viernes, 26 de septiembre de 2008
Pensamientos semanales...de Dan Rafael, de ESPN
Considerando que las entradas para la pelea Oscar De La Hoya-Manny Pacquiao se agotaron casi instantáneamente, generando una taquilla de casi 17 millones de dólares --la segunda más grande de la historia-- es evidente que muchas personas realmente quieren ver esta pelea excepto una minoría ruidosa que se ha estado quejando sin cesar por la diferencia de tamaño de los boxeadores. Al diablo con la diferencia de tamaño. Tanto la promoción como la pelea serán muy divertidas. ¿Por qué alguien criticaría una pelea que enfrenta a dos grandes estrellas, generando tanta atención y dinero?
Sin embargo, habiendo aclarado eso, hubiera sido lindo que una mayor cantidad de las 16,000 localidades del MGM Grand hubieran estado disponibles para el público general. Así, los verdaderos aficionados del boxeo hubieran tenido una oportunidad legítima de comprar un boleto. Lamentablemente, Golden Boy, Top Rank y el MGM compraron una gran cantidad de entradas, de los cuales muchas terminarán en manos de los clientes VIP de los casinos y los revendedores de boletos, quienes, como también llevan gente a los eventos menos importantes de los promotores, pueden comprar boletos para los eventos importantes y luego venderlos más caros como intermediarios. Los aficionados regulares, quienes siguen el boxeo durante todo el año, se quedarán afuera o tendrán que pagar precios exorbitantes para ver De La Hoya vs. Pacquiao. ¿Cómo pretendes mantener la base de aficionados, y menos aún aumentarla, cuando los seguidores regulares no tienen una verdadera oportunidad de adquirir boletos para los grandes eventos? Cuando De La Hoya fundó Golden Boy, predicó sin cesar sobre los cambios y las mejoras que quería hacer en el boxeo, tanto para los boxeadores como para los aficionados. Por ahora, han sido sólo palabras, especialmente en lo que se refiere a la distribución de boletos para los eventos importantes. Sucedió lo mismo el año pasado con la pelea entre De La Hoya y Floyd Mayweather Jr.
Y ya que estoy en el tema de De La Hoya-Pacquiao, es imprescindible que Golden Boy y Top Rank organicen una buena tarjeta secundaria, y no la porquería que Golden Boy presentó en la velada de De La Hoya-Mayweather el año pasado. Eso fue una vergüenza. Espero que la historia no se repita. Teniendo en cuenta que De La Hoya-Pacquiao seguramente generará más de 100 millones de dólares, ¿es tanto pedir que los consumidores, quienes tendrán que abonar $54.95 por el PPV, disfruten de algo más que el evento principal? No lo creo.
Hablando de De La Hoya, ahora que ha contratado a Nacho Beristain como entrenador para su combate con Pacquiao tras fracasar en el intento de armar un programa con Floyd Mayweather Sr., estoy seguro de que voy a echarlo de menos en el "24/7" de HBO.
El super peso medianoAllan Green finalmente podría tener la oportunidad de poner su carrera en marcha nuevamente después de un año difícil durante el cual él mismo fue la causa de muchos de sus problemas -- como echarse atrás de una pelea de ESPN2 a último minuto sin motivos, por lo que fue suspendido. También tuvo un episodio en el que le ofrecieron un combate ante el campeón de peso mediano Kelly Pavlik, pero su asesor echó a perder el acuerdo. De cualquier manera, el promotor Tony Holden, quien hizo un excelente trabajo para Green pero estaba disgustado con él y su asesor, llegó a un acuerdo por el cual le seguirán pagando por algunas de sus futuras peleas, pero Lou DiBella es el nuevo promotor de Green. El acuerdo fue cerrado esta semana. Lo que encuentro muy gracioso es que, según mis fuentes, la cartera mínima de Green por una pelea con DiBella es de 15,000 dólares. Su mínimo con Holden era de $20,000. Vaya, eso sí que es un negocio inteligente ¿verdad? Otra calificación de honor para Green en la escuela de negocios de Winky Wright.
