viernes, 5 de diciembre de 2008

PACQUIAO CONTRA PACQUIAO, DE ESPN


Al mismo tiempo en que pienso que él siempre ha cometido un error de credibilidad escogiendo a sus rivales, también me queda claro que la noche de este sábado, en el MGM de Las Vegas, Oscar De La Hoya arriesga el prestigio de una gloriosa carrera sobre el cuadrilátero.

Mientras Manny Pacquiao tendrá siempre la excusa de haber subido desmedidamente de peso, De La Hoya no tendrá, en caso de un resultado adverso, una salida cómoda.

Aunque se supone que la pelea seria fácil de pronosticar porque un peso superpluma (130 libras) se mide a un peso welter (147 libras), habrá que entender que se trata de dos de los mejores boxeadores en la historia de este deporte.
De La Hoya más alto. Pacquiao más rápido. De La Hoya más técnico. Pacquiao más agresivo. De La Hoya más experimentado. Pacquiao más joven. De La Hoya y su gancho de izquierda. Pacquiao y su letal upercaut.
Los ejemplos en la historia del boxeo destacan que cuando un boxeador escala de peso de manera exagerada --tal y como sucederá con Pacquiao este sábado-- no tiene resultados muy convincentes. El mejor ejemplo nos debe llevar a las afueras de Paris para aquel sábado 9 de febrero de 1974, cuando el estupendo boxeador cubano-mexicano José Ángel "El Mantequilla" Nápoles escalaba a la división de los medianos para afrontar el legendario argentino Carlos Monzón. "Mantequilla" era un peso welter natural, de gran elegancia, gran pegada y gran nivel, pero cuando le hicieron subir de peso y enfrentar a un rival más alto, sucumbió de forma endeble en siete dramáticos episodios.

Muchos años después y durante un homenaje a boxeadores viejos organizado por el Consejo Mundial de Boxeo, tuve la oportunidad de preguntarle al "Mantequilla" Nápoles si en ese momento pensó que tendría alguna oportunidad de hacerle daño al implacable Monzón. "No...", me dijo. "Yo le tiraba golpes con toda mi fuerza y no le hacían daño. Luego, cuando quería tirarle arriba casi tenia que saltar...".

Los pesos, los tamaños, las divisiones en el boxeo fueran hechas y luego ajustadas para lograr un mayor equilibrio en la peleas. A partir de ese equilibrio, casi sagrado, nacen las grandes peleas y las grandes rivalidades. Es verdad que Pacquiao es un gran boxeador y que tiene elementos de sobra para pelear ante quién él quiera, pero el problema no es el filipino y sus condiciones. El problema es el peso, la división, la barrera, la frontera entre lo que es posible y lo que es ficticio.

Más que Oscar De La Hoya, yo creo que a Manny Pacquiao le va a ganar Manny Pacquiao este sábado.

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