A la hora de evaluar el prestigio de los organismos mundiales es habitual fijarse quienes son los campeones para calcular el valor de sus cinturones. Ellos son los máximos referentes de la entidad y los que reciben el reconocimiento como los mejores del mundo.
Por eso, quienes realmente desean trascender y dejar su marca en la historia del boxeo, buscan una oportunidad por las cuatro coronas más importantes y descartan los otros títulos de papel que se ofrecen por el simple pago de una sanción.
Es entonces compromiso de los máximos dirigentes mantener el nivel de sus campeones a través del respeto por la calidad de sus retadores.
En octubre último, el presidente del Consejo Mundial de Boxeo, José Suliamán pidió disculpas públicamente porque su entidad le dio una chance mundialista al francés Franck Gorjux frente a Cristian Mijares. ¨Oponentes como el francés denigran al organismo¨, reconoció el mandamás mexicano en un verdadero acto de sinceridad y arrepentimiento, para luego afirmar de manera lapidaria: ¨Gorjux no le sirvió ni de costal a Mijares¨.
El reconocimiento del error habla de una enorme honestidad de gestión. Pero no basta con aceptar las equivocaciones, sino que hay que lograr que no se repitan. Y esto es extensivo a las cuatro entidades más importantes.
En un rápido análisis de los campeonatos mundiales posteriores se pueden advertir otros retadores que tampoco estuvieron a la altura de las circunstancias.
Un mes después de la pelea Mijares-Gorjux, el CMB le otorgó una oportunidad a Roberto Leyva, quien había ganado solamente en dos de sus últimas cinco presentaciones. Tras 3 derrotas en igual cantidad de presentaciones en dos años, Leyva venció a dos boxeadores con records negativos y accedió a retar a Edgar Sosa. El titular minimosca lo despachó en cuatro episodios.
El siguiente retador de Sosa fue Jesus Iribe, cuyo nivel tampoco ameritaba pelear por un cinturón verde y oro.
Recientemente, el colombiano Feider Viloria, tampoco sin mayores méritos, tuvo una chance por el cetro interino pluma CMB. Chololo Larios no tuvo inconvenientes para vencerlo, como tampoco los hubiera tenido Jorge Linares ni cualquiera de los otros campeones pluma.
Igualmente, por suerte, ninguna de esos retadores hizo un papel tan pobre como Gorjux.
La AMB le permitió defender a Anthony Mundine con el argentino José Clavero, quien llegó a la pelea mundialista sin haber ganado en sus anteriores tres presentaciones. También accedieron a que el australiano defienda contra sus compatriotas Nader Hamdan (quien también llegaba de perder) y Sam Soliman (a quien Mundine ya había vencido dos veces).
Mundine renunció a su corona cuando la entidad lo emplazó a defender contra el retador mandatorio Mikkel Kessler.
La OMB por su parte, le otorgó una oportunidad a DeAndrey Abron, quien nunca se había medido con un rival de jerarquía, para que enfrentara a Zsolt Erdei. Tampoco acreditaba méritos suficientes Iván Pozo para combatir ante el sólido campeón mosca Omar Narváez.
Del mismo modo la FIB consintió que el tailandés Fahsan 3K Battery, quien nunca ganó fuera de su país, retara a Steve Molitor por el cetro super gallo. Lo mismo sucedió con Bert Batawang, quien se midió, obviamente sin suerte, con el titular minimosca Ulises Solís.
Tampoco parecía tener méritos Elvin Ayala a la hora de retar a Arthur Abraham por el cetro mediano.
Afortunadamente, estos casos de chances inmerecidas son las excepciones, pero la tendencia parece mantenerse.
Próximamente, el sólido titular gallo del CMB, Hozumi Hasegawa va a defender su corona contra el uruguayo Cristian Faccio, quien fabricó su campaña con mediocres boxeadores argentinos y que perdió cada vez que salió de su país.
Es una alegría que haya vuelto la actividad a Uruguay y que se haya estrechado su vínculo con el CMB, no obstante parece que el público charrua deberá esperar para ver coronarse a su primer campeón mundial.
También tendrá otra chance en la FIB Javier Álvarez frente a Cassius Baloyi. Se sabe de la voluntad del argentino y que seguramente hará un digno desempeño. Pero evidentemente, esta oportunidad le cae del cielo a un boxeador que ganó solamente dos combates desde 2006.
Ojalá Faccio y Álvarez logren el milagro y sorprendan al mundo, solamente así demostrarán que merecían combatir por un campeonato mundial.
Este cronista ni se molesta en enumerar los infinitos casos de indeseables retadores a otros cinturones erróneamente llamados ¨mundialistas¨, ya que la lista sería enorme. La única finalidad de esos ¨organismos¨ es justamente albergar a aquellos boxeadores que no tienen la jerarquía suficiente para pelear por cinturones serios y con historia como los que ofrecen la AMB, CMB, OMB o FIB.
Tampoco entra en el análisis el poco riguroso ¨título¨ que entrega la revista The Ring, cuyo único objetivo de darle propaganda a su publicación en las peleas más destacadas.
Es necesario que los organismos sean exigentes con los campeones para que enfrenten a los retadores obligatorios. Y que esos contendientes lleguen con un historial calificado y/o tras haberse eliminado con otro alto clasificado.
Obviamente este no es un trabajo fácil y exige una calificada confección de los rankings.
Muchos podrán decir, y tendrán razón en algunos casos, que los retadores mencionados en este artículo tuvieron prestaciones aceptables. Lo más grave es justamente eso: que un boxeador sin grandes antecedentes y sin roce internacional ponga en aprietos al dueño del cinturón.