Es bueno ver a Grady Brewer, ganador de la segunda temporada de "The Contender", en acción nuevamente tras haberse perdido dos años por una grave lesión en la rodilla. Ganó su pelea de regreso y medirá ante al participante de la primera temporada Cornelius Bundrage el 13 de noviembre. Brewer venció a Steve Forbes en la final pero nunca tuvo la oportunidad de sacarle provecho a su victoria de alto perfil. Mientras Brewer miraba de afuera con su lesión, Forbes, en cambio, tuvo toda clase de oportunidades. Consiguió dos combates en un par de importantes tarjetas no principales de HBO PPV, peleó contra De La Hoya, y este sábado por la noche tendrá la oportunidad de capturar un título de peso welter cuando desafíe a Andre Berto. Esperemos que Brewer corra con la misma suerte.
Tuve la oportunidad de ver el video de la reciente victoria del sudafricano Moruti Mthalane sobre Hussein Hussein en una eliminatoria de peso mosca. Creo que Mthalane será un duro rival para Nonito Donaire el 1° de noviembre en la tarjeta PPV de Top Rank.
Así que David Haye finalmente se decidió por Monte Barrett como su adversario de peso pesado para el 15 de noviembre. En realidad, no hay nada de malo con Barrett como adversario, excepto que Haye se pasó meses diciendo que iba a pelear contra el mejor, bla, bla, bla. Habiendo fomentado las expectativas de un adversario importante durante meses sólo para conformarse con un viajante, Haye y su entrenador/manager Adam Booth quedaron como unos tontos y unos hipócritas, especialmente cuando se las pasaron hablando de Hasim Rahman, quien no hace mucho venció a Barrett, como su adversario de elección, pero nunca le hicieron una oferta.
¿Volverá a pelear este año el titular unificado en peso ligero Nate Campbell? Las probabilidades no son buenas. Siento mucho que su carrera se haya visto perjudicada por el deplorable Joan Guzman, quien no fue lo suficientemente profesional como para llegar al peso y la pelea fue cancelada pocas horas antes de que subieran al ring este mes. Imagina que estás a punto de ganar $300,000, dinero que tenías previsto para importantes gastos, y a último minuto te enteras de que no los tendrás. Bienvenido al mundo de Campbell.
Faltan solo 16 días para que Vitali Klitschko desafíe al titular en peso pesadoSamuel Peter y Klitschko todavía no se ha lesionado. Ya casi es hora de pinchar la burbuja de plástico para Klitschko.
Si Ricardo Mayorga sorprende y vence a Shane Mosley el sábado, me encantaría ver una tercera pelea entre Mayorga y Vernon Forrest. Sin embargo, si Mosley derrota a Mayorga, no puedo decir lo mismo sobre una tercera pelea entre Forrest y Mosley.
DVD de la semana: La división de los pesados a generado muy poca emoción en los últimos años, razón por la cual los DVDs son grandiosos. Puedes volver atrás, ver las grandes peleas del pasado y olvidar el desastre de la división hoy en día. Hay pocas batallas de peso pesado que superen aquella que tuvo lugar el 9 de junio de 1978 en el Caesars Palace de Las Vegas. Larry Holmes le quitó el campeonato a Ken Norton en una pelea a pura acción. El combate fue muy parejo de principio a fin y llegó al clásico 15° round, uno de los mejores en la historia del boxeo. Repartieron puños con abandono, pero Holmes hizo justo lo necesario para quedarse con una inolvidable decisión dividida. Fue el inicio de la era de dominio de Holmes en peso pesado, quien mantuvo su reinado hasta 1985. Para Norton, fue el principio del fin. Incluyendo la pelea de Holmes, Norton compiló una marca de 2-3-1 en sus últimas seis peleas antes de retirarse, en 1981.
LA LEYENDA DEL INDOMABLE
Saca las manos, Brusita: lo que tiene lo tira. Es un gesto. Y si te agarra flojito puede resultar conmovedor. El tipo le aguanta el cruce abierto, el palo por palo, a la borrasca de sus 85 años. Y lo hace con una fiereza de lo más estimulante. Hay que verlo carajear.
