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Luis Molowny Arbelo (12 de mayo de 1925, Santa Cruz de Tenerife - 12 de febrero de 2010, Las Palmas de Gran Canaria) deja atrás deja atrás una hoja de servicios irrepetible como uno de los grandes valores en la historia del Real Madrid.
Su fútbol de alta escuela dejó huella en la historia blanca. Durante once temporadas, Luis Molowny se convirtió en un ídolo, en un genio salido de la escuela del fútbol canario. Su velocidad por la banda izquierda, su precisión en los pases y remates, y su actitud, fueron las claves para convertirse en uno de los más queridos del equipo madridista.
El pequeño de ojos azules y pelo rubio, señas de identidad de su ascendencia irlandesa, tuvo que esperar hasta los 15 años para empezar a pensar en el fútbol como futuro. A esa edad realizó unas pruebas para jóvenes talentos canarios en el Tenerife, pero no fue seleccionado. Decepcionado, se situó detrás de una de las porterías, para recoger los balones. Precisamente, esa casualidad quiso que desde el fondo del campo devolviese las pelotas con su peculiar estilo, algo que llamó la atención de los técnicos, que no tuvieron más remedio que seleccionarle.
Fue entonces cuando fichó por el Club Santa Cruz, de la primera división regional. Posteriormente llegó al Marino de Las Palmas, con el cual se proclamó campeón de Canarias y las repercusiones de sus actuaciones llegaron al Atlético de Madrid, pero no llegaron a ningún acuerdo y el traspaso se frustró.
Terminó vistiendo la camiseta blanca en la temporada 1946-47. Debutó en el estadio Metropolitando ante el F.C. Barcelona, donde no consiguuió brillar hasta los minutos postreros del partido. Cuando parecía que el encuentro iba encaminado a un empate, el habíl extremo se sacó un preciso testarazo que dio el triunfo al Real Madrid y el debut soñado, en el que comenzó su comunión con el público.
Molowny jugó un total de 174 encuentros (tres en la UD Las Palmas) y y firmó 90 goles en sus 12 temporadas en Primera, de los cuales 89 fueron con la camiseta blanca del Real Madrid y sólo uno, en el día de su debut, con el equipo canario. Como jugador madridista, entre 1946 y 1956, suma un total de dos títulos de Liga (1954 y 1955), una Copa (1947), una Copa de Europa (1956) y una Copa Latina (1955). Esta cosecha se completa con sus logros posteriores como entrenador: tres títulos de Liga (1978, 1979 y 1986), dos Copas (1974 y 1982), una Copa de la Liga (1985) y dos Copas de la UEFA (1985 y 1986).
Fue internacional absoluto en siete partidos y acudió a la fase final del Mundial de Brasil de 1950, donde participó en el Uruguay-España (2-2) de Sao Paulo. En la selección añadió dos goles más, ante Portugal y Suecia.
Etapa como entrenador
Una vez retirado como futbolista, pasó a ocupar el cargo entrenador en la Unión Deportiva las Palmas, donde se tuvo que trabajar con la licencia de Hilario Marrero puesto que carecía de una propia. En 1960, pasó a la dirección técnica de las divisiones inferiores del club insular, donde consiguió proclamarse Campeón de España de Juveniles.
En 1967 volvió a dirigir a la primera plantilla,y logró la permanecia en Primera División. Presentó su dimisión en 1970, tras hacer subcampeón de Liga al equipo. Antes, en 1969, entrenó durante un breve periodo a la Selección Española, a la que diriguió en cuatro encuentros donde ganó dos, empató uno y perdió otro.
En enero de 1974, llegó a sustituir como técnico del Real Madrid a Miguel Muñoz. Su gestión duró cinco meses en los que su mayor logro fue ganar el título de Copa, pero fianlment fue sustituido por Miljan Miljani?.
Volvió en septiembre de 1977 tras el cese de Miljanij, para hacerse con el título de Liga, y entrenó al equipo hasta junio de 1979, cuando Vujadin Bo¨kov llegó al cargo. Molowny volvió de nuevo en 1982 cargo del equipo durante dos meses, para ser sustituido por Alfredo Di Stefano
Aún le quedaba otra etapa como técnico, cuando en abril de 1985, tras la dimisión de Amancio Amaro, volvió a hacerse cargo del equipo. Su gestión acabó en abril de 1986, cuando fue sustituido por Leo Beenhakker. Ésta sería su última participación como entrenador de la entidad madridista, despidiéndose con un título de liga y una copa de la UEFA en esa temporada. A partir de ahí, ocupó el cargo de director deportivo del conjunto blanco y su retiro definitivo se produjo en 1990.
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