viernes, 19 de febrero de 2010

George Edward Foreman: Historia de Éxito


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George Edward Foreman, (Texas, 10 de enero de 1949) fue boxeador estadounidense, dos veces campeón del mundo en la categoría peso pesado. Apodado Big George se convirtió en un exitoso hombre de negocios y un reputado reverendo de su propia iglesia.
Foreman nació en Marshall, Texas. Durante su juventud, tuvo constantes desencuentros con la ley. Más tarde, se instaló en Oregon donde fue conocido por su actitud beligerante, empezando a frecuentar gimnasios de combate de la zona. A los 19 años, consiguió la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de México 1968. Cuando estuvo recogiendo la medalla y con la bandera estadounidense en la mano, un pequeño grupo de atletas afroamericanos lo silbaron por considerarlo un traidor de la causa afroamericana. Otros, especialmente la comunidad conservadora, aclamaron su comportamiento en una época de confrontación racial en los Estados Unidos.
Se convirtió en profesional en 1969, Su debut no pudo ser mejor ganando por K.O. a Donald Walheim en tres asaltos enNueva York. Tuvo un total de 13 combates ese año, todos con victoria y 11 de éstos consiguiendo el K.O. del contrario. El más impresionante, el triunfo ante Cookie Wallace, en tan solo 23 segundos.
En 1970, siguió su carrera victoriosa con 12 combates con un balance de 12 triunfos, 11 de ellos por K.O.. Algunos de ellos de tanta envergadura como Gregorio Peralta, George Chuvalo, Charlie Polite o Boone Kirkman. Una racha que siguió en 1971 (7 victorias de siete combates). Así fue como Foreman se convirtió en uno de los máximos aspirantes a conseguir el título mundial del WBA y del WBC.
Y esa oportunidad llegó el 22 de enero de 1973, cuando se enfrentó al campeón de los pesos pesados Joe Frazier enKingston, Jamaica. El combate no tuvo historia ya que Foreman tumbó en seis ocasiones al campeón en los dos primeros asaltos, luego de levantarse de la sexta caida, Frazier estaba conmocionado por el castigo que estaba recibiendo y el arbitro detuvo el combate. A partir de ahí, Foreman se convirtió en campeón, pero con la imagen durante todo este tiempo de un tipo agresivo, y como el ejemplo del campeón antisocial. Eran frecuentes sus desplantes, especialmente ante la prensa.
A pesar de todo, Foreman defendió el título en un par de ocasiones antes de perderlo por primera vez. El primer combate sería en Tokio contra el púgil puertorriqueño José King Roman. Un combate que no tuvo historia, ya que Foreman se deshizo de él en tan solo 55 segundos, el K.O. más rápido en la historia entre aspirante y campeón. El siguiente, sobre el papel, tenía que ser más complicado. En Caracas, Big George se enfrentó con Ken Norton, un notable boxeador que tenía entre sus méritos el haber roto la mandíbula nada más ni nada menos que a Muhammad Ali y haberle ganado por puntos un año antes. De todas maneras, Norton no fue el mismo ante Foreman en Caracas. El texano se despachó a gusto con el rival en tan solo dos asaltos. Durante ese tiempo, se consideró a Foreman como un portento físico y uno de los más grandes púgiles de la historia de este deporte.
Pero su reinado se acabó en 1974. En el verano de ese año, Foreman se desplazó a Kinshasa (Congo (antes Zaire), donde debería combatir con Muhammad Ali, en uno de los legendarios combates de la historia del boxeo. Durante uno de los entrenamientos, Foreman sufrió un corte en un ojo, lo que le obligó a posponer el combate un mes más. Durante ese tiempo, Ali se dedicó a autopublicitarse y a buscar popularidad entre la población del Zaire, lo que dejó a Foreman la figura de antihéroe en este combate. Finalmente, Ali y Foreman se encontraron en el ring el 30 de octubre de 1974.
