LIDIA GUERRERO | MURCIA
Eran las 22:34 horas del pasado viernes y el murmullo y el ambiente que se vivía entre los espectadores que acudieron al pabellón Príncipe de Asturias de Murcia auguraba una noche llena de sorpresas. Hombres, mujeres, niños, jóvenes, adultos, noruegos, valencianos, murcianos&hellip En definitiva, más de 1.000 aficionados acudieron a la llamada de una atractiva velada de boxeo que no tuvo un final feliz. Falló el principal reclamo. El combate del noruego ‘Hulk’ Haugen, considerado el hombre más fuerte del mundo, apenas duró un asalto. Los aficionados, después de esperar casi tres horas para ver en acción al púgil nórdico, se fue enfadada. «Esto estaba amañado», se quejaban.
«Estamos ansiosos, no queremos parones entre los combates», decía Jose Carlos Lorente, un aficionado murciano. Los aplausos arroparon el ring y el triunfo rotundo de la selección olímpica femenina caldeó las gradas y la pista. «La potencia y velocidad de las chicas ha sido una de sus principales armas», aseguraba en la grada José Carbonell Palazón, un entendido aficionado. A su lado, Iván Lardín Zambudio, otro seguidor, añadía que «tienen nervio. Han mandado en el centro del ring».
El público también vibró con los combates de los neoprofesionales, liderados por Daniel Cuevas, campeón de España junior, quién superó por puntos a Sacko Moussa.
Acto seguido llegó el momento de Emiliano Casal, las banderas argentina y murciana cubrían de color el pabellón, y un árbitro de excepción, Martín Oliver, internacional de títulos mundiales, acentuaba el profesionalismo que se avistaba en este combate.
Una canción de Michael Jackson abrió paso a un Emiliano que en todo momento impuso su seguridad y técnica ante su rival, Alejandro Pons.
El plato fuerte estaba previsto que fuera el último combate. El noruego ‘Hulk’ Haugen se enfrentó al serbio Sejfula Berisa. ‘Hulk’ saltó al ring aclamado por todos, y es que sus músculos hacían presagiar que todo el tiempo de espera había merecido la pena. Un grupo de compatriotas coreaba su nombre a la vez que ondeaba banderas noruegas. Pero todo fue una farsa. Este combate de exhibición no duró ni dos minutos en una pelea que estaba pactada a cuatro asaltos de tres minutos cada uno. Ni siquiera se pasó del primer asalto. El serbio Sejfula Berisa cayó fulminado cuando apenas había transcurrido un minuto. El púgil intentaba hacer creer a los espectadores que había sido aniquilado por ‘Hulk’ .
La afición que se dio cita en el Príncipe de Asturias se sintió estafada, consideró que el combate había sido amañado y que la retirada del serbio no era más que un puro teatro. «Se ha tirado al suelo sin que lo tocara», aseguraba indignada Trinidad Guillén Marín.
Una indignación colectiva hizo que la afición se marchara antes de tiempo. A la salida se vivieron momentos de tensión, abucheos y se escucharon comentarios de aficionados que hablaban de timo.
«Ha sido deprimente. El comportamiento del boxeador serbio ha dejado mucho que desear», señaló Benjamín Abellán, presidente de la Federación Murciana de Boxeo.
«El hombre más fuerte del mundo ha resultado ser el timo más grande del mundo», dijo más de un aficionado a la salida del pabellón murciano.
