jueves, 12 de febrero de 2009



Esteban De Jesús, nació en Carolina, Puerto Rico, el 2 de agosto de 1951 y debutó de profesional el 10 de febrero de 1969 contra «El Tarita», en San Juan, Puerto Rico, a quien noqueó en 2 asaltos. En 1969 y 1970 todas las peleas las celebró en Puerto Rico y no fue hasta 1971 que se internacionaliza combatiendo 4 combates en Caracas, Venezuela, contra: Lionel Hernández, Frank LeRoy, Milton Méndez y Antonio Gómez con este último perdió su primer combate profesional, el 10 de diciembre de 1971.
En 1972 incursionó a la ciudad de Nueva York en 4 oportunidades, siendo la última de ella para enfrentar al panameño Roberto Durán el 17 de noviembre de 1972 para derrotar en diez asaltos al entonces campeón mundial de los pesos ligeros en combate fuera de título.
El año de 1973 fue fructífero para el puertorriqueño, triunfante en 7 pelaza, dos de ellas contra Ray Lampkins, una en San Juan y la otra en Nueva York, discutiendo el cetro de los pesos ligeros de la Asociación de Federaciones Norteamericanas de Boxeo(NABF).
Esteban De Jesús, el l 7 de enero de 1974 noqueó al ex campeón mundial wélter júnior panameño Alfonso Frazer en diez capítulos. Fue entonces cuando el sagaz promotor Don King, creyó propicio la revancha entre ambos púgiles.
La Compañía Promotora, Don King Productions, Inc., Pactó el altercado, para el 16 de Marzo de 1974 en Ciudad Panamá
El anuncio del combate de revancha, levantó en Panamá expectativas divididas aún siendo Roberto Durán auténtico ídolo del boxeo panameño, con tres exitosas defensas de su título en ciudad Panamá por la vía del nocaut, celebró tres peleas de preparación fuera de título, con el echo no se ocultó el respeto que se le tuvo al puertorriqueño Esteban De Jesús, único vencedor del panameño en 43 peleas de profesional.
El 16 de marzo de 1974 a las 4: PM, de la tarde el gimnasio Nuevo Panamá, hoy nombrado Gimnasio Roberto Durán, estaba lleno a su capacidad de dieciséis mil espectadores. Fanáticos seguros del triunfo de su compatriota, otros dudosos, pero la masa apoyaba sin restricciones a su ídolo Roberto Durán, que se enfrentaba no sólo al hombre que le quitó la etiqueta de invencible, si no también, el único boxeador que lo sentó en el tapiz para la cuenta reglamentaria de 8 segundos en el coliseo más famoso del mundo Madison Square Garden.

Para la realización de la pelea hubo protesta de parte de los asesores del retador Esteban De Jesús, que tenía de entrenador y manager a Gregorio Benítez, padre de Wilfredo Benítez, protestaba porque el árbitro asignado era de nacionalidad panameña, además los jueces del combate.
Para las observaciones y recordarles las reglas de combate campeonil el árbitro Issac Herrera en centro del entarimado, asistió Carlos Eleta, manager de Roberto Durán y también Gregorio Benítez, entrenador y manager de Esteban De Jesús. Cuando se celebraba esta ceremonia, ya el público deliraba de las ansias de ver el inicio del combate.
En espera del llamado para el primer episodio, el público panameño estaba de pie y suportando el calor como buenos fanáticos y dentro del gimnasio Nuevo Panamá, la temperatura estaba en 95 grados a las 5: PM, de la tarde, hora del inicio del combate, que se televisó para Estados Unidos, por el programa deportivo de la cadena ABC, nombrado: «El Ancho Mundo de los Deportes». El combate fue narrado por el legendario comentarista deportivo Howard Cosell. Durán el entonces campeón de los pesos ligeros versión AMB, se presentó con pantaloncillos verdes con franjas amarilla y el retador Esteban De Jesús, con franjas azules y fondo blanco.
El llamado al centro del tinglado para el primer asalto, fue de nerviosismo para los panameños, conocían del poder de los pistones del puertorriqueño, pero en sólida entrega total inició Durán el combate tratando de vengar temprano esa primera derrota de su trayecto profesional contra Esteban De Jesús.
En este primer capítulo se lanzaron golpes con ganas, olvidándose Roberto del gancho de izquierda indescifrable para él del puertorriqueño, que volvió a alcanzarlo y lo sentó en el tapiz para la cuenta reglamentaria de ocho segundos. Roberto Durán, se incorporó, pero sentido. Al reanudarse la pelea, el boricua lo buscó a toda máquina para tratar de definir el combate y volvió a conectar certero y con coraje. El panameño terminó el asalto contestando como los valientes, claro episodio para Esteban De Jesús, que se calificó de 10-8, por el domino del episodio y la caída de Durán.
En la esquina de Roberto Durán, se le refrescó y se actuó serenamente muy profesional y lo asistían los veteranos entrenadores: Ray Arcel, Fredy Brown y Néstor «Plomo» Quiñónez, que además le recomendaron cuidarse de ese golpe especialidad del puertorriqueño.
El campanazo que ordenó el inicio del segundo asalto, Roberto Durán, salió dispuesto a emparejar las acciones, su pueblo enmudeció cuando cayó de forma dramática y teniendo esa escena presente, lanzó fuertes latigazos pero, recibiendo respuestas de un crecido aspirante al título. Durán presionó el combate en el cual ninguno de los dos daba paso atrás, el refriega se planteaba franca y de poder. En desenvolvimiento cuerpo a cuerpo, Durán sacaba ventaja por más rápido de extremidades (brazos y piernas), que fue la diferencia del segundo capítulo. Asalto favorable a Roberto Durán.
Para el inicio del tercer episodio, los gritos de: «El Cholo, El Cholo, mucho hombre», gritaba la afición panameña, confiada en la entrega de su ídolo pugilístico y una vez más ambos se enfrascaron agresivos para castigarse durísimo, determinados los dos a definir el combate cuanto antes. Roberto sembró dolorosos ganchos y brillantes combinaciones al mentón, con más soltura y celeridad del panameño, que desató furia contra su rival, que recibió rígido castigo y golpes lanzados con el alma. Otro capítulo a favor de Durán
En la esquina del boricua Esteban De Jesús, su entrenador y manager Gregorio Benítez, lo despertó con agua en la cabeza y rostro y le aconsejó seguir lanzando el gancho de izquierda, como también adaptarse al ritmo del combate.
Para el cuarto capítulo de la pelea de campeonato, Roberto Durán se adueñó del espectáculo, desde el mismo segundo asalto del combate. En el cuarto Roberto suelto y ya seguro de poder dominar a su rival, le presentó estilo de agotamiento o rendimiento, con acciones seguidas, recibiendo brava contestación de Esteban, acto que dio a conocer que el combate estaba determinado a concluir por la vía del nocaut. Capítulo considerado de empate.

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