jueves, 3 de diciembre de 2009

El mismo de siempre



DAN RAFAEL

Seguro, hubo una pelea el miércoles a la noche, pero su propósito había sido destruido unas 14 horas antes.
Bernard Hopkins, peleando en casa por primera vez desde una defensa de su título mediano ante Morrade Hakkar en el 2003, atrajo a una viva concurrencia de 6,662 asistentes al Liacouras Center, en las instalaciones de la Universidad de Temple, para verlo quizas, en su última aparición en casa, he hizo lo que se esperaba que hiciera.
Hopkins se llevó una clara decisión unánime ante el mexicano Enrique Ornelas, en una pelea de peso semipesado, ganando en las tarjetas 120-108, 119-109 y 118-110 . ESPN.com tenía 119-109 para Hopkins, quién a pesar de que está a siete semanas de cumplir sus 45 años, aún puede dominar en el ring.
Pero más allá de un show para los fanáticos locales, la pelea era para que Hopkins se sacara de encima el "oxido y el polvo", como lo llamó él mismo, de una ausencia de 14 meses, tras un dominio total sobre el campeón mediano Kelly Pavlik en una pelea en las 170 libras.
Y aún algo más importante, se suponía que le iba a crear un gran negocio -- una ya acordada revancha con Roy Jones Jr., 17 años después de su primer pelea.
Sin embargo, unas 14 horas antes el miércoles, Jones cayó a la lona y luego fue detenido por Danny Green en el primer asalto en Australia, de donde es Green, en una de las peleas más grandes en la historia de esa nación.
Y así de rápido, Jones-Hopkins II se fue por la cañería, luego de que ambos habían llegado a un acuerdo el pasado mes de septiembre, en como repartir las ganacias.
Ahora, no habrá dinero para repartir. Hopkins, por supuesto, ya sabía el resultado de la pelea de Jones antes de subir al ring para enfrentar a Ornelas (29-6, 19 KOs), de 29 años de edad, pero es un profesional e hizo lo suyo.
Y Hopkins (50-5-1, 32 KOs), ex campeón mediano y semipesado, lo hizo muy bien.
Aún astuto después de tantos años, Hopkins metió varios golpes, conectó duros derechazos y fácilmente controló el ritmo de la pelea.
Luego de un comienzo lento, Hopkins agarró el ritmo en su ofensiva en el sexto round, mareando a Ornelas con un upercut de derecha al principio del asalto, para emocionar a los asistentes, y luego lo volvió a hacer tambalear con otro derechazo. Pero ninguno de los dos mantuvo su ritmo de golpes, en una pelea de lucha que tuvo muchos agarrones. Sin embargo, Hopkins, como usualmente lo hace, fue dominando el desarrollo mientras la pelea se iba estirando.
Lastimó a Ornelas en el cuerpo en el octavo round. Luego lo alcanzó con una linda mano zurda en el noveno que sorprendió a Ornelas, y en el 12º, terminó con fuerza, lanzando varios golpes duros que dejó a Ornelas protegiéndose en los momentos finales.
"Me siento muy bien e hice lo mejor que pude", dijo Ornelas. "Todo el mundo sabe que él pega y agarra. No se por qué el referí (Gary Rosado), sólo me hablaba a mi y no lo reprimía a él. Pero le doy mucho crédito. Es uno de los mejores peleadores. Yo se que no era favorito. Le quería demostrar que no por que soy más chico, iba a retroceder. Estoy orgulloso. El es un buen tipo y yo viene aquí a un desafío".
¿Pero en que favoreció a Hopkins?
Ridículamente piensa que aún puede darse la pelea con Jones -- y cobrar a los fans $49.95 en un PPV de HBO sólo por placer -- a pesar de la derrota en Australia.
"Cuando me dijeron que había perdido, pregunté '¿cómo perdió?'", dijo Hopkins. "Es la forma en como uno pierde. El perdió de pie, no de espaldas en la lona. Es la forma como fue noqueado. Es una difrencia la manera como perdió".
Hopkins tuvo la oportunidad de ver la repetición de la pelea de Jones y trató, con cara seria, de decir que el combate fue detenido prematuramente.
"Por lo que vi, (Green), estaba vapuleando a Jones y conectó algunas golpes, pero no creo que el referí tuviera que detener el combate. Cuando tienes en el ring a alguien como Roy Jones Jr., merece que le den el beneficio de la duda, y además estaba peleando en el país de su rival. Pienso que detuvo la pelea en forma prematura. (Joe) Calzaghe lo tuvo más lastimado y no detuvieron la pelea. Creo que aún le puedo pelear. Terminó de pie, no en su espalda. Déjenlo defenderse por si mismo o que abandonde antes de parar la pelea".
Es entendible la posición de Hopkins, dado que Jones representaba una paga de siete cifras, comparado con unos $200,000 que ganó por pelear con Ornelas.
"Tengo que darle crédito a Enrique. Fue un tipo duro", dijo Hopkins. "Recibí golpes duros de él, y el recibió muchos fuertes golpes de mi parte, pero al final, mi nivel de energía fue fantástico y ahora voy a ser campeón pesado en el 2010".
Hopkins tiene deseos de eventualmente pelear con el recientemente coronado campeón de los pesados, David Haye de Inglaterra, que es promovido por Golden Boy, al igual que Hopkins.
Pero podría pasar mucho tiempo para que esa pelea se realice, ya que Haye tiene un combate mandatorio ante John Ruiz, y luego una posible revancha con Nikolai Valuev, a quién Haye venció para conseguir el título el mes pasado.
Hopkins puede descansar y esperar. Después de todo, esperó 14 meses para pelear luego de vencer a Pavlik.
"Fue grandioso volver al ring luego de 14 meses", dijo Hopkins. "No creo que lucí mal. ¿No lucí como el mismo boxeador de siempre a pesar de que tengo 44 años?"
Quizás enfrente a Haye. Quizás le de al joven estrella semipesado Chad Dawson una oportunidad de enfrentarlo. Quizás suba de peso y desafíe al campeón crucero Tomasz Adamek, con quién Hopkins ha mostrado interés de enfrentar.
El presidente de Golden Boy Richard Shaefer tiene otras ideas. A él le gustaría ver a Hopkins bajar a los supermedianos y enfrentar en Montreal al titular Lucian Bute, que noqueó al hermano de Ornelas, Librado Andrade, la semana pasada para defender su corona.
"Bernard nunca ganó un título supermediano, y de la forma que Bute atrae público, podrían tener 50,000 asistentes en el estadio Olímpico".
Sea lo que sea que Hopkins decida hacer, la pelea con Jones, a pesar de la loca noción de Hopkins, no será una opción.
Ni debería serlo.

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