes de llegar a esa edad. Pero ¿puede alguien estar seguro de que un grande como Hopkins haya estado bromeando apenas? Después de todo, Hopkins, la leyenda de Filadelfia que cumplió 48 años el pasado 15 de enero, había superado por puntos de manera convincente a un Cloud de 31 años para así romper su propio récord de transformarse en el peleador más viejo en la historia del boxeo en ganar un título mundial. Hopkins inicialmente rompió el récord en 2011 a sus 46 años cuando logró una actuación similarmente impresionante ante Jean Pascal. Esta vez, Hopkins, regresando a pelear en Nueva York por primera vez desde que se transformara en campeón indiscutido de peso mediano en su histórico nocaut en 12 asaltos ante Félix Trinidad dos semanas después del 9/11, lució como si pudiese seguir peleando durante muchos años. Claro, no es tan rápido como lo fue alguna vez. Sus piernas no son tan sólidas y no puede pelear a toda máquina los tres minutos de cada round. Pero Hopkins todavía tiene una gran defensa, puede tirar suficientes golpes, trabajar los ángulos, tirar un buen jab y pelear por dentro lo suficientemente bien como para darle a cualquiera una noche difícil si están dispuestos a plantarse y pelear. Cuando Hopkins perdió su título en abril pasado ante Chad Dawson en su revancha, eso no fue una gran sorpresa porque Dawson es un peleador hábil con un largo alcance y rara vez quiere mezclarse a pelear. En otras palabras, fue un estilo de pesadilla para Hopkins, y todos lo sabían. Pero Cloud, oriundo de Tallahassee, Florida, es lo opuesto. Es un peleador de mentalidad ofensiva y le gusta plantarse a intercambiar golpes, que fue lo que trató de hacer ante Hopkins en su quinta defensa del título. Cloud tuvo algunos éxitos tempranos y la pelea fue pareja hasta la primera mitad, pero luego Hopkins, peleando en su combate de campeonato número 33, se asentó en un buen ritmo y eso fue todo. Dominó la segunda mitad del pleito y volvió a hacer historia. Como bono adicional para Hopkins, él sintió que al derrotar a Cloud, el último gran peleador en el establo de Don King, terminó por efectivamente sacar a King (su viejo enemigo y ex promotor) del negocio grande del boxeo. Nadie debería desestimar a King con mucha facilidad, pero Hopkins celebró esa posibilidad junto a su victoria en una edad que lo pone más cerca de comenzar a cobrar su jubilación (14 años) que de la edad en la que noqueó a Glen Johnson en una defensa de título mediano (16 años atrás).
Hopkins abrió un feo corte en el párpado izquierdo de Cloud en el sexto round. Aunque el réferi Earl Brown declaró que fue un cabezazo accidental (y Cloud dijo que fue un codazo), las repeticiones parecieron demostrar que fue causado por un gancho de izquierda. De cualquier modo, el curador de cortes de Cloud, Danny Milano, uno de los mejores del negocio, logró controlar el sangrado y nunca se transformó en un gran problema, aunque el corte volvió a abrirse en el 12do asalto.
Al igual que en cualquier pelea de Hopkins, hubieron amarres, abrazos y momentos de lucha libre, pero según los estándares típicos de Hopkins, no fue tan malo y la pelea en general fue bastante entretenida considerando que el protagonista tenía 48 años de edad. La multitud de 12.293 personas presentes en el Barclays Center se metió de lleno en el combate, cantando "B-Hop! B-Hop! B-Hop!" en varios momentos durante el pleito.
Hopkins ganó al anotar más golpes que un boxeador 17 años más joven y conectando a una tasa más alta. Según las estadísticas de CompuBox, conectó 169 de 417 golpes (41 por ciento) y Cloud conectó de 139 de 650 (21 por ciento). Fue otra extraordinaria actuación de este viejo guerrero, que puede agregar ahora el nombre de Cloud a las demás grandes sorpresas que ha logrado en peleas significativas, incluyendo sus victorias ante Trinidad, Antonio Tarver, Kelly Pavlik y Pascal.
Hopkins dijo que no peleará hasta los 50 años, pero que todavía no está acabado. Probablemente regrese a pelear en otoño. Mencionó una posible pelea de unificación con el galés Nathan Cleverly, diciendo que estaba incluso dispuesto a pelear en el Reino Unido, pero la mayor pelea posible para Hopkins es obviamente ante el campeón supermediano Andre Ward, quien estaba en el ringside como comentarista para HBO, quien tiene mucho invertido en Ward y probablemente pondría millones para hacer el combate. Hopkins profesó no estar interesado, pero se lo conoce por haber cambiado de opinión anteriormente.

