viernes, 23 de enero de 2009

A olvidarse de las distracciones



DAN RAFAEL, ESPN.
En el boxeo, la fuerza mental es tan importante como la fuerza física. Y en el máximo nivel, el enfoque perfecto en una determinada pelea puede ser la diferencia entre la gloria y el fracaso.
Toma, por ejemplo, el próximo encuentro entre el titular de peso welter Antonio Margarito y el ex campeón Shane Mosley, quienes se enfrentarán ante un estadio repleto en el Staples Center este sábado por la noche (HBO, 10 ET) en lo que será el primer mega-combate del 2009.
Éste es un caso especialmente interesante en lo que hace a la concentración de los boxeadores.
Ambos púgiles están bien establecidos con sólidos currículos. Margarito, de 30 años, ha ganado versiones del título en peso welter en tres oportunidades; la última fue el pasado mes de julio cuando detuvo a Miguel Cotto en el 11° round de una emocionante batalla que consolidó su presencia cerca de la cima del deporte.
Mosley, potencial candidato al Salón de la Fama, ha ganado campeonatos en tres divisiones diferentes -- peso liviano, peso welter y mediano junior -- durante el transcurso de su ilustre carrera. A pesar de sus 37 años parece conservar toda su fuerza y viene de noquear al ex campeón Ricardo Mayorga en 12 rounds el pasado mes de septiembre.
¿Pero quién de ellos, Margarito o Mosley, estará más concentrado durante este anticipado duelo, que fue negociado durante más de un año antes de llegar al acuerdo en noviembre?
Ambos bien podrían tener otras cosas en la cabeza.
Tras conquistar a Cotto para ganarse el reconocimiento del mundo entero, Margarito llega a la pelea en un buen momento.
Vaya donde vaya, alguien lo reconoce. En los eventos de boxeo, los medios lo acosan. Ha entrado en el Top-10 en la mayoría de las listas libra-por-libra.
"Ahora, adonde quiera que vaya, parece que todos quieren mi autógrafo, todos quieren tomarse una fotografía conmigo", dijo Margarito. "Creo que cada vez se me acercan más personas y puedes ver mi popularidad reflejada en la venta de boletos. Creo que sin duda he dado otro paso en mi carrera".
En Mosley, Margarito se enfrenta a un adversario quien hace dos peleas cayó ante el hombre que él acaba de vencer, Cotto.
¿Es posible que Margarito, estrenando fama y riqueza frente a un adversario que perdió ante el hombre a quien él acaba de derrotar, esté subestimando a Mosley, al menos un poquito?
Después de todo, Bob Arum, promotor de Top Rank, ya está planeando la próxima pelea de Margarito, una revancha con Cotto en junio.
Margarito (37-5, 27 nocauts) insiste que el triunfo sobre Cotto no se le ha subido a la cabeza y que no está pasando por alto a Mosley (45-5, 38 nocauts) por pensar en la revancha ante Cotto.
"No. Eso nunca me sucederá", dijo Margarito. "No voy a decir que es una pelea fácil. Él tiene mucha experiencia y no voy a subestimarlo en ningún momento. En el ring puede pasar cualquier cosa y voy a estar listo para todo.
"Obviamente, entre pelea y pelea tuve muchas cosas que hacer, mucha gente quería que hiciera cosas. Pero siempre me tomo dos meses (para entrenar) para cada pelea. Siempre lo he hecho. Me alejo de todo durante esos dos meses y sólo me concentro en pelear. Eso no va a cambiar. Cuando llega la hora de entrenar, eso es todo lo que hago, entrenar".
Margarito ni siquiera quiso hablar de su revancha con Cotto, que según Arum se llevará a cabo sea cual fuere el resultado de la pelea del sábado, si es que Cotto gana el 21 de febrero ante Michael Jennings.
"Estoy contento de que la gente esté hablando de mí, de grandes peleas, pero ahora mismo estoy concentrado en Mosley y en ganar esta pelea", dijo Margarito.
Sergio Díaz, quien maneja a Margarito junto con Francisco Espinoza, dijo que comprende porqué algunos creen que Margarito no está pensando únicamente en Mosley, pero no está preocupado.
"Ni un poco", dijo Díaz. "Antonio no subestima a sus adversarios. Cuando peleaba en Telefutura o en HBO, sin importar contra quién, entrenaba muy duro para cada uno de sus adversarios. Después del combate ante Cotto, se tomó unas dos semanas libres y luego volvió al gimnasio. Fue difícil para Antonio llegar aquí y él sabe que quedarse será aún más difícil. Esa es su mentalidad. Quiere trabajar aún más para conservar su posición, de modo que la intensidad, el sparring, el trote por las montañas, fue el mismo de siempre.
"Sabe que no puedes subestimar a alguien como Shane. Mira lo que le hizo Bernard Hopkins a Kelly Pavlik. Se suponía que Bernard era este viejo, pero apareció y le dio una lección. Si no tenemos cuidado y Shane se levanta, bueno, creo que aún tiene mucho en el tanque".
Aunque Margarito se ha preparado bajo mayor escrutinio que nunca por el torrente de atención y fama producto de su triunfo ante Cotto, las potenciales distracciones de Mosley son bastante más personales.
Si Mosley se encuentra distraído de cara a esta pelea, no sería una sorpresa, aunque él insiste que ha bloqueado todo.
Está lidiando con muchas cosas.
Sigue pegado en el escándalo de BALCO tras admitir que consumió sustancias provistas por el deshonrado jefe de BALCO, Victor Conte, antes de su segundo triunfo ante Oscar de la Hoya en septiembre del 2003.
Públicamente, Mosley ha negado una y otra vez haber tenido conocimiento de que las sustancias se trataban de esteroides indetectables conocidos como "the cream" y "the clear". No obstante, en uno de sus testimonios ante el Grand Jury publicado recientemente, Mosley reconoció haberse inyectado EPO, el potenciador de oxígeno en sangre que bien podría ser la razón por la que estaba tan fresco al término de la revancha ante De la Hoya. El testimonio también exhibe a un Mosley preocupado por las sustancias que Conte le había suministrado.
A eso súmale su juicio contra Conte por difamación y no sería absurdo pensar que Mosley tiene la cabeza en otro lado.
Y como constante recordatorio de las implicancias legales de su relación con BALCO, Mosley tenía a su abogado, Judd Burstein, sentado junto a él durante la conferencia de prensa del jueves para atender todas las preguntas sobre su situación.