En la embestida se lleva puesto a Tito Lectoure, al boxeo argentino, a los males de su provincia; a Sugar Leonard, a Marvin Hagler, a Mike Tyson. Y a algunos de los campeones que él siente haber construido, de Martillo Roldán al Tata Baldomir. En sus historias hay agachadas, estafas, traiciones, vergüenzas, peleas arregladas, y pocos héroes, o un héroe, Carlos Monzón, uno de sus catorce pupilos que llegó a campeón del mundo, y su más grande pupilo, y su más grande campeón del mundo.
Pero también le llegan las manos. Y las siente. Y se marea, Brusita. De golpe te está hablando y si no te agarra del brazo, se viene. Un metro noventa y uno flameando ahí delante. Ahí se queda unos segundos, todos nos quedamos, quietísimos, hasta que pasa, hasta que con la voz grave y ajada, te dice: “Ya está, ya estoy bien”. Y, lento, te suelta. Después arranca de nuevo. Y otra vez se acuerda de sus villanos. Otra vez tira el cross, el gancho. Les apunta a los periodistas porteños, a la mafia dentro de la Federación Argentina de Box (FAB), y no pregunta cuántos son. Entonces, lo que se ve es un hombre en la retirada de su vida, al que le cuesta mantener la vertical, que arrastra el paso y se ayuda con un bastón, pero que no deja de batirse, y si se tiene que ir, se va a ir pegando. Es un gesto. Y no tiene que agarrarte flojito para que termine resultando conmovedor.
DESDE EL SALÓN DE LA FAMA. Son las cuatro de la tarde de un día cualquiera de una semana cualquiera. Sobre la calle 1° de Mayo, centro de la ciudad de Santa Fe, en el gimnasio que la Unión del Personal Civil de la Nación (UPCN) abrió para él, Amílcar Brusa hace lo que viene haciendo desde cinco décadas: se para delante de un pibe con hambre y le enseña a boxear. Volvió al país hace un año y medio, después de veinte, durante los cuales se convirtió en uno de los entrenadores más grandes de todos los tiempos, con 14 campeones del mundo y exclusivo ingreso al Internacional Boxing Hall of Fame de Nueva York, donde su nombre comparte cartel con las vacas sagradas de la historia de este deporte.
Aquí, y ahora, sentado en la breve oficina del gimnasio, Brusa le entra a la historia, y pareciera que el cruce lo entusiasma.
–¿Por qué se fue?
–Tito Lectoure nos había estado estafando, a Monzón y a mí. En la anteúltima defensa de Carlos, le encontré un contrato a Lectoure que lo unía a un tal Sabattini, un promotor europeo. Y ahí caí. ¡Por eso nunca peleábamos en Estados Unidos! Yo decía: cómo puede ser que siempre peleamos en Europa, teniendo un campeón como Carlos. Y claro, era este tipo, que nos estafaba, también con la plata. La última defensa de Mozón la hicimos sin Lectoure, y cobramos el equivalente a tres peleas juntas. ¿Me explico?
–¿Qué le dijo Lectoure?
–Fui y le dije: yo soy una usina, le saco boxeadores de todos los colores. ¿Y usted me hace esto, me esquilma?
–¿Qué pasó después?
–Ahí las cosas empezaron a salir en los diarios. Él tenía el apoyo de los periodistas porteños y yo nunca anduve bien con los periodistas porteños.
–¿Por?
–Nunca supieron ver a Monzón. Decían: Locche, el Intocable.
¿Y cómo terminó el Intocable? Con la cabeza así. ¿Y cómo terminó Monzón? Sin una marca. Ulises Barrera, que hablaba tan bien, era una placer escucharlo hablar, pero de box... La primera defensa de Monzón, el tipo relata: “Todavía está en peligro el cross de izquierda del campeón mundial”. Por favor, Monzón ya lo llevaba flameando a Benvenutti.
–¿Qué era lo que no veían?
–Lo práctico del boxeo. Mire, cuando Alain Delon organiza la pelea en París entre Monzón y Mantequilla Nápoles, le digo a Delon: “Por favor, ¿no me consigue alguna pelea de Mantequilla?”. En esa época no había videos ni nada. Así que Delon me lleva a ver una filmación. Miramos hasta el séptimo round y ahí entendí por dónde venía la pelea.
–¿Por dónde venía?
