Bernardo Pilatti
ESPN Digital
Con el boleto a una mega pelea contra el triple campeón
semipesado Sergey Kovalev como premio, el 26 de marzo en el Oracle Arena de
Oakland, CA, se enfrentarán los invictos Andre Ward (28-0 con 15 KOs) y el
cubano Sullivan Barrera (17-0 con 12 KO). La pelea parece hecha a la medida del
estadounidense, sin embargo las cosas para Ward pueden resultar más difíciles
de lo que muchos imaginan.
Pero veamos primero las razones para creer en una victoria
fácil del ex campeón mundial súper mediano. Andre Ward es quien tiene la mayor
experiencia en el campo profesional, ha enfrentado y vencido a rivales de todos
los estilos, es más rápido, supera a Barrera en lo técnico y por si fuera poco,
pelea en casa. Nadie dude que en un final apretado las tarjetas lo van a
favorecer.
No obstante la calidad innegable de Ward y los privilegios
de pelear en casa, hay razones para otorgarle el beneficio de la duda a su
victoria o a su derrota. La primera de esas razones pasa por la incógnita sobre
el daño que a su desempeño pueda provocar el óxido acumulado y la segunda razón
es el estilo y las características de su rival, Sullivan Barrera.
Ward, desde el 8 de septiembre de 2012, cuando venció a Chad
Dawson por TKO, solo ha peleado dos veces. El 16 de noviembre de 2013 venció a
Edwin Rodríguez en las tarjetas y el 20 de junio del 2015 al dos veces retador
del título súper mediano, el británico Paul Smith, por TKO. En medio de todo
eso, Ward tuvo que librar una batalla fuera del ring para liberarse de su
contrato promocional con el fallecido Dan Goossen. Luego del fallecimiento de
Goossen recién pudo encontrar una salida a su problema contractual y firmó con
Roc Nations Sports.
Su debut oficial en las 175 libras debía
producirse el pasado 21 de noviembre, contra el colombiano Alexander Brand, en
la misma cartelera de Canelo Álvarez vs. Miguel Cotto, comenzando así su
contrato de tres batallas con la cadena HBO. Sin embargo, la pelea debió ser
cancelada debido a una lesión en la rodilla derecha de Ward.
Se supone que, de vencer a Barrera, Ward deberá enfrentar en
su siguiente combate a Sergey Kovalev, aunque no se descarta que realice otra
pelea en junio previo a ese combate y completar su trato con HBO, precisamente,
frente al triple campeón y figura mayor de la división. No obstante, el camino
hacia ese objetivo no parece nada fácil.
Ward ha pasado más tiempo dedicándose a negociar su carrera
que a prepararse para la misma y es una incógnita imaginar su condición para el
26 de marzo. Al óxido suma el desafío de pelear en un peso superior y contra un
rival que ya se preparaba para enfrentar en pelea mandatoria a Kovalev.
Precisamente, Barrera podía aguardar los plazos e ir directamente contra el
triple campeón, pero su equipo decidió arriesgar ese boleto ante Andre Ward.
"Ward caerá y después iremos por los cinturones de Kovalev" afirmó el
cubano muy seguro de su victoria.
¿Tiene realmente Barrera condiciones de cumplir su
vaticinio? ¿Se equivocó acaso al tomar la pelea por Ward y no esperar para ir
directamente contra Kovalev? La respuesta es muy simple: el cubano tiene
condiciones para llevarse la victoria y el camino elegido para tentar a la
gloria ha sido el correcto.
En primer lugar va contra un rival que si bien lo supera en
velocidad y técnica, le otorga ventajas que pueden ser fundamentales. El óxido
y la falta de costumbre a la división, ya lo dijimos, pueden ser dos de esas
facilidades. No obstante las mayores posibilidades de victoria dependerán
exclusivamente del trabajo que realice Barrera. El cubano, tanto en altura como
en alcance de brazos supera a Ward en cinco centímetros. Es más fuerte en lo
físico y obviamente es mayor su pegada.
Se supone de antemano que el dibujo de la pelea debería ser
uno solo: Ward moviéndose de manera permanente, golpeando desde los ángulos,
entrando y saliendo para colocar sus combinaciones por el centro de la guardia
y sumando puntos con un boxeo vistoso aunque elusivo. A su vez es de esperar
que Barrera busque desde el comienzo cortar el ring, achicar distancia y tratar
de llegarle con sus golpes de poder. Su receta será buscar el KO.
Sin embargo, apurar la pelea puede ser un error. Ward no
tendrá gasolina suficiente para soportar el mismo tren de pelea durante los
doce asaltos. Si Barrera entra a la corta distancia para someter a un rival tan
elusivo como Ward, le facilitara el trabajo. El estadounidense amarrará, lo
trabajará en el golpeo corto o aprovechará esos momentos para recuperar
energías. El cubano debería poner presión pero trabajar desde la larga y la
media distancia. Soltar sus trallazos por afuera para complicarle las salidas
laterales al rival, jabear de manera continua y desde la media distancia buscar
los gachos largos a la zona media. Otorgarle espacios a Ward le obligará a
moverse de manera permanente y con ello acelerará su desgaste. Si Barrera
consigue llevar ese ritmo más allá del sexto episodio, sus posibilidades de
ganar por KO aumentarán.
Sullivan Barrera, que viene de noquear a Karo Murat en el
quinto asalto y es entrenado por el considerado como el entrenador del año 2015
por ESPN, parece capacitado para romper los pronósticos y poner un pie en el
umbral de la gloria. Un objetivo que se marcó en sus sueños de triunfo cuando
no tenía entrenador, ni siquiera un gimnasio donde entrenar y debía conformarse
con trotar solitariamente en el Tropical Park de la ciudad de Miami. Desde
entonces muchas cosas mudaron en la vida de Barrera, especialmente porque
aparecieron las oportunidades de lograr su sueño americano. Para ello solo
faltan dos peleas. Ojalá lo consiga.
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