Allí se encontraban un aspirante de 32 años pero con tremendo carisma (Ali) y el campeón aún imbatido (Foreman). El primer asalto fue por los cauces que todos esperaban. Ali, con su movimiento de piernas característico bailaba alrededor de Foreman. Pero a mediados del primer asalto, Ali se fue a las cuerdas y Big Georgealcanzaba con demasiada facilidad el cuerpo del ex campeón del mundo. Todo el mundo empezaba a pensar lo peor mientras que el entrenador de Ali, Ángelo Dundee no paraba de gritar a Ali para que no cometiera locuras.
De todas maneras y a pesar de los golpes, la resistencia de Ali ante los golpes del campeón era prodigiosa. Todo ello en medio de un Estadio Nacional de Kinshasha totalmente volcado a favor del aspirante y gritando “¡Alí bomayé! ¡Alí bomayé!” (“¡Alí, mátalo!”). A medida que iban pasando los rounds, la confianza y la fuerza de Foreman fue mermando ante la esperanza de un K.O. que no acababa de llegar. A todo ello se añadía, los actos cómicos de Ali y los improperios que lanzaba a Foreman en los descansos desde el rincón. Hasta que en el octavo asalto, Ali consiguió esquivar un último arsenal de golpes del campeón para empezar su contraataque. Una serie de imparables golpes envían a Foreman a las cuerdas, que evitaron su caída. Una izquierda en uppercut y una derecha recta inapelable, no pudieron evitar que Foreman se fuera a la lona. El bombardero de Texas era más fuerte que Ali. Pero Muhamad Ali supo jugar sus cartas en Kinshasha mejor que el sureño.
En 2007, y en las memorias de Foreman tituladas “God in my corner” (Dios en mi esquina), el púgil asegura que fue drogado antes del comienzo de la pelea frente a Alí. El ex campeón explica que antes de que comenzara el combate, su preparador le dio a beber agua con sabor a medicina y que subió al ring con ese sabor en la boca.
En 1994, llega el nuevo renacer de Foreman ante una nueva posibilidad de combatir como aspirante al título. Michael Moorer ganó a Holyfield en la lucha por el cinturón mundial de la IBF y la WBA. Foreman fue rechazado como aspirante por su edad y más después de su reciente derrota ante Morrison. Pero el texano consiguió que la justicia estadounidense le diera la razón por un caso de discriminación.
El combate tuvo lugar el 5 de noviembre en Las Vegas, Nevada. Durante los primeros nueve rounds, Moorer movió y golpeó a Foreman con facilidad. Pero en el décimo, probó toda suerte de golpes hasta que una derecha envió a Moorer a la lona. Foreman volvía a ser campeón. Entre vítores y aplausos del público, Foreman se fue a la esquina, se arrodilló y empezó a rezar. Con su regreso victorioso, Foreman había batido dos marcas: el luchador más veterano que conseguía el título (45 años) y el púgil que había tardado más entre perder el cinturón y volverlo a recuperar (20 años).
Poco después de su triunfo, Foreman quería luchar contra Mike Tyson. Pero la organización de la WBA quería que luchara primero contra otro aspirante Tony Tucker. Por razones que todavía se desconocen, Foreman rechazó luchar con Tucker y obligó a la WBA a desposeerle de su cinturón de campeón. Poco después, la IBF propuso al alemán Axel Schulz aspirante al título. El combate acabó con victoria de Foreman a los puntos, pero con el campeón sangrando, por lo que la IBF ordenó la repetición del combate. Foreman se negó volver a Alemania y la IBF también desposeyó del cinturón de campeón a Foreman. Después de estos dos incidentes, el interés entre Foreman y Tyson despareció al creer que el texano ponía excusas para mantener el título a toda costa.
A partir de aquí, Foreman fue administrando sus combates hasta que en 1999 anunció su retirada de los cuadriláteros. Aunque hizo un pequeño atisbo de regreso en 2004, él mismo canceló sus planes a causa de la presión de su esposa. Desde entonces, se dedica a crear su propia línea de parrillas para carne y aparecer en programas de radio.

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