BERNARD HOPKINS ENTRA EN LA LEYENDA



JOSÉ MANUEL MORENO. "BOXEO VELEÑO".

Bernard Hopkins entró en el olimpo del deporte universal al proclamarse nuevo campeón mundial del peso semipesado de la IBF, tras imponerse claramente a los puntos por decisión unánime al hasta ahora campeón invicto, Tavoris Cloud, de 31 años. Las cartulinas fueron elocuentes y justas en esta ocasión: 117-111, 116-112 y 116-112.
En realidad era algo más que una pelea cualquiera. Estaba en juego una posible gesta consistente en que un tipo con 48 años, 1 mes y 25 días se convirtiera en el campeón mundial más mayor, que no viejo, de la historia, plusmarca que poseía el mismo Hopkins cuando en 2011, cuando contaba con 46 años, superó en combate antológico al canadiense Jean Pascal. Tavoris Cloud es un buen boxeador, de buen físico y buena pegada. Pero enfrente tuvo un mito, una leyenda, alguien que se siente superior, y que sabes que hará sobre el ring todo lo que sea capaz para vencer a cualquiera, a menos que sea muy superior a él. Desde el principio de la pelea, celebrada en el majestuoso Barclays Center de Brooklyn, Nueva York, el árbitro Earl Brown quiso advertir, ya con el combate empezado, que no toleraría artimañas fuera del reglamento. Sabía que Hopkins es un tipo duro, que a veces no dista mucho de realizar un boxeo rayano en lo sucio o antirreglamentario. No fue el caso. En realidad no ha sido el caso desde que cumplió los 40 años. El corte que le hizo a Cloud con su antebrazo en el ojo izquierdo, y por el que tuvo que suspenderse unos segundos el combate, fue aparentemente fortuito. 
 
Pero bajo el griterío ensordecedor de los miles de aficionados que encendían el ambiente con sus “B-Hop”, “B-Hop”, Hopkins volvió a ejercer su magisterio, sin hacer más que lo estrictamente necesario. El peso de los años claro que se nota, y él también lo acusa, su boxeo no fue lo magistral que resultó ser en su recordada lección ante Kelly Pavlik en 2008, pero siempre hizo más que Cloud, se movió infinitamente mejor en el ring que su rival, 17 años más joven, y también fueron suyos los mejores golpes de la noche, a pesar de una andanada de Cloud en el 6º round, encorajinado por el corte, que hizo temblar al viejo Bernard, que solucionó la papeleta con unos imperiales movimientos laterales. De pronto, la pelea, no exquisita ni vistosa pero sí interesante y vibrante por momentos, se detuvo en los cuatro últimos asaltos. A Tavoris Cloud se le acabó la gasolina, pareció pedir el armisticio, buscando árnica en los jueces, como en la injusta victoria ante Gabriel Campillo. Fueron cuatro asaltos sin nada trascendente, como si el destino estuviera jugado antes de empezar la pelea. Hopkins los vivió con tranquilidad, sabedor de que el trabajo estaba hecho. Al final de la pelea, se fue a por los periodistas, pero esta vez no para mirarles provocadoramente como después de su pelea ante Pavlik, sino directamente para increpar, aparentemente, a los comentaristas de HBO. Le sobró tiempo aún para también gesticular desafiante al octogenario Don King, dedo índice por delante. Quizás estaba cobrando facturas a quienes desconfiaron de él por la maldita edad.
Si estaba confiado en que había cumplido su particular expediente (repito, frente a un peleador invicto) que se puso a charlar con su posiblemente próximo rival Jean Pascal en el centro del ring, mientras el inefable Michael Buffer leía el veredicto. No hubo sorpresas. Ganó el mito. La alegría de la huerta para cuarentones y hasta cincuentones a este paso. Nada es imposible, viéndole encima de un cuadrilátero, Hopkins es alguien capaz de todo en el deporte más físico y duro del mundo. Bernard Hopkins no está aún en el Salón de la Fama, precisamente porque sigue en activo, pero ha entrado ya en ese departamento estanco solo reservado para los verdaderos mitos del deporte. Por muchos años, por qué no.