Pero si BALCO fuera todo...
Mosley también llega a la pelea habiendo despedido a su padre, Jack Mosley, para reemplazarlo con Nazim Richardson como entrenador, quien también entrena a Hopkins.
Mosley dijo que la transición se produjo sin sobresaltos. Es la segunda vez que él y su padre se separan.
"(Richardson) ve muchas cosas diferentes, ve muchos videos, muchas peleas amateurs y profesionales", dijo Mosley. "Así que creo que eso me rejuveneció un poco, me devolvió la vida".
Y todavía hay más. El matrimonio de Mosley está hecho pedazos. Él y su mujer, Jin, con quien tiene tres hijos, han estado teniendo problemas desde hace meses.
Jin Mosley manejó los negocios de Shane por varios años, de modo que su ausencia en la conferencia de prensa fue una clara señal.
Mosley asegura que ninguna de estas cuestiones lo han distraído en su preparación para Margarito. Dijo que el aislamiento del campo de entrenamiento en Big Bear, California, lo mantuvo alejado de todo.
"Me alejé de todo el drama", dijo. "Puse [los problemas] en una caja y cerré la tapa. No pienso en eso. Soy la clase de persona que no presta atención a lo que está pasando ni leo al respecto. Cuando me enfoco en el boxeo, sólo hay lugar para el boxeo. Miro videos, me siento y estiro, la pelea pasa a ser todo y dejo de lado todo el resto.
"La gente quiere sacar el tema y yo ni siquiera escucho. Mi mundo es Margarito, el resto no importa".
Jack Mosley se quedó a un lado durante la conferencia de prensa, pero estuvo presente para apoyar a su hijo, aunque haya sido desplazado del rincón.
"Creo que Shane está muy tranquilo y está manejando todo muy bien más allá de lo que la gente dice", comentó. "Es una persona fuerte. Puede funcionar bajo condiciones adversas. Lo que veo y escucho es que se siente bien y está preparado".

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