Si se sube el nivel de los aspirantes, lógicamente en el futuro los campeones serán más respetados. Y eso hará que las fajas y sus poseedores incrementen su respeto y reconocimiento, que es algo que el boxeo mundial necesita.
Por eso, quienes realmente desean trascender y dejar su marca en la historia del boxeo, buscan una oportunidad por las cuatro coronas más importantes y descartan los otros títulos de papel que se ofrecen por el simple pago de una sanción.
Es entonces compromiso de los máximos dirigentes mantener el nivel de sus campeones a través del respeto por la calidad de sus retadores.
En octubre último, el presidente del Consejo Mundial de Boxeo, José Suliamán pidió disculpas públicamente porque su entidad le dio una chance mundialista al francés Franck Gorjux frente a Cristian Mijares. ¨Oponentes como el francés denigran al organismo¨, reconoció el mandamás mexicano en un verdadero acto de sinceridad y arrepentimiento, para luego afirmar de manera lapidaria: ¨Gorjux no le sirvió ni de costal a Mijares¨.
El reconocimiento del error habla de una enorme honestidad de gestión. Pero no basta con aceptar las equivocaciones, sino que hay que lograr que no se repitan. Y esto es extensivo a las cuatro entidades más importantes.
En un rápido análisis de los campeonatos mundiales posteriores se pueden advertir otros retadores que tampoco estuvieron a la altura de las circunstancias.
Un mes después de la pelea Mijares-Gorjux, el CMB le otorgó una oportunidad a Roberto Leyva, quien había ganado solamente en dos de sus últimas cinco presentaciones. Tras 3 derrotas en igual cantidad de presentaciones en dos años, Leyva venció a dos boxeadores con records negativos y accedió a retar a Edgar Sosa. El titular minimosca lo despachó en cuatro episodios.
El siguiente retador de Sosa fue Jesus Iribe, cuyo nivel tampoco ameritaba pelear por un cinturón verde y oro.
Recientemente, el colombiano Feider Viloria, tampoco sin mayores méritos, tuvo una chance por el cetro interino pluma CMB. Chololo Larios no tuvo inconvenientes para vencerlo, como tampoco los hubiera tenido Jorge Linares ni cualquiera de los otros campeones pluma.
Igualmente, por suerte, ninguna de esos retadores hizo un papel tan pobre como Gorjux.
La AMB le permitió defender a Anthony Mundine con el argentino José Clavero, quien llegó a la pelea mundialista sin haber ganado en sus anteriores tres presentaciones. También accedieron a que el australiano defienda contra sus compatriotas Nader Hamdan (quien también llegaba de perder) y Sam Soliman (a quien Mundine ya había vencido dos veces).
Mundine renunció a su corona cuando la entidad lo emplazó a defender contra el retador mandatorio Mikkel Kessler.
La OMB por su parte, le otorgó una oportunidad a DeAndrey Abron, quien nunca se había medido con un rival de jerarquía, para que enfrentara a Zsolt Erdei. Tampoco acreditaba méritos suficientes Iván Pozo para combatir ante el sólido campeón mosca Omar Narváez.
Del mismo modo la FIB consintió que el tailandés Fahsan 3K Battery, quien nunca ganó fuera de su país, retara a Steve Molitor por el cetro super gallo. Lo mismo sucedió con Bert Batawang, quien se midió, obviamente sin suerte, con el titular minimosca Ulises Solís.
Tampoco parecía tener méritos Elvin Ayala a la hora de retar a Arthur Abraham por el cetro mediano.
Afortunadamente, estos casos de chances inmerecidas son las excepciones, pero la tendencia parece mantenerse.
Próximamente, el sólido titular gallo del CMB, Hozumi Hasegawa va a defender su corona contra el uruguayo Cristian Faccio, quien fabricó su campaña con mediocres boxeadores argentinos y que perdió cada vez que salió de su país.
Es una alegría que haya vuelto la actividad a Uruguay y que se haya estrechado su vínculo con el CMB, no obstante parece que el público charrua deberá esperar para ver coronarse a su primer campeón mundial.
También tendrá otra chance en la FIB Javier Álvarez frente a Cassius Baloyi. Se sabe de la voluntad del argentino y que seguramente hará un digno desempeño. Pero evidentemente, esta oportunidad le cae del cielo a un boxeador que ganó solamente dos combates desde 2006.
Ojalá Faccio y Álvarez logren el milagro y sorprendan al mundo, solamente así demostrarán que merecían combatir por un campeonato mundial.
Este cronista ni se molesta en enumerar los infinitos casos de indeseables retadores a otros cinturones erróneamente llamados ¨mundialistas¨, ya que la lista sería enorme. La única finalidad de esos ¨organismos¨ es justamente albergar a aquellos boxeadores que no tienen la jerarquía suficiente para pelear por cinturones serios y con historia como los que ofrecen la AMB, CMB, OMB o FIB.
Tampoco entra en el análisis el poco riguroso ¨título¨ que entrega la revista The Ring, cuyo único objetivo de darle propaganda a su publicación en las peleas más destacadas.
Es necesario que los organismos sean exigentes con los campeones para que enfrenten a los retadores obligatorios. Y que esos contendientes lleguen con un historial calificado y/o tras haberse eliminado con otro alto clasificado.
Obviamente este no es un trabajo fácil y exige una calificada confección de los rankings.
Muchos podrán decir, y tendrán razón en algunos casos, que los retadores mencionados en este artículo tuvieron prestaciones aceptables. Lo más grave es justamente eso: que un boxeador sin grandes antecedentes y sin roce internacional ponga en aprietos al dueño del cinturón.
Si se sube el nivel de los aspirantes, lógicamente en el futuro los campeones serán más respetados. Y eso hará que las fajas y sus poseedores incrementen su respeto y reconocimiento, que es algo que el boxeo mundial necesita.
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