El ex campeón del mundo de peso pesado, Mike Tyson, que alguna vez fue calificado como "El hombre más malo del mundo," no quiere inmiscuirse en ningún conflicto en su primera visita a África.
Tyson, quien tuvo una carrera signada por la controversia, incluyendo un período en la cárcel por violación y la tristemente célebre mordida a la oreja de su colega Evander Holyfield, aseguró que ha madurado.
"Me gustaría poder ir a cualquier lugar en donde no haya guerra. Me encantaría ir a Kenia, pero en este momento están teniendo una guerra civil allí," dijo Tyson en una entrevista con Reuters.
Kenia vive un violento conflicto desde las controvertidas elecciones del 27 de diciembre, que dispararon un derramamiento de sangre generalizado entre las distintas tribus y etnias del país.
Cerca de una docena de personas fueron asesinadas el martes, lo que aumentó a 850 el número de víctimas mortales desde la votación.
Tyson está en Sudáfrica para ayudar a incrementar los fondos de caridad para los niños en un banquete de gala en el que también se halla una de las figuras más controvertidas de ese país, Jacob Zuma, quien será el presentador principal del evento.
Zuma, líder del partido ANC de Sudáfrica, también ha tenido problemas con la ley. Fue acusado de violación en el 2006 y en agosto irá a juicio por chantaje, lavado de dinero y otros cargos vinculados con el tráfico de armas.
Las noticias dicen que el hecho de que Zuma reciba a Tyson hizo enfadar a muchos sudafricanos.
Pero el ex boxeador explicó que ya no es un chico malo y no le interesaba más el boxeo, a pesar de haberse ganado el temible título de "Iron Mike" en el cuadrilátero.
Sin embargo, el estadounidense aún pelea con sus demonios.
"Yo soy mi peor enemigo por todo lo que hice," dijo Tyson en una conferencia de prensa antes de la entrevista.
Tyson pasó tres años de prisión en Indiana por las acusaciones de violación en su contra de 1992.
En 1999 fue sentenciado a la cárcel por haber agredido a dos personas después de un accidente de tránsito, mientras que en 2006 fue arrestado por posesión de drogas.
"Me siento tan bien. Sólo estoy contento por ser recordado," declaró el ex campeón del mundo, quien ahora tiene 43 años.
Tyson, quien tuvo una carrera signada por la controversia, incluyendo un período en la cárcel por violación y la tristemente célebre mordida a la oreja de su colega Evander Holyfield, aseguró que ha madurado.
"Me gustaría poder ir a cualquier lugar en donde no haya guerra. Me encantaría ir a Kenia, pero en este momento están teniendo una guerra civil allí," dijo Tyson en una entrevista con Reuters.
Kenia vive un violento conflicto desde las controvertidas elecciones del 27 de diciembre, que dispararon un derramamiento de sangre generalizado entre las distintas tribus y etnias del país.
Cerca de una docena de personas fueron asesinadas el martes, lo que aumentó a 850 el número de víctimas mortales desde la votación.
Tyson está en Sudáfrica para ayudar a incrementar los fondos de caridad para los niños en un banquete de gala en el que también se halla una de las figuras más controvertidas de ese país, Jacob Zuma, quien será el presentador principal del evento.
Zuma, líder del partido ANC de Sudáfrica, también ha tenido problemas con la ley. Fue acusado de violación en el 2006 y en agosto irá a juicio por chantaje, lavado de dinero y otros cargos vinculados con el tráfico de armas.
Las noticias dicen que el hecho de que Zuma reciba a Tyson hizo enfadar a muchos sudafricanos.
Pero el ex boxeador explicó que ya no es un chico malo y no le interesaba más el boxeo, a pesar de haberse ganado el temible título de "Iron Mike" en el cuadrilátero.
Sin embargo, el estadounidense aún pelea con sus demonios.
"Yo soy mi peor enemigo por todo lo que hice," dijo Tyson en una conferencia de prensa antes de la entrevista.
Tyson pasó tres años de prisión en Indiana por las acusaciones de violación en su contra de 1992.
En 1999 fue sentenciado a la cárcel por haber agredido a dos personas después de un accidente de tránsito, mientras que en 2006 fue arrestado por posesión de drogas.
"Me siento tan bien. Sólo estoy contento por ser recordado," declaró el ex campeón del mundo, quien ahora tiene 43 años.
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