El peso pesado costarricense Carl Davies Drummond, quien no conoce lo que es perder una pelea, sigue persiguiendo, sin mirar atrás, su sueño de convertirse en campeón mundial de boxeo para dar un K.O. al oscuro pasado que lo ató a una prisión durante toda su juventud.
Davies necesita olvidad su pasado y pensar en el futuro
Carl Davies, un gigante de dos metros de estatura y poseedor de un físico que intimida a cualquier rival, es considerado el máximo exponente del boxeo de Costa Rica, y quizá, el mejor en la historia del país en su categoría.
El pugilista se ha puesto como meta ser campeón mundial, una idea que nació a sus 18 años cuando ingresó a la prisión para cumplir una condena de diez años por violación, la cual terminó en 2003, año en que comenzó su carrera profesional.
En su encierro, el gigante de ascendencia afrocaribeña comenzó a entrenarse a diario y hoy, a sus 33 años, ve como su esfuerzo y convicción se reflejan en un récord profesional invicto de 23 peleas, diecinueve de ellas ganadas por la vía del sueño.
Davies se ubica entre los primeros veinte del ránking de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) y, según su promotor, es posible que con cuatro o cinco peleas más esté preparado para pelear por el título mundial, a finales de este año o principios de 2009.
Su próximo escollo es el panameño Luis El Leñador Pineda, a quien enfrentará el 19 de abril en el Gimnasio Nacional de San José, donde buscará mostrar todo su repertorio, incluida su poderosa derecha, que ya sea en gancho o en uppercut, es veneno puro para cualquiera.
Originario de la provincia de Limón, en el Caribe costarricense, Davies nació en un humilde barrio donde desde pequeño anduvo en malos pasos, según ha confesado a la prensa local.
Su promisoria carrera ya le ha deparado patrocinadores importantes que lo apoyarán a tener entrenamientos y peleas en el exterior, un salario fijo, un vehículo último modelo, una casa y varias comodidades más.
En septiembre pasado el costarricense viajó a Estados Unidos, donde durante dos semanas sirvió de sparring (compañero de entrenamiento) del ruso Sultan Ibragimov, campeón mundial de los pesados de la Organización Mundial de Boxeo (OMB) quien, quizá, en alguna ocasión, se convierta en su contrincante.
En febrero pasado Davies recibió una "cuenta de protección", pero no fue en un cuadrilátero, sino en un juzgado, pues una mujer colombiana lo denunció por violación.
La sombra de su oscuro pasado se asomaba de nuevo. Davies, quien sostuvo que era inocente, temía enfrentarse otra vez a la cárcel, ese durísimo rival que lo tuvo diez años contra las cuerdas, pero que no logró derrotarle.
En esta ocasión, una nueva condena habría significado el fin de su carrera deportiva, y estando tan cerca de alcanzar su meta de pelear por un título mundial.
Pero para dicha de Davies, quien pasó unos días en prisión preventiva, la mujer cambió la versión de los hechos y la Justicia le liberó de todos los cargos. De inmediato continuó con su entrenamiento con el cinturón mundial en el horizonte.
El pugilista defendió su inocencia y aseguró que fue víctima de un "montaje" de la colombiana, aparentemente una prostituta a la caza del dinero que él había ganado en los últimos meses.
Los especialistas del boxeo consideran que Davies, conocido como 'La Pantera', por su fiereza, o 'El Hino', en alusión a un vehículo todoterreno, cuenta con el potencial suficiente para convertirse en campeón del mundo, pero antes debe seguir mejorando su técnica, pues el físico necesario ya lo tiene.
El boxeador, quien parece tímido ante las cámaras pero que se transforma en el cuadrilátero, continúa firme en su ruta hacia el título y a la espera de rivales de mayor nivel, pues en Latinoamérica no ha encontrado a nadie que le aguante más de cuatro asaltos, con un par de contadas excepciones.
