JESÚS MÍNGUEZ
AS.com
Con Kiko Martínez y su Mundial frente a Leo Santa Cruz
corriendo de boca en boca, tres campeonatos de España sirvieron el viernes en
Torrejón de Ardoz de aperitivo. Y los más de 2.000 aficionados que poblaron las
gradas del Jorge Garbajosa no se quedaron con hambre.
Comenzaron viendo remontar a Saúl Tejada un combate en el
Nacional del peso gallo que tenía perdido ante David 'Maravillita' Sánchez. El
'Huracán' de Cembranos (León), curtido en combates por Inglaterra, EE UU,
Canadá o Francia lo pasó mal en el primer asalto, cuando ya sintió el cuero en
su rostro. Pero supo sobrevivir. Sánchez (10-5 ahora) escuchó los aplausos que
jaleaban sus preciosas esquivas, su boxeo de piernas y manos bajas que mamó de
'Maravilla' Martínez y, como un pequeño Rigondeux, se olvidó de que conviene
rematar o te rematan. Una combinación de Tejada, la primera vez que llegó con
peligro, le dejó tocado en el 6º round, y el juez paró el combate.
Cristian Morales exponía su cinturón de campeón de España
del ligero y lo retuvo: decisión unánime (98-93, 98-92 y 96-94). Morales, un
púgil que en sus inicios se marchó a Inglaterra para aprender, tiene un pulso
'british' en su andar sobre el ring. Bien plantado, tranquilo, cerebral y
siempre en la distancia. Antonio Rodríguez 'Chiky', que aceptó el combate por
lesión de Cristian Vélez, es sin embargo fiel a los tatuajes que marcan su
cuerpo: 'Gladiador' y 'Vida loca' se lee. Debía sumar otro: 'Mármol'. Duro como
ese mineral, encajó varios crochet y derechas rectas de Morales que, empeñado
en ganar limpio, sin ensuciarse en el cuerpo a cuerpo y sin castigar abajo, se
llevó el combate. El décimo round fue vibrante, con los dos ya con poco gas y
los golpes silbando desatados.
Cuando Nicolás 'TNT' González sube a un ring (se presentaba
con 16-0 y 11 con fin antes del límite) un runrún que anuncia el KO recorre el
ringside. Pero el campeón tuvo que trabajar muchísimo para no entregar su faja
de campeón nacional del superligero. Ganó a Eloy Iglesias por KOT en el 8º. Fue
entonces cuando el juez, algo precipitadamente, paró el combate. El de Zaragoza
estaba exhausto más que perjudicado, y la decisión se protestó. Antes, Iglesias
había sido listo, había cimbreado bien la cintura apoyándose en las cuerdas,
salió pegando y planteó un gran combate con el de La Cabrera , muy obcecado en
buscar el golpe definitivo olvidándose a veces de las series. Tomó bien los
golpes Iglesias, que fue un dignísimo aspirante.
Más que el aperitivo de Kiko, la noche de Torrejón fue una
gran cena.
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