miércoles, 11 de enero de 2012

"EN EL RING PEGO DURO Y EN CASA SOY CARIÑOSA"



J. Maroto - Costa Rica AS.com

'La Pantera' Gabriels ganó el sábado por KO a la estadounidense Dakota Stone. Revalidó por tercera vez el Título Superwelter de la Organización Mundial de Boxeo. Es la historia de la 'Million Dollar Baby' de Costa Rica.

¿Qué hace una chica como tú en un sitio como éste?
Llegué al boxeo por raíces familiares y por necesidad. Mi padre fue boxeador y futbolista, pero quedó al borde de la ruina por financiar mi carrera como atleta. Nos iban a quitar la casa y me tuve que ir a trabajar a Estados Unidos, a un salón de belleza, para ayudar a pagar las deudas. Ahí fue cuando comenzó todo...

¿En la peluquería?
No, no... en los gimnasios. Cuando regresé a Costa Rica vine pesada y grande. Mi papá me animó a entrenar otra vez. Yo tenía el cuerpo trabajado del atletismo. Había hecho casi todas las disciplinas: los 400 lisos, los 400 vallas, la jabalina, el disco. Fui campeona nacional, pero la falta de apoyos económicos nos llevaron a la bancarrota. Me marché al salón de belleza y cuando regresé me puse los guantes y hasta hoy.

Entonces, ¿empezó muy tarde con el boxeo?
Mi primera pelea profesional me llegó a los 24 años y el próximo sábado cumpliré 29. No tuve ayuda profesional, un fisioterapeuta y un nutricionista, hasta los 26 años.

Le va bien: catorce combates y trece victorias por KO.
Primero gané el título mundial del peso welter, en Nicaragua, contra la argentina Zapata. Lo pasé muy mal para dar los 66 kilos en la báscula. Sólo comía atún en agua y pescado hervido, sin sal. El día del pesaje me desmayé. Pero gané la pelea. Luego renuncié al título para cambiar al superwelter, a los 70 kilos. Gané el título a la dominicana Peña, en 22 segundos y con doce golpes. Luego he hecho tres defensas, dos contra Pérez, de México, y la del sábado frente a Dakota.

¿Es cierto que a Peña le fracturó la mandíbula con un gancho y que a Pérez la mandó al hospital tras el combate en San José?
No fue a Gardy Peña en la defensa del título, sino a su hermana Wandy. Ese combate duró siete segundos. Los dos cruces con Pérez fueron duros, y entre uno y otro a mí me rompieron la nariz haciendo guantes. El boxeo es un deporte noble, pero pasan estas cosas.

¿Cómo es un día en la vida de Hanna Gabriels?
Me levanto a las cinco de la mañana. Paso una hora dándole gracias a Dios por lo que me ha regalado, rezando. Luego voy a correr una hora. Después hago pulmones en la piscina. Ya por la tarde hago guantes y entrenamiento técnico. Además atiendo a los eventos que tengo contratados con mis patrocinadores y saco tiempo para mis estudios.

¿Qué estudia?
Estudio Fisioterapia en la Universidad de Santa Paula. Mi sueño es destinar el dinero que me pueda dar el boxeo en levantar una clínica para ayudar a los que no se pueden costear un tratamiento. El boxeo es una herramienta para metas mayores.

¿Tiene más aspiraciones?
Sí, muchas ilusiones. Aunque en el ring me fajo y pego duro, en casa soy muy femenina y cariñosa. Me gusta lucir bien y me apasionan la moda y el diseño. Y también otros proyectos como el turismo, tan importante para Costa Rica. No es bueno poner todos los huevos en la misma canasta.

¿Y saca tiempo para su novio o él se queja?
No se queja. Entrenamos juntos muchas veces. Bryan también es boxeador. En el combate contra Dakota me asistió en mi esquina junto a mi entrenador, Obando.

¿No le parece que su imagen rompe con el estereotipo del boxeo?
Y me alegro por ello porque me siento querida y seguida en mi país. Especialmente por los niños y los jóvenes, y quiero ser un buen ejemplo porque así me lo va a reclamar Dios. Si rompo con la imagen de brutalidad, mafia y violencia que equivocadamente lleva aparejada este deporte, ya habré conseguido bastante.

¿Tiene ídolos?
En el boxeo Sugar Ray Robinson y en la vida, mi papá.

¿Qué le pareció el 'combate del siglo': el Pacquiao-Márquez?
Fue un robo, sinceramente. Me duele que ese combate deje una mancha sobre el boxeo.

¿Qué planes tiene ahora?
Me encantaría ir a España, la verdad. Querría pelear allí porque estoy segura que sería como hacerlo en mi país.

¿Su historia le recuerda a la de Million Dollar Baby?
La parte de la superación sí. Mi historia tendrá un final feliz, con la ayuda de Dios.

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