jueves, 6 de noviembre de 2008
Se cierra el telón
Si el mundo entero es un escenario, como sugirió Shakespeare describiendo las siete etapas de la vida del hombre en el mismo monólogo, entonces Joe Calzaghe está listo para el quinto acto --al menos como boxeador.
"Un soldado... buscando la gran reputación, incluso en la boca del cañón", comentó Shakespeare sobre los adultos jóvenes, una etapa de la vida en la que la reputación y el reconocimiento parecen fundamentales, por más efímeros que sean.
Luego viene la justicia, aquella etapa en la que Calzaghe está por ingresar, satisfecho de que sus logros a lo largo de 15 años en el ring hayan consolidado su estatus como uno de los boxeadores más talentosos de su generación.
Por supuesto, ahora tiene una última prueba por superar ante Roy Jones este sábado en el Madison Square Garden, una última aparición en el alcázar del boxeo y luego se retirará. "Repleto de sierras inteligentes e instancias modernas", como hubiera dicho Shakespeare, aunque el vate del boxeo, Hugh McIlvanney del (London) Sunday Times, insistió que "Si Joe Calzaghe considera que [esta pelea] tendrá relevancia en su legado, debe estar pensando en el dinero que podría dejarles de herencia a sus hijos".
El punto de McIlvanney es que Jones se encuentra a años luz de su mejor momento y, esencialmente, la reputación de Calzaghe debería fundarse en lo que ya ha hecho. La 'súper pelea' del sábado tiene un toque de irrelevancia en su significado más allá del beneficio económico.
No es que Calzaghe no se haya preparado para su primer combate en el Garden con mentalidad de soldado, ya que su impecable marca después de 45 peleas es una fuente evidente de orgullo que el extraordinario Joe lleva en el corazón. Una derrota sería una conclusión inadmisible para la carrera de Calzaghe después de tantos años invictos.
Un sábado por la tarde hace poco más de tres semanas en el gimnasio del Newbridge Boxing Club, adonde ha trabajado con la misma modestia a lo largo de sus 11 años de dominio en súper peso mediano y, con retraso, en peso semipesado, estuvo brillante en una sesión de entrenamiento.
La velocidad de sus manos y la fluidez de sus pies, la potencia de sus golpes y la inagotable energía con la que abordaba su trabajo no parecían propias de un hombre que estaba recorriendo el último trecho de su carrera. La llama todavía era fuerte ese día, exactamente como a él le gusta.
"¿Por qué querría seguir haciendo esto si no tuviera nada más que dar, como Evander Holyfield o Muhammad Ali en sus últimas peleas?", dijo en su suite con vista al Central Park de Nueva York esta semana. "Sigo peleando porque todavía tengo algo en el tanque. No quiero seguir si está vacío como hacen algunos boxeadores, lo que es triste.
"En mi corazón, creo que ésta será mi última pelea pero sé que no caeré en la cuenta de que me he retirado hasta dentro de seis, ocho, 10 meses, cuando esté sentado solo en casa pensando, '¿Por qué no estoy peleando?'. No es que esté confundido, es la realidad. Durante meses después de una pelea no hago nada de todas maneras, sólo me quedo en casa y como, bebo y engordo, así que en realidad los próximos seis meses no parecerán muy diferentes.
"El tema es si permaneceré retirado o si el dinero o algún desafío me tentarán para que vuelva. Sé que hay otras cosas que podré hacer con mi vida, como trabajo en TV, tal vez algo de actuación y tengo Calzaghe Promotions, pero quién sabe si volveré al ring más adelante. Recién lo sabré cuando llegue el momento".
Especialmente en los últimos tres años, Calzaghe ha demostrado la clase de campeón que siempre ha sido: digno, dedicado, ambicioso, humilde e inflexible. Fue enorme aquellas noches en las que expuso a Jeff Lacy, quien era el favorito, y resistió la potencia y quebró la voluntad de Mikkel Kessler, y debemos ver su bajo rendimiento ante Bernard Hopkins bajo una nueva perspectiva después del despliegue magistral de Hopkins ante Kelly Pavlik.
La paternidad sin duda tuvo menos influencia en el declive de Hopkins durante los últimos dos tercios de la pelea que la ética de trabajo de Calzaghe, su ritmo prodigioso y su voluntad de ganar. Hopkins se sintió abatido y se conformó con sobrevivir, pero no Calzaghe.
"La pelea de Hopkins ante Pavlik, en la que anuló a Pavlik por completo, y su combate con Joe demuestran que si no eres un boxeador increíblemente activo, Hopkins siempre te vencerá", dijo Sylvester Stallone, quien estaba en primera fila en Calzaghe-Hopkins, a ESPN.com. "Con Hopkins no puedes ser holgazán ni dudar de ti mismo, y Joe no duda de sí mismo. Deja salir su ritmo, su corazón, su furia y se mantuvo un paso adelante de Hopkins, quien eventualmente se entregó y estaba exhausto.
"La arrogancia estadounidense en el pugilismo ha llegado a su fin. Por cada buen boxeador estadounidense, hoy en día tienes ocho o nueve buenos boxeadores de otros países. Joe hubiera tenido éxito en cualquier época. Es como uno de esos boxeadores clásicos de los años '40, un Fritzie Zivic, quien podía trabajar cómodo 15 rounds, y no tenía que noquearte con un golpe poderoso porque estaba en increíbles condiciones físicas.
"Se quedará allí y te dará una paliza con un estilo poco ortodoxo, que no se ha visto en los Estados Unidos en mucho tiempo, de modo que fue subestimado porque en EE.UU. todo el mundo espera golpes sordos, estruendos, golpes pulverizadores --supuestamente eso es lo que te hace un hombre rudo. No es verdad. Joe se pone en los dientes del fuego durante más tiempo para alcanzar su meta y eso es tener agallas. Sin duda es uno de los mejores boxeadores de su generación".
Tal vez si hubiera podido ganar todos los títulos de peso súper mediano antes, el reconocimiento de su valor no se hubiera hecho esperar tanto, pero el culpable aquí es la política del boxeo.
Si Calzaghe hubiera tenido la oportunidad de enfrentarse al alemán Sven Ottke, no lo habría pensado dos veces y cualquiera que haya visto a Ottke pelear, no tendrá dudas de sus respectivas calidades.
Ahora Calzaghe está cerca del telón final en el escenario más famoso del boxeo. Shakespeare escribió que "la última escena de todas (...) cae en el olvido". Como boxeador, al menos, Calzaghe siempre ha estado un paso adelante. Como intelectual, tal vez lo sabremos dentro de un año.
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