–Lo senté a Monzón y le dije: “Cuidado que se mueve bien, pero cuando le metas la mano acá, el cross de él va a quedar acá, no le va a alcanzar. Ya entendiste. No hablemos más”.
–Mantequilla no sale del rincón después del sexto asalto, creo.
-Sí, pero esperesé. A Mantequilla le ponen de entrenador a Angelo Dundee. Cuando termina la pelea, en el hotel, me lo encuentro a Dundee, que me dice: “Brusa, qué práctico es tu negrito. Va para adelante y pega, va para atrás y pega. ¡Si no se lo saco me lo mata!”. Hasta Dundee se daba cuenta de que Monzón era práctico, y en Buenos Aires nunca le valoraron eso.
DE ALÍ A MIKE “UNA BASURA” TYSON. A ver, Angelo Dundee, el tipo que estuvo en los rincones de Muhammad Ali, George Foreman y Ray “Sugar” Leonard, por citar sólo a tres de sus pollos. Estamos hablando de la cima, en un momento de la historia donde en la cima se cruzaban apellidos como ésos, y algunos más.
Con Monzón retirado, Brusa se tomó revancha de tanta gira europea y se fue a vivir a los Estados Unidos. Trabajó en La Brea, un icónico gimnasio de Los Ángeles, donde aprendió buena parte de lo que hoy les enseña a los chicos del suburbio santafesino que llegan en pata a ver si sacando las manos se pueden convertir en alguien. Formó parte del boxeo americano de los 80, se abrazó con Don King cuando tuvo campeón mundial, y lo vio pasar cuando no lo tuvo, porque Don King, dice Brusa, sigue de largo si andás sin un campeón que mostrar. Estando allá se dio el lujo de despreciar el saludo de Tyson: “Pegaba duro, pero como tipo era una basura”.
–Nunca fue lo que podemos llamar un gran boxeador.
–No, desde ya. Tenía una ventaja, era un pesado chico, un pesado con cintura. Un mosca o un gallo, a los 25 años, tiene su estructura ósea consolidada. Un pesado tiene que esperar hasta los treinta. Tyson, a los 22, ya estaba hecho. Un caso único.
–Usted fue pesado.
–Sí, gané algunos torneos. Es un peso que puede ser apasionante. Ahora está lleno de cocineras gordas. El 6 de abril de 1987, Marvin “Marvelous” Hagler y Ray “Sugar” Leonard se subieron al ring del Caesar Palace de Las Vegas y llevaron adelante los doce rounds más esperados de la década. Se enfrentaba el genio del púgil negro americano en sus dos versiones más exquisitas y definitivas. Estaban los que esperábamos más de Hagler, de su impronta, esa calva reluciente bajo la capucha negra, Darth Vader viniendo para el ring. Y estaban los que sabían quién era Leonard y en condiciones de hacer qué se encontraba esa noche. Fue una de las grandes peleas en la vida de muchos, y la victoria por puntos de Leonard no le quitó épica para los que vimos caer a Vader, a Hagler.
Brusa, en un juego de golpes combinados, deshace el mito, se lo deshace sólo para él, tal vez, lo que desde luego no le preocupa: “Esa pelea estuvo arreglada, fue el tongo más grande de la historia. La tenían arreglada entre ellos, y se llevaron mucho más de lo que declararon”. Quedarse en si lo que dice es cierto o no, es un poco buche. Más interesante resulta ver, en el fondo de esa afirmación, otra vez, el gesto, eso que se parece al arrojo, y que no se modifica según la certidumbre o la falacia de lo que afirma.
Con el boxeo argentino tuvo una relación intermitente. Cuando escucha la pregunta sobre por qué Juan “Martillo” Roldán desobedeció al rincón en la pelea con Tommy Hearns, por qué salió a buscar una sola mano para terminar cayendo en el cuarto, Brusa, que lo había sacado campeón amateur y después lo vio partir hacia las filas de Lectoure, hace silencio. No va a decir más que:
–Roldán era cagón. Y dice que al boxeo argentino lo hicieron mierda:
–¡Mierda! Ahora lo único que hacen es pedirnos palomas para los gavilanes de afuera.
