jueves, 19 de noviembre de 2009

Si se hace, habrá fiesta



por Dan Rafael

Cuando (y repetimos: cuando, no si), Manny Pacquiao y Floyd Mayweather Jr. finalmente se encuentren en una pelea, el evento será enorme. Realmente es la pelea que todo el mundo quiere ver. En todo el tiempo que llevo cubriendo este deporte, no recuerdo un combate que haya generado más interés que éste en el mundo, ni siquiera la pelea de campeonato de peso pesado entre Lennox Lewis y Mike Tyson, que llevó años en concretarse.
Cuando sus equipos finalmente se pongan de acuerdo -- debería ser una sencilla división de 50-50, y pueden tirar la moneda para decidir si llamarla Pacquiao-Mayweather o Mayweather-Pacquiao, y también para determinar quién entrará primero y quién será presentado en segundo lugar -- la pelea no sólo establecerá quién es el mejor libra-por-libra del mundo, sino que también determinará quién es el boxeador del siglo, y el ganador tendrá una ventaja respecto del lugar en el que será colocado dentro de la lista de los grandes luchadores de la historia.
Será el duelo supremo entre los dos mejores hombres de este deporte. No es común que los dos mejores boxeadores del mundo peleen en la misma categoría y tengan personalidades tan opuestas.
Por favor, cuando la pelea se concrete (y, nuevamente, aclaramos que se trata de cuándo y no de si), asegurémonos de que no haya un peso acordado.
Mayweather viene peleando en peso welter desde el 2005, aunque no se haya enfrentado a los mejores de la categoría. Aunque Pacquiao solamente ha peleado dos veces en peso welter, es evidente que puede lidiar muy bien con el peso considerando que no perdió ni un segundo ante Oscar de la Hoya antes de retirarlo en ocho rounds, y que dominó a Miguel Cotto durante gran parte de su combate antes de terminarlo con un nocaut técnico en el 12° round.
Pacquiao-Mayweather -- o Mayweather-Pacquiao, si así lo prefieres -- debería disputarse con el límite tradicional de peso welter, 147 libras.
Dicho sea de paso, quienes hayan ido al estadio el sábado pasado para ver Pacquiao-Cotto habrán notado que la atmósfera fue increíble, una de las mejores que he vivido. En gran parte, eso fue gracias al esfuerzo de Top Rank, y especialmente del presidente de la compañía, Todd duBoef, quien gastó mucho dinero (más de US$150,000, según comentó) para levantar un banco de pantallas de 21 pies de altura y 22 pies de largo sobre el ring, en la que la acción y las repeticiones se desplegaron con una calidad excepcional. El MGM Grand Garden Arena tiene grandes pantallas en las cuatro esquinas, pero el cilindro de pantallas que duBoef diseñó para la pelea -- idea que sacó de un reciente recital de U2 -- mejoró mucho la experiencia del público. Y también se lució en el PPV de HBO.
DuBoef también rediseñó la iluminación del estadio, mejoró el sistema de sonido como para un concierto de rock y contrató un excelente disc-jockey que mantuvo al estadio con vida durante la tarjeta, sin mencionar las tremendas presentaciones que Top Rank había producido para las grandes pantallas entre pelea y pelea. DuBoef ha mostrado un verdadero interés en cómo ciertas entidades como el UFC y el WWE han mejorado la experiencia para el público en vivo, y lo está trayendo al boxeo. Ya era hora.
Una rápida reflexión sobre la serie "24/7" de HBO tras la promoción de Pacquiao-Cotto. Creo que el cuarto (y último) episodio fue el mejor de toda la serie. Me gustaron mucho las entrevistas con las figuras de Las Vegas como Wayne Newton y Lance Burton, así como también el perfil de Bob Arum, de Top Rank. Ya era hora de que "24/7" incluyera a los promotores en sus series en lugar de ignorarlos como lo han hecho en todas las otras presentaciones. Una objeción, sin embargo: Por mi parte la toma del trasero de Cotto estuvo demás, aunque las mujeres presentes en el centro de prensa la noche antes de la pelea parecieron disfrutarla.

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