miércoles, 11 de junio de 2008

De La Hoya cuenta sus verdades


En el ocaso de sus carreras o retirados, muchos boxeadores acaparan titulares porque se declaran en bancarrota o tienen problemas con la justicia.
Oscar De La Hoya es un caso singularmente diferente: un deportista con buenos instintos para los negocios, que no se mete en líos.
Su empresa promotora, Golden Boy Promotions, se ha convertido en un emporio ascendente y el dinero le sobra para vivir con holgura.
De La Hoya planea colgar los guantes al final de este año y con la publicación esta semana de su autobiografía le está dando repaso a una trayectoria en la que sobresalen la conquistas de títulos mundiales en seis divisiones diferentes y una medalla de olímpica de oro.
Se trata de Un Sueño Americano, en la que el estadounidense de origen mexicano habla sobre su carrera en el boxeo, sus negocios, su familia y su paso por la música.
La razón es para que la gente sepa la verdad sobre cómo se ha desarrollado mi vida, no solo como boxeador, sino como persona, dijo De La Hoya el miércoles en una conversación telefónica con la AP. La mía ha sido una carrera brillante, pero también difícil.
El público se dice que el Golden Boy lo tiene todo, pero soy una persona como todos. Este libro puede ser una inspiración para mucha gente, desde que el limpiaplatos en un restaurante hasta alguien que trabaja en Wall Street, añadió.
Golden Boy Promotions no sólo se dedica al manejo de boxeadores y la presentación de veladas. La empresa acaba de adquirir un parte minoritaria del Houston Dynamo, club de la MLS del fútbol de Estados Unidos.
De La Hoya aseguró que su éxito en los negocios se debió a una fórmula muy sencilla: Me rodeé de gente mas inteligente que yo, gente que no es parte de la comunidad boxística.
Lo hice con gente que no sabe nada del boxeo... y me han ayudado a tomar buenas decisiones, sobre negocios e inversiones.
También da un ejemplo a sus propios colegas de profesión. Quiero que vean mi carrera. Si Oscar lo hizo, yo lo puedo hacer también.
En el apogeo de su carrera, De La Hoya llegó a decir que quería retirarse joven y estudiar para recibirse como arquitecto.
Se retira a los 35 años, pero lo de la arquitectura no se ha concretado. Eso no significa que ha renunciado al objetivo, pese a las responsabilidades con su empresa.
La arquitectura es una de mis pasiones y sigue siendo un sueño mío, contó. No sería tan complicado (estudiar). Tengo gente capacitaad que puede manejar la compañía.
Lo que no tiene del todo despejado es el rival que enfrentará en septiembre ahora que se frustró su revancha con Floyd Mayweather hijo porque éste anunció súbitamente su retiro la semana pasada.
Según De La Hoya, el adversario tiene que ser un campeón, uno de los mejores. Se trata de una lista en la que sobresalen los nombres de Miguel Cotto, Manny Pacquiao y Ricky Hatton.
En su libro, De La Hoya aborda también su breve incursión en la música --su disco en el 2000 recibió una nominación de los premios Grammy-- y su matrimonio con la cantante puertorriqueña Millie Corretjer.
Alguna posibilidad de retomar la carrera musical? De La Hoya lo descartó, diciendo que se trata de una etapa que ya pasó. En mil años pensé que lo iban a nominar a un Grammy. Ahora la única música que hago ahora es en la ducha.
El libro también cuenta el momento cuando su esposa le hizo saber que iban a tener su segundo hijo. Fue arriba del tinglado tras la pelea que perdió el año pasado ante Mayweather.
Yo estaba triste en el entarimado y la noticia del embarazo me quitó la tristeza de inmediato, relató. El hijo ahora tiene cinco meses.
Y De La Hoya rebosa admiración por su esposa y la decisión de éste de dejar a un lado su propia carrrera para dedicarse a la familia.
Millie ha sido una bendicion para mí, quiere ser una mamá 100 por ciento. Casi todo lo dejó por mí, dijo.

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