VENTANAL, LA MUERTE. Amílcar Brusa vive en un departamento amplio, con ventanal sobre la salida, y que está en el fondo de una galería comercial, sobre el Brusa Club Privado, su otro gimnasio, menos sufrido, más caretón, donde una de sus hijas da clases de aeróbica y los chicos de la clase media de Santa Fe van a distenderse haciendo aparatos, tranquilos, hasta ahí. En una cocina abierta, incorporada al living con fotos de gloria en blanco y negro, más un escudo de Unión, Brusa llena las copas con champagne. Le pregunto lo que se vuelve inevitable preguntar. Brusa responde tranquilo:
–No, a mí la muerte no me preocupa.
Y después, con un tono pedagógico, a esta altura imposible de evitar y después de todo por qué tendría, Brusa dicta: “Usted, a los 30 años, necesita combustión y descanso. A los 40, un poco más de descanso. A los 60, otra cosa. A los 70, cuidá lo que tenés. A los 80, protegete”.
–¿Cómo se protege usted?
–Tomo estas porquerías de vitaminas y hasta fui a un psicólogo.
–Está enojado.
–Fastidioso.
–¿Con qué?
-Conmigo, probablemente. Pero también con el resto. Acá en Santa Fe, no puede ser, somos todos empleados públicos. Si no te falta el ayudante, te falta el preparador físico. Hay días que ni el boxeador viene.
ÚLTIMAS ANOTACIONES. Al día siguiente, y como un día cualquiera, Brusa está a la una en el gimnasio de UPCN. Otra vez la oficina, el escritorio humilde, la charla y el café. A un costado, Brusa apila unos diez, doce cuadernos. Son los viejos cuadernos tan típicos de la escuela primaria, de marcas como Gloria, Éxito, algún Rivadavia forrado con papel araña. En el frente, sobre una etiqueta escolar, un nombre, que puede ser el del chico Acuña o el de su último campeón, el pibe Díaz Gallardo, que ganó en Tres Arroyos el título argentino de los superwelter. Adentro, las páginas escritas con una prolijidad caligráfica, a mano, llevan el desarrollo de cada pupilo.
–¿Quiénes vienen a su gimnasio de UPCN?
–Nosotros no recibimos gente ni de los colegios de monjas ni de las universidades. Nosotros nos arreglamos de lo que nos deja la villa.
–¿Y qué les deja?
–Chicos desnutridos, algunos llegan descalzos o con las zapatillas rotas.
–¿Y vienen buscando qué?
–Algunos, una ducha. Y es muy importante que se la podamos dar. De verdad, le digo, es una obra social, poder mandar a la casa a un chico higienizado. Otros quieren comprarse un auto. Uno les dice que primero el techo, pero no hay caso: ellos siempre se compran primero el auto. Le quieren demostrar a su gente, a su barrio, que ellos también son importantes.
–¿Qué les dice a los pupilos que llegan?
–Que los puede traicionar un hermano, un hijo. Que hasta su propia madre los puede traicionar. Que el único que no los va a traicionar es el gimnasio. Porque el gimnasio les devuelve el esfuerzo, enseña a dominar sus sentimientos. Es lo primero que les digo: el gimnasio no traiciona. Y fíjese que es verdad.
HORAS PREVIAS AL "RAYITO" VS. UREÑA Y PESAJE
Nuestro multicampeón de Europa y del mundo, "El Lince de Parla" Francisco Javier Castillejo, mientras deshoja la margarita y decide sobre su próximo futuro, se divierte, siempre en compañía de buenos aficionados al pugilismo, como nuestro común amigo Pedro García, segundo por la izquierda, director del portal boxeodirecto.com y vicepresidente en la candidatura de Juan Fuertes a la presidencia de la F.E.B. En esta ocasión, le vemos con ocasión del combate que dirimirán mañana, en el Pabellón Municipal "Jorge Garbajosa" de Torrejón, por el Campeonato de España del Peso Superpluma, entre "Rayito" Sánchez Sandoval y Paco Ureña. Suerte para todos y que se vea una buena pelea.