Con su implacable mano derecha, Davies ha despertado el interés por el boxeo en Costa Rica, un país que no destaca en este deporte, como sí lo hacen sus vecinos Panamá y Nicaragua, pero que mira de cerca el desarrollo de su sufrido gigante.
Davies necesita olvidad su pasado y pensar en el futuro
Carl Davies, un gigante de dos metros de estatura y poseedor de un físico que intimida a cualquier rival, es considerado el máximo exponente del boxeo de Costa Rica, y quizá, el mejor en la historia del país en su categoría.
El pugilista se ha puesto como meta ser campeón mundial, una idea que nació a sus 18 años cuando ingresó a la prisión para cumplir una condena de diez años por violación, la cual terminó en 2003, año en que comenzó su carrera profesional.
En su encierro, el gigante de ascendencia afrocaribeña comenzó a entrenarse a diario y hoy, a sus 33 años, ve como su esfuerzo y convicción se reflejan en un récord profesional invicto de 23 peleas, diecinueve de ellas ganadas por la vía del sueño.
Davies se ubica entre los primeros veinte del ránking de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) y, según su promotor, es posible que con cuatro o cinco peleas más esté preparado para pelear por el título mundial, a finales de este año o principios de 2009.
Su próximo escollo es el panameño Luis El Leñador Pineda, a quien enfrentará el 19 de abril en el Gimnasio Nacional de San José, donde buscará mostrar todo su repertorio, incluida su poderosa derecha, que ya sea en gancho o en uppercut, es veneno puro para cualquiera.
Originario de la provincia de Limón, en el Caribe costarricense, Davies nació en un humilde barrio donde desde pequeño anduvo en malos pasos, según ha confesado a la prensa local.
Su promisoria carrera ya le ha deparado patrocinadores importantes que lo apoyarán a tener entrenamientos y peleas en el exterior, un salario fijo, un vehículo último modelo, una casa y varias comodidades más.
En septiembre pasado el costarricense viajó a Estados Unidos, donde durante dos semanas sirvió de sparring (compañero de entrenamiento) del ruso Sultan Ibragimov, campeón mundial de los pesados de la Organización Mundial de Boxeo (OMB) quien, quizá, en alguna ocasión, se convierta en su contrincante.
En febrero pasado Davies recibió una "cuenta de protección", pero no fue en un cuadrilátero, sino en un juzgado, pues una mujer colombiana lo denunció por violación.
La sombra de su oscuro pasado se asomaba de nuevo. Davies, quien sostuvo que era inocente, temía enfrentarse otra vez a la cárcel, ese durísimo rival que lo tuvo diez años contra las cuerdas, pero que no logró derrotarle.
En esta ocasión, una nueva condena habría significado el fin de su carrera deportiva, y estando tan cerca de alcanzar su meta de pelear por un título mundial.
Pero para dicha de Davies, quien pasó unos días en prisión preventiva, la mujer cambió la versión de los hechos y la Justicia le liberó de todos los cargos. De inmediato continuó con su entrenamiento con el cinturón mundial en el horizonte.
El pugilista defendió su inocencia y aseguró que fue víctima de un "montaje" de la colombiana, aparentemente una prostituta a la caza del dinero que él había ganado en los últimos meses.
Los especialistas del boxeo consideran que Davies, conocido como 'La Pantera', por su fiereza, o 'El Hino', en alusión a un vehículo todoterreno, cuenta con el potencial suficiente para convertirse en campeón del mundo, pero antes debe seguir mejorando su técnica, pues el físico necesario ya lo tiene.
El boxeador, quien parece tímido ante las cámaras pero que se transforma en el cuadrilátero, continúa firme en su ruta hacia el título y a la espera de rivales de mayor nivel, pues en Latinoamérica no ha encontrado a nadie que le aguante más de cuatro asaltos, con un par de contadas excepciones.
Con su implacable mano derecha, Davies ha despertado el interés por el boxeo en Costa Rica, un país que no destaca en este deporte, como sí lo hacen sus vecinos Panamá y Nicaragua, pero que mira de cerca el desarrollo de su sufrido gigante.
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