Paul Williams noqueó en sólo 97 segundos a Kolle en el peso medio
El estadounidense Paul “The Punisher” Williams, actual campeón welter de la Organización Mundial de Boxeo (OMB), necesitó de apenas 97 segundos para noquear a su compatriota Andy Kolle, en una pelea de preparación pactada en al división de los medianos, que realizó esta noche de jueves en el Casino Sobosa, en San Jacinto, California, y que fue transmitida por VERSUS. Williams acabó muy temprano con Kolle al conectarle potentes derechas al rostro que lo terminó noqueando. En su anterior pelea, Williams también noqueó en el primer asalto al boricua Carlos “El Indio” Quintana, para recuperar el cinturón welter de la OMB que en su anterior pelea había perdido ante el mismo Quintana. Con la victoria de esta noche, Williams mejoró su record a 35-1, con 26 nocauts, mientras que Kolle cayó a 17-2. En otros duelos de esta cartelera, Chris Arreola (25-0, 22 nocauts), defendió el título pesado Continental de Las Américas, avalado por el Consejo Mundial de Boxeo (CMB), al noquear en el tercer asalto a Israel Carlos García (19-2). Por su parte, el supergallo Rico Ramos (7-0) despachó en el primero a Manuel Sanabria (16-27-9) y el pluma Derrick Wilson (3-0) también resolvió en el primero a Emiliano Mendoza (1-1).
FALLECIÓ MARTÍNEZ ZAPATA
El gran púgil español Luis Martínez Zapata falleció hoy, 25 de septiembre, a los 83 años de edad en la localidad de Nimes (Francia). Aunque no destacó como boxeador profesional, podemos decir que Luis Martínez Zapata ha sido uno de los grandes boxeadores aficionados españoles del siglo XX. El catalán, nacido en Sabadell, ha sido el único vencedor español en unos Campeonatos mundiales de aficionados. Consiguió el trofeo “El Guante de Oro” de Chicago (equivalente a los Campeonatos del Mundo) el 28 de mayo de 1947. También fue Campeón de Europa amateur, (solo dos españoles a lo largo de la historia han sido campeones de Europa como aficionados, Luis Martínez Zapata y Juan Francisco Rodríguez), y cuatro veces Campeón de España aficionado. Descanse en paz.
VUELVE LUCA GIACON, EN PANAMÁ
El clasificado mundial Ricardo "Maestrito" Córdoba y Danys "El Feroz" Díaz presentaron buenas condiciones ayer en los exámenes médicos y pesaje previo realizados en la clínica de la Comisión de Boxeo de Panamá (COMIBOX).
"El Feroz" intentará arrebatarle al "Maestrito" lo que ya éste ha ganado en el boxeo, cuando peleen este sábado 22 de septiembre en el Gimnasio Roberto Durán.
Córdoba, en pesaje previo, registró 126 libras, con pulso de 60 y presión arterial de 110/60. Díaz pesó 124 libras, pulso de 64 y 120/80 de presión.
Por su parte, el español Luca Giacon, quien peleará con José Fajardo, registró 133 libras.
Para hoy, Promociones y Eventos del Istmo tiene una conferencia de prensa para dar detalles sobre esta velada, aunque también se espera que se anuncie el rival del campeón mundial Celestino "Pelenchín" Caballero.
El colombiano Mauricio Pastrana es la figura más sonada para ser el contendor.
Título Nacional y Fedelatin Super Gallo
RICARDO "EL MAESTRITO" CÓRDOBA VS. DANNY "EL FEROZ" DIAZ
122 lbs-10 asaltos
CARLOS "SHANGAI" MELO vs. JAVIER "EL TREN" TELLO
110 lbs - 8 asaltos
WILLIAM "LA ESPERANZA BLANCA" GONZALEZ vs. VICTOR PÉREZ
140 libras-8 asaltos
Carlos Murillo vs. Edwin Gamboa
144 libras-6asaltos
Ricardo "El Matemático" Núñez vs. Carlos Rivas
115 libras-8 asaltos
Atencio Fernández vs. Marcos Suñé
122 libras-4 asaltos
Dirceu Cabarca vs. Jhon Jiménez
115 libras- 4 asaltos
Joel Dorado vs. Víctor Del Mar.
130 libras-4 asaltos
José Fajardo vs. Luca Giacon
135 libras / 4